Barcelona es una de las ciudades más bonitas para andar y perderse. Pero es necesaria una cierta discreción y pudor para abstenerse de decirlo. Toda España está repleta de pueblos que cacarean su belleza a los cuatro vientos. Pero éste, ¡ay, Barcelona!...
Uno aprovecha, con cierta frecuencia,a darse una vueltecita por esa Barcelona, que es un destino maravilloso para recorrer.
Decía san Bernardo que había que rezar como “miel en la boca, cántico en el oído, júbilo en el corazón”. Así son mis paseos por esta ciudad donde hay plazas, calles, jardines, rincones, donde todo se subraya con el silencio. El silencio que es tiempo de ensoñación, de la espera de lo inesperado, tiempo de atender las otras voces del mundo: las voces de la historia de sus calles, de los aventureros, de los locos, las voces de los héroes , de los pobres, los emigrantes, y de los perseguidos.
En el Poble Nou hay una iglesia donde fui a por la partida de bautismo de mi padre.
ResponderEliminarEl hombre nació en 1.928.
Tras una visita al altar me metí en la sacristía y parlamenté con un joven sacerdote. Le expuse mi petición y el muchacho me acompañó hasta el archivo, donde comprobamos que sólo habían partidas de bautismo a partir de 1.940.
Y las anteriores ?
Nada de nada, monada.
...
El suelo de la iglesia estaba embaldosado con piedra muy negra, que para nada resultaba familiar.
Pizarra ? No, era muy lisa.
Calcita ? Tampoco.
Carbón. Aquello parecía carbón.
...
Y entonces surgió la verdad.
Un viejo Sacristán nos explicó al sacerdote y a mí que la iglesia había sido incendiada durante la Guerra Civil, que la cubierta de madera había ardido, y tras caer sobre el pavimento permaneció una semana consumiéndose y que el archivo se fue a hacer gárgaras.
...
El joven sacerdote y yo nos miramos intensamente y sé que pensamos lo mismo.
Cojones con la Historia !!