Visito a Joaquín , un antiguo alumno de mis años en Pijaró. Voy cada lunes. Lleva tres décadas padeciendo una esclerosis múltiple. Los últimos años está postrado, inmóvil, y paralítico. Salgo de allí nuevo, feliz, oxigenado.
Hay un tipo de gracia que no se puede rechazar: es una
potencia misteriosa, casi intuida, que opera en nosotros sin nosotros
y, a menudo, a pesar de nosotros. Está allí, dentro y fuera de
nosotros,muy cerca.Conmueve,emociona,inquieta, estremece y
entusiasma.
¿Cómo es posible todavía el orgullo cuando se ha experimentado eso?
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