LO QUE HAY QUE SABER QUE NUNCA SABRÁS.

sábado, 20 de septiembre de 2025

Hay labores, profesiones, trabajos , cuya técnica, herramientas, o saberes, se transmiten de generación en generación.


Y eso está muy bien, de otra forma seguiríamos en el paleolítico.


- Oye, ¿cómo se fabrica eso que usaba Urco para arar la tierra.?


- Ni idea, se murió con su secreto.


Si exceptuamos la fórmula de la Coca Cola, o del licor Chartreusse , que Urco sólo confió a un "elegido" , casi todo lo que hacemos nos ha sido transmitido.


Un máster, un curso acelerado en algo, es eso: nos ponemos al día .


Hay un asunto donde esa sabiduría acumulativa no existe: cada generación , desde Adán y Eva, repite los mismos errores cometidos por la anterior: la educación de los hijos.


A un entrenador de fútbol le es más útil en su trabajo haber sido jugador antes . Es más, la mayoría de entrenadores de fútbol han sido jugadores antes y, exceptuando alguna rareza, son tipos bastante primitivos fuera de su ámbito: alucino que un notas gane millones diciendo “fútbol es fútbol”, “ganar, ganar y ganar”, “ganar es mejor que empatar, y empatar es mejor que perder”, “el gol es un pase a la red”, “el fútbol es como el ajedrez , pero sin dados”.


Pero a un padre, a una madre, no le sirve de nada haber sido hijo antes. ¡Ni siquiera que sea profesor! (profes, un consejo: ¡no llevéis a vuestros hijos al mismo colegio donde trabajáis!: no os lo perdonarán nunca!).


Cuentan que Henry Ford en una ocasión, hablando de sus obreros, dijo: “cuando pido un par de buenos brazos, se empeñan en mandarme una persona”. Pues esa misma impresión tenían uno de algunos directivos de los colegios donde trabajé: cuando pido niños dóciles, cerebritos vírgenes, almas por formar – parecían decir– se empeñan en mandarme personas. 


Y no era infrecuente que al comprobar que esas personitas piensan por sí mismas, desarrollan su propio carácter –cada uno el suyo- de un modo espontáneo, manifiestan poco a poco sus virtudes y sus defectos, sus rarezas, sus aptitudes para lo uno y sus negaciones para lo otro, se impacientaran –los directores, digo– y se agarraran unos mosqueos de intransigencia muy superior.





26 comentarios

  1. Buenos días. Se nubla por aquí, lloverá. Lo de enseñar, me dijeron al llegar, es cosa de acierto-error, como si cuando errabas te lo fueran a perdonar los veteranos. Para algunos de ellos era cosa de acertar y herrar. Y de entender que niños, colegios y familias perfectas no existían, hasta que llegabas a pensar que tampoco se hacían. Por eso era cosa de herrar.

