martes, 13 de febrero de 2018

LAS PREGUNTAS DE SIEMPRE

Ayer  estuve   con Joaquín.

Hay cosas que sólo ven los ojos que han llorado mucho.

“Con tres heridas viene: la de la vida, la del amor y la de la muerte”, escribió Miguel Hernández. La vida, el amor, la muerte... van dejando heridas. Pero, hay  enfermo, parece como si las tres heridas se hubiesen dado cita a la misma hora y en el mismo lugar.

Las preguntas se acumulan en la mente de quien padece sin que haya respuesta : ¿por qué la enfermedad? ¿Cuál es su origen? ¿Sobrevivirá? ¿Qué será de los míos? ¿Por qué ha de padecerla él  ? ¿Por qué Dios paga así? ¿Por qué no atiende las peticiones  de  su  gente?

¿Por qué guarda silencio ante el sufrimiento de los hombres? ¿No será tanto dolor humano desatendido una prueba palmaria de que Dios no se ocupa de nosotros, y que no nos ama y está desinteresado de nuestra suerte? Y, si Dios no nos ama, ¿existirá?

En las horas de soledad o en las noches de insomnio zumban y ronronean como un molesto moscardón por la cabeza las preguntas de siempre : ¿Existe el cuidado amoroso de Dios si estamos condenados a amasar el pan de la vida con la sal de nuestro sufrimiento y las lágrimas de nuestros ojos?

Imagino antes de dormir que toco la orla imaginada de un Nazareno al que sólo veo los pies, y susurro, “¡cúralo!”.





2 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

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  2. Se me olvidaba: gracias, pues, por la dosis de Esperanza que inoculas al final de la entrada.

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