domingo, 31 de marzo de 2019

EL POR QUÉ DE UN CRUCE DE CAMINOS

Estoy cumpliendo 62 tacos. Amo la vida, amo jugarme la vida por nada. También, como Rambo, he comido cosas que harían vomitar a una vaca. Hago cosas que no debo hacer, y algunas de ellas a gente que amé muchísimo y que,  no sé por qué, las jodí bien jodidas. 


Parece, y escribo"parece" porque no lo tengo tan claro como quien me aconseja, me voy a jubilar en septiembre.  Y eso hace que me plantee muchas cosas. Este es el cruce de caminos que os hablé respecto a mi particular camino a Fátima.

Ahora siento que pasó la edad en que me seducían muchas historias, mujeres,  y otras aventuras. Con canas en la cabeza,  barba y arrugas en la cara acabé teniendo muy claro que mi verdadera patria soy yo, sin territorio que habitar, excepto el del amor.

Por lo que sea, y no le demos más vueltas, encontré ese lugar. Se llama María José, es  celta, y  es buena. ¿Es guapa?, también. ¿Es ...?, sí, también.

 Y vive en un  lugar viejo y sabio,cerca del mar y de los bosques, cerca de Santiago y de Pontevedra , por donde vinieron las antiguas leyendas que se contaban en playas donde, al fuego hecho con madera de roble, hombres de manos encallecidas por remos y redes, piel curtida y ojos quemados de sal,cantaban y bebían orujo.

A eso voy a Fátima. No pediré nada. Sé que ella, María, vela por uno. Y ya está. Pero quiero plantarme delante de ella y mirarla.Ya sé que se puede hacer aquí, y allí, pero lo quiero hacer allá.

Sin embargo, hay algo bueno en esto. No he sido un buen marinero de mi barco, no he sabido manejarlo bien. Muchas veces lo llevé a las piedras , y os aseguro que no sé por qué estoy donde estoy, en aguas tranquilas.

 Cuando todo acaba felizmente, y tu pobre barco está a salvo, hay una pregunta que te haces: ¿ cómo cojones llegaste hasta aquí? Porque   llevé a puerto el barco, a los tripulantes y a uno mismo. Soy un marino.Pero no siempre  hice las cosas como debía y ahora estoy aquí. 

Porque si es verdad que la vida, cuando se lo propone, acaba matando a cualquiera, incluso a los mejores. Pero es que a los atontados como yo se los lleva primero,sin duda.

Y, bueno. Eso es todo. Esa es la razón de este echarme a andar para preparar el próximo cruce de caminos.. 

Sólo quería deciros que también la tierra, como el mar,  tiene borrascas perfectas que discurren por el corazón del ser humano, probándolo, tanteando su resistencia y su coraje. Y que no hay mejor adiestramiento y ojo marinero para enfrentarse a ellas, aparte una saludable incertidumbre, que intentes ser siempre el mejor tú que puedas ser. La muerte no es lo peor que puede pasarte. Es mucho peor ser mala gente.

De verdad que no sé cómo se hace .pero ese querer ser buena tía , buen tío,  te ayudarán a sobrevivir entre tus particulares temporales de fuerza 8. Y en el peor de los casos, si no queda otra, a perderte con tu barco luchando hasta el final, silencioso y sereno como un buen marino.

Con el consuelo de que lo hiciste todo lo mejor posible.


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