jueves, 26 de julio de 2018

CUANDO EL MALO ES GUAY

Desde  bien pequeño he  tenido  fascinación  por  los  malos. 

Tendría seis o siete años  cuando los  hermanos "Malasombra"  de  Locomotoro, Valentina,el Capitán Tan,y ese  gilipollas con  pinta de pederastra  que  llamaban  "Tío  Aquiles",me parecían  supermajetes.

Después vinieron muchos malos  con los  que soñé  ser  como  ellos. El malo  molón.

Cuando  "Tiburón"  salta por los aires  me dio pena. Ese animal era irracional, listo y constante. El mal es así. Ese  tiburón puede ser metáfora de cualquier cosa: de la fuerza de la naturaleza, del hijo  puta de  tu  jefe , de tu marido, cualquier cosa puede ser representada por ese  bicho. O como ese malote gigantesco , un auténtico  hijo  de la gran  puta ese   Darth Vader , un tío que lo mismo te corta un brazo que te declara su amor paterno. Me dio  mucha pena su muerte.

¿Qué  decir de  Hanibal Lécter?.Sí, es una mala persona,un hijo  de perra  con  pedigrí, pero, en el fondo, en el fondo deseas,que  salga de  esa cárcel  y  se  coma  unos cuantos  más. Ahí se ha producido el milagro del cine.

Yo  mismo   he  soñado  con  zamparme  alguno de  mis  jefes. Y  no descarto  que  un día  suceda.

Porque aunque el  señor Lécter  hace cosas terribles, sería incapaz de hacer algo hortera  o zafio; porque está en la cárcel sí, pero tiene la celda como una patena; porque no se quiere comer a Clarice, o sí, pero a besos; porque, aunque no concede un gran valor a la vida ajena envidiamos su inteligencia y su erudición; porque no dice tonterías y aunque come cosas raras no te lo imaginas dándose un atracón.

¿Es malo? Sí, el mismísimo  Lucifer, pero quiero ser como él. Sí, queremos ser Lecter porque puede que destripe a unos cuantos secundarios pero antes se amputaría él una mano que dañar a su amada aunque ésta no le corresponda. 

Pero llegó el malo malote  de verdad.  Con el que me  sentí más identificado. Y me siento. Tanto,  que  no pienso irme de este mundo  sin  emular  a  ese  tío:  Clint Eastwood / Will Munny  en  "Sin perdón". En   mi  despacho  en  el colegio de  Lérida  tenía  un  póster  de esa  película.

Will Munny es un don nadie. Will es pobre como una rata, un granjero que no sabe desempeñar su trabajo, un padre incapaz de sacar adelante a sus hijos, es viudo y es un asesino. Sólo sabe matar y ha matado mucho, con y sin motivo, pero se está quitando; se lo prometió a su esposa muerta y va a cumplir su palabra. 

Uno  , cuando conoció a Manuela, también se quitó de muchas cosas. Es lo que  tiene  el amor. También  me  quedé viudo.

Will  ha cambiado, ya sólo es una persona corriente y lo repite tanto que sabemos que es necesariamente falso. A uno  le  sucede  lo mismo:  repito  muchas veces  muchas cosas que son  más  deseo  que realidad. Will Munny sigue siendo un asesino, lo sabemos desde que sale de su casa  en las primeras escenas y le acompañamos gustosos hasta el final de la película.

Empatizo  con ese  tío  : un asesino despreciable, pero que  tiene   ganas  de  ser  mejor  persona: porque es como nosotros, al menos como  uno, porque yo también me  estoy  quitando de cosas que sigo   haciendo, y porque me  mueve el amor por unas cuantas  personas, pocas,  y no quiero ver el cadáver de mi amigo /mujer  a la puerta de la calle. a la  vista  de  todos, y  que  se  mofen de  ellos.


Me  gusta   Will Munny por esta perla de  la película:

-  Es usted un miserable y cobarde hijo de perra. Ha matado a un hombre desarmado.

-  Pues debió haberse armado cuando decidió decorar su bar con el cadáver de mi amigo.

Señoras y señores: William Munny, de Missouri.



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