Estoy convencido, más que convencido, que yo soy TDAH. Sucede que en mis años infantiles eso no existía.
Después el tema se puso de moda. ¡ Todo el mundo estaba diagnosticado de TDHA! Y a mi me pilló fuera de órbita. Yo era de los que aquello se medicaba a "usties". En mi años en la Enseñanza - en todas mis etapas profesionales - aquello se puso de moda y millones de niños quedaron atrapados en terapias de " pobrecito, es que tiene "hiperactividad cruzada y lateral del cónquevo de la refractaria". Y los padres , normal, asustados.
Como setas surgieron una generación de Gabinetes psicológicos, Despachos, Consultas - curiosamente dirigidos por los mismos profesores que diagnosticaban a sus alumnos- y que chuparon pasta gansa de sus inocentes y cándidos padres. Fue el signo de los tiempos.
La cosa fue a más. Daba igual que fuera un niño de tres años o un adolescente que se hacía coletas en los testículos. Un profesional con bata blanca y bolígrafo de muchos colores observaba ese torbellino humano y sentenciaba : "Claramente, déficit de atención. Y con hiperactividad. Todo en uno. Y, además, en su versión " Txupamelagorri", la vasca. La peor". Como un Big Mac de McDonald’s pero con trastornos de la personalidad.
Aquello fue un cachondeo.
Pero la idea se agotó. Y de allí se pasó a otro vivero. El nuevo oráculo psicológico no estaba en la falta, sino en el exceso: las famosas "altas capacidades".
Me crucé con ellas en mis últimos años de Viaró y, ya de boca, en Lérida, Tarragona, y Valladolid.
"Mi hijo es tan inteligente que se aburre en clase. Va sobrado". ¿No prestas atención en el aula? Altas capacidades. ¿Te amuermas con la gente? Altas capacidades. ¿Lees cuando tienes cinco años y te deprimes? Altas capacidades. ¿Te parece que cavar no puedes y mendigar te da vergüenza? Altas capacidades. La mayoría de los padres de estos niños "Altocapacitados" acostumbraban a ser del género " raritos". Muy complicados. Difíciles.
No seré yo quien niegue que existan seres humanos niños así, pero no tantos. Rara vez estas “altas capacidades” coincidían con las que exige la secta que los definía, donde hay que tener el CI de Einstein. Y así te dejan sentarte a jugar al ajedrez con con otros pringados como él. Pruebas tipo: dibuja una flor dolicocéfala , resuelve una secuencia de números con el culo en pompa y de espaldas. Diagnóstico: genio.
Después he conocido genios de esos , bastantes. ¡ y qué manera de polculizar al personal!
Porque nada engancha más que te digan que eres especial. No especial de los que tienen que ir a clase de apoyo, sino especial de los que tienen que ir a clase avanzada mientras el resto chupa la punta del bolígrafo.
No diré nombres, pero tengo para mi que el diagnóstico de altas capacidades funciona como una declaración de amor de tu tutor: "Te entiendo, eres único, estás rodeado de mediocres. Y yo lo veo, porque yo sí soy sensible a tu sinergia de genialidad". ¿Quién no firmaría un compromiso con alguien así?
Y el psicólogo escucha que el mundo te frustra porque tú ya estabas en otro nivel desde pequeño. Que los compañeros eran demasiado básicos. Que tu jefe te infravalora porque no percibe tu fulgor interior. Y el psicólogo asiente como el gato de la suerte chino. Cada asentimiento es un euro.
Y no digo que sea un timo, que no. Lo que trato de decir es que este rollo es como la homeopatía de la salud mental: placebo puro. El paciente habla, se siente mejor, se le pone nombre a su sufrimiento existencial y se va a casa convencido de que su vacío existencial es una consecuencia de ser una mente privilegiada. Y eso calma.
Pero lo que calma es que alguien te escuche. El problema es el peaje: comerte el discurso de la alta capacidad como si fuera una epifanía. Cuando , en realidad , lo que eres es un "especialito" de toda la vida.
Se llegan nuevos diagnósticos. Toca darle bola a la "salud mental".
Ahora ser diagnosticado se ha convertido en la versión de decirle a alguien que es un unicornio. Eso sirve, funciona, y alivia. Pero que, como con los unicornios, lo complicado viene después: que te crees el cuerno.

