sábado, 7 de mayo de 2016

LOS ZAPATOS

Los  zapatos nacen para ser andados  y  personalizados.

Serán parte de  su biografía, y  tomarán las  forma de sus angustias, sus alegrías, sus  prisas, sus esperas. Se  nos  juzgará por nuestros  zapatos. Dónde andaste, qué  tierra pisaste, las alfombras  que  apelmazaron tus pasos . Dicen que las  cosas  perdidas  buscan a  su dueño. No lo sé. 

Yo, que soy  una cosa  perdida, desde  luego, lo  busco.

Tal vez  cada par de zapatos tiene ya su trayecto marcado desde que sale de fábrica , y elige a  su dueño . Hay gente que dice  " fueron ellos los  que me eligieron". En algún punto invisible de su alma lleva un programa con todo el camino que ha de recorrer hasta terminar en un basurero al final de su viaje.

 ¡ Qué  misterio! uno nada puede hacer cuando mete los pies en unos zapatos nuevos:  comienzas a andar y, guiado por tu destino, te  conduces  hacia el bien o hacia el mal. según un azar que está previamente determinado en las suelas. 

Zapatos de  mujer, de hombre, de ricos, de pobres. Los zapatones del Papa, las sandalias  de  los humildes, los pies  descalzos  y encallecidos de los más  miserables de la tierra que resuenan al andar por los cantos rodados de las aldeas. 

Muéstrame  tu fondo de armario y te diré  quién eres.    De la suma de todo el calzado que  guardas en el armario se pueden saber   muchas  cosas de ti.  Y  de  mi. Tu  biografía, la variedad de tu conducta, y también la incertidumbre de todos los itinerarios que definen la existencia humana. 

Una  vez los zapatos me llevaron a la punta cercana  y exacta  de otra mujer. Y anduvimos juntos hasta  la muerte. Fue  un camino  maravilloso.

Otra  vez  se acercaron a la frontera de  otra  mujer. Y me despeñé. 

Somos  así: unos tienen muy marcada la tendencia al abismo, otros realizan siempre el mismo circuito obsesivo que es el laberinto de cada día desde casa al trabajo.  Algunos zapatos te llevan a  un barrizal  , sucio y oscuro, con olores a  soledad. Otros al callejón del crimen . Hay modelos que obligan a su dueño a pisar las moquetas de los altos salones.

No  nos engañemos,   todos están sometidos a la ley de la gravedad, y sólo por eso todos  somos  iguales. Usain Bolt  ganaría también los cien metros libres  con unas chirucas. No  necesita el soldado unas botas Martins para aplastar la cabeza de un inocente. Los  que desfilan por Cibeles también  son soldados. Ni las sandalias   engendran  profetas, lo  mismo  que   unas sagradas pantuflas con brocados no hacen un Papa

En Tamahú  se ven muchas mujeres descalzas . Dios ama  esa pobreza, la de los  descalzos  y desdentados.  

Es cuando  estamos  descalzos durante el sueño cuando  somos  libres. Me gustaba despertar y mirar el fondo de  la cama  cuatro pies desnudos que parecen saludarte  felices , y desearte  los buenos días.

Sin  embargo, cada mañana al pie de la cama todos los zapatos del mundo esperan a que el sueño acabe. Nos sentamos al borde  del  somier, introducimos los  pies en ellos , y nos dirán : "¿dónde vamos hoy?, ¿ a  qué  personas  conoceremos?, ¿qué antro   visitaremos ?, ¿en qué iglesia  me doblaras las puntas para rezar ? , ¿  qué culo patearemos?...o en qué  soga quedaremos suspendidos y balanceándonos en una solitaria habitación?




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