Contradecirse no es ningún crimen cuando estás sacudido por la tempestad de la tristeza.
A un desdichado no le puedes acusar de ilógico. La desgracia del otro te tiene que hacer compasivo.
No condenes a un suicida, sus últimas horas son de muchas voces en el desvarío que acaban en un silencio denso, como si el universo fuera un error.
Ojo con la tristeza que se mueve entre lo secreto y lo incomunicable . Ojo con ella, que escribe la vida de un hombre que no fue y de otro que no llegó a ser.
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ESPACIO RADICAL: MÁS ALLÁ DEL PESIMISMO
A un desdichado no le puedes acusar de ilógico. La desgracia del otro te tiene que hacer compasivo.
No condenes a un suicida, sus últimas horas son de muchas voces en el desvarío que acaban en un silencio denso, como si el universo fuera un error.
Ojo con la tristeza que se mueve entre lo secreto y lo incomunicable . Ojo con ella, que escribe la vida de un hombre que no fue y de otro que no llegó a ser.
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