Pues oiga, no me parece muy edificante que los profesores de la mañana se montaran gabinetes psicopedagógicos de tarde con los que tratar a sus propios alumnos.
ResponderEliminar"Si me traen a sus hijos les garantizo una mejora de resultados y cualificaciones". Y clairo que lo conseguían: ellos mismos eran quienes les ponían las notas finales.
Nos quejamos mucho de lo mal que está la política, del escándalo de las puertas giratorias... pero luego hacemos lo mismo: las incompatibilidades y las causas de abstención nos las pasamos por el forro.
Seguro que también habría algún profesor de bien, que no se prestaría a estos tejemanejes y que le herviría la sangre al ver el chanchullo que otros se montaban.
Ahora lo que se lleva es lo del “no binario”. Su hijo es especial porque es nobinario. Hay que pintarle las uñas y vestirlo de princesa. Para pagar con tarjeta tiene que ir al mostrador de la recepción.
ResponderEliminarYo soy superdotado. Repetí curso y en varias ocasiones suspendí 6 o 7 asignaturas. Me aburría mucho en clase. No supieron enseñarme ni aprovechar mis cualidades. Cuando mis amigos empezaban la universidad yo ya me ganaba una buena pasta.
ResponderEliminarParadojas de la vida, entonces era yo el que los invitaba cuando nos corríamos una juerga. Ahora, mientras ellos las pasan canutas para financiarse la vivienda (o directamente se la financiacia papá y/o el suegro) yo disfruto de una independencia financiera absoluta. No quiero ir de sobrado pero puedo decir que he ganado mucha plata y, hoy en día, raro es el mes que no me entran 15.000 dólares netos, limpios de polvo y paja. Tengo mi ático en el Upper Diagonal pagado, un buen carro, soy socio del Polo, etc...
Lo que quiero decir es que vale más la emprendeduría, las habilidades sociales, el talento... que cierta titulitis. Al menos esa ha sido mi experiencia.
¡Cuánta gilipollez!
EliminarLos aplausos propios son cosas de tontos.¿ Usted superdotado? Muchas carencias en demasiados gestos de vanidad -¡Mecachis! ¡Qué buenos somos!- que no resuelven nada. Infantilismo y un pringao.
La psicología ha sustituido a la religión y está creando narcisistas: si lo haces bien es gracias a ti, si lo haces mal no es culpa tuya.
ResponderEliminarPara muchos cristianos es una tragedia mayor perder la autoestima que el alma.
Recuerdo estar en 7º de EGB, en un cuartucho al lado del alumno de guardia en Pinos, corrigiendo tests para determinar el CI. Pasando a las plantillas los datos vi que dos de mi clase tenían idéntico resultado: 86. Uno era de notable-sobresaliente y el otro navegaba en los sufis. Ambos con las mismas "capacidades" teóricas, pero con resultados diametralmente opuestos. Se lo comenté al profe encargado, dP, y su respuesta fue: ¿Y cómo podemos hacer para que mejore el de los suficientes? Piensa en algo y nos ponemos. Gracias a mil factores, pero seguro que el gran dP puso un granito importante, el que renqueaba pasó a BUP sin problemas (estaba en entredicho) y ahora es un buen abogado. El otro se sacó también una carrera de las "difíciles" y ahí anda triunfando, según Linkedin.
ResponderEliminarEl tal Mediterraneo parece mas bien un pantano de los que estan medio vacíos todo el año. Sugiero no hacerle ni caso.
ResponderEliminarY feliz lunes al resto de barullan@s.
Sevillista
Buenos días, Suso.
ResponderEliminarPones en palabras lo que todos sabemos.
A mí me saltaron de 3°de EGB a 5° porque 4° no me hacía falta y hubiera sido una pérdida de tiempo. Pero nadie me llamó unicornio, ni bonita de cara. ¡ A trabajar!
En cambio ahora tenemos que dirigirnos a los niños como si fueran estrellas de la Vía Láctea viviendo entre nosotros. ¡cuánta tontería supina! Apoyada por pseudoprofesionales de la educación.
Que tengan suerte los chavales, porque si no...
Pétalos de rosa
Montgomery, muy agradecido por tu comentario. Me alegra leer algo así del gran Peibols. Merecidísimo homenaje. Honor y gloria para un auténtico corazón con patas.
ResponderEliminarPara cuando una entrada-homenaje a Depeibols? Depeibols, subito!
ResponderEliminarSuscribo la petición. Se lo merece como el que más.
EliminarYa dije que aquí hay mucho de él en el blog. Y que, además, a él no le gustaría verse por aquí.
EliminarYa, es muy discreto. Por ello creo que podría estar muy bien una entradada de "incógnito"; es decir, que sólo los iniciados sepamos de quién se trata. Se merece todo nuestro afecto, cariño y reconocimiento. Abrazo grande para quien ha tocado la pandereta con más arte que nadie.
EliminarLe agradecería al tipo que se hace llamar "mediterraneo" que cogiese su "carro" y se fuese a su "ático" lo antes posible. En este bar se procura que la peña tenga unos mínimos que usted no tiene. Lástima. Altas capacidades para ser un capullo. Suso, la morena del fondo de la barra que se tome lo que quiera y se lo apuntas al notas este.
ResponderEliminar¡Cómo somos los humanos! ¡Cuanto nos queremos a nosotros mismos o a lo nuestro! ¡Mal, pero nos queremos! ¡Mal, porque nos adoramos!
ResponderEliminarHablamos de nuestra superdotación, algunas veces, poniendo tono de pena, quejándonos de la mala suerte que hemos tenido, para que no se note que lo que queremos es hablar de nuestra superdotación y de los listos que somos, y de como las empresas se nos rifan: ¡Qué cruz, ser superdotado! ¡Cuanto se sufre!
Y muchos superdotados son humildes de verdad y no dicen estas cosas; pero luego aparecen las madres y los padres. Y venga a hablar de sus hijos y del problemón que tienen. ¡Es superdotado! ¡Pobre hijo mío! Lo dicen bien fuerte para que lo escuchen los de la mesa de al lado.
Recuerdo que mi madre discutía con su cuñada (mi tía) para ver si yo tenía un número de pié más grande que mi primo. Y así de pequeño aprendí a pensar que tener el pie grande era algo genial, era lo más. Las dos, con disimulo, se enzarzaban a un duelo por el pie del hijo; cada una del suyo. También entablaban su guerra fría por las alturas; disimuladamente dejaban caer: pues Priscilianin ya mide 1,40; y mi tía respondía: pues Tertulianín (mi primo, 1,41).
Luego pasa que nos morimos y los pies se pudren. Y el cerebro también, y a hacer puñetas el coeficiente intelectual.
Es como indagar nuestro posible origen aristocrático, o nuestro probable parentesto con la prima de un descendiente de Garcilaso de la Vega.
Amor, orgullo, soberbia... Probablemente, complejo de inferioridad compensado, para conseguir, en la vida, alguna pobre victoria en lo que sea.
Pero la victoria es no necesitar estas cosas tan raras.
Cambiando de tema, hoy un alumno, con grandes dificultades de aprendizaje, me ha dibujado la casa de sus sueños, y en ella ha diseñado "La habitación de no hacer nada"; me ha parecido sublime. Me ha explicado que esa habitación tiene grandes ventanales desde donde se ve un paisaje espectacular; y en ella hay cuatro sofás muy comodos, uno debajo de cada ventanal. Y sirve para sentarse allí un rato a no hacer nada.
Esto, un superdotado, es incapaz de pensarlo. Todavía le estoy dando vueltas. ¡Qué genio!
PRISCILIANO
Me has hecho recordar cuando en COU me llamó el director del Bachillerato. Estaba bien preocupado por los resultados del psicométrico que nos habían realizado.
ResponderEliminarMe dijo que no era posible que yo tuviera la inteligencia de un mono porque no hubiera sido posible que hubiera llegado a COU. Respiré aliviado por no ser del montón... Y nada la vida ha seguido pasando.
Lo que sí es preocupante es que mi padre me dijo el otro día, que después de dar tantas vueltas por todos lados, nunca he tenido una situación económica desahogada. Eso es cierto. Quizás por no ser superdotado como el amigo del Upper Diagonal.
Eso sí, ahora me estoy comiendo unas tostadas de camarón en un hotel de Veracruz al que me han invitado unos señores. Salud!!
Sin cerveza .. porque estoy trabajando.
mediterráneo es un pringao de manual. Se tiene que ser muy mermado para venir aquí a darse el pisto
ResponderEliminar