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  2. No acabo de estar de acuerdo contigo, Suso, cuando dices que a un padre o a una madre no le sirve haber sido hijo antes; o haber sido profesor antes. Te puedo asegurar que a mi sí que me ha servido. Incluso te diría que mi principal fuente de conocimientos para ser padre y para ser profesor son las experiencias vividas como hijo y como alumno.
    Y he aprendido de lo bueno y de lo malo.
    Y se aprende más de aquello que no nos ha sido enseñado con intención, que de aquello que surge de la lección directa del progenitor o del profesor.
    Cuando ponemos unos calcetines en los pies de nuestro hijo mientras está en la cama intentando dormir, porque hace frío, lo hacemos para que no tenga frío, no para enseñarle nada; pero a la vez este gesto se convertirá en el aprendizaje más profundo y arraigado; lo recordará cuando ya no estemos y, con toda seguridad, lo reproducirá en sus hijos. Lo mismo ocurre con cada uno de nuestros gestos. También con los malos.
    Hay muchos gestos, palabras, acciones, omisiones de mis padres que me han enseñado a ser mejor padre; pero aunque los quiero y los he querido mucho, hay otras acciones que jamás imitaré, y que he cambiado y transformado completamente.
    Tengo un amigo que ante estas palabras se escandaliza, porque dice que la acción de sus padres, con él, dio muy buen fruto, y que, en consecuencia, el en el momento de educar hace exactamente lo mismo que hicieron sus padres con él. No hace mucho, sin embargo, ha tenido que rectificar por consejo del psicólogo de sus hijos; los tiempos han cambiado, y no hemos de olvidar que nuestros hijos no sólo reciben ínputs de sus padres, sinó de todo un entramado de relaciones que son muy diferentes a como eran hace 50 años; por tanto, lo que transmitimos los padres de ahora no puede ser, ni en su contenido ni en su forma, exactamente igual que aquello que recibimos cuando fuimos hijos.
    Como profesor, muchas veces, sólo tengo que recordar al mejor profesor que he tenido jamás, Luís Bordonaba, para hacer las cosas muy bien; y funcionan; y le doy gracias a ese buen hombre esté donde esté. Gracias a él conocí a Fray Luís de Leon y a San Juan de la cruz hasta tal punto que aun hoy siguen presentes en mi vida; pero lo más importante no fue lo que me enseñó, sinó como lo hizo.
    También tengo que recordar a los que lo hicieron muy mal, para hacerlo diferente, muy diferente; y la estrategia también me funciona.
    Siempre tengo el momento “Juana”. El momento “Juana” es el momento en que empieza a llover, a veces hasta truena; entonces dejo que mis alumnos se acerquen a las ventanas y disfruten contemplando la lluvia; se lo permito incluso a aquellos que lo hacen sin permiso. El origen de este ritual se remonta a un día en que mi profesora “Juana”, cuando yo tenia once años, me castigó a copiar 20 páginas de un libro por no haber sido capaz de reprimir mis deseos de levantarme de la silla y acercarme a la ventana en el momento en que estallaba una tormenta preciosa con sus gotas gordas, su frescor, los relámpagos que encendían la penumbra de la tarde otoñal. La contemplación de la naturaleza es la lectura del más sabio y el más hermoso de los libros; ser capaces de “contemplar”, sin que aparentemente sirva para nada, es uno de los aprendizajes más profundos sobre lo que es la esencia de la vida. Juana ahora es "buena", y sonríe desde el más allá, convencida que a pesar de haberse equivocado dejó algo bueno que perdura.
    PRISCILIANO

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    1. ¡Potente el comentario!

      No estamos muy lejos en este asunto. Lo que tiene una entrada es que no puedes terminar de perfilar lo que tratas de decir.

      Mi consejo se refiere- y hablo en general- a profes que llevan a sus hijos al mismo colegio que imparten clases ellos. Y más si es colegio de ficos. Y más si los llevas en el coche con papá. Ser " hijo de que tiene que portarse bien..." .

      Pero, bueno, es una experiencia que sentí en otros.

      Citas - esta mañana estás sembrado- a Luis Bordonaba. Me pongo de pie. No lee el Barullo, creo, pero nos seguimos a diario. Me escribe con mucha frecuencia, me arropa con la enfermedad. Nos queremos mucho. Muchísimo. Es un hombre con un corazón de muchísimos quilate. Es una amistad wue hemos mantenido desde hace , yo que sé-- desde aquellos años en que yo era becario.

      Me ha dado un vuelco en corazón cuando he leído su nombre,

      Entre Bordonaba y yo hay un puente muy pequeño.

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    2. Sembrado es poco.
      Canela fina, el comentario.

      Destaco lo de que hoy en día reciben otros inputs de una sociedad que es muy distinta de la nuestra. Y si hacemos como si no, no sólo su educación será deficiente, es que puede ser hasta peligroso.
      McC

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  3. Usted ni hijos en colegios que estuvo ni tampoco en los que no estuvo.

    La naturaleza es sabia.

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    1. Y eso, ¿ cómo lo sabes?

      Sigue leyendo. No me falle. gracias por comentar.

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  4. "profes, un consejo: ¡no llevéis a vuestros hijos al mismo colegio donde trabajáis!: no os lo perdonarán nunca!"

    Este comentario me ha dejado ojiplático. Por dos motivos:

    I) ¿Cómo no llevarlos? Hoy en día un colegio cuesta una morterada. Si los llevas al mismo colegio te ahorras una pasta gansa; además, un profe, con su salario, si no lleva a sus hijos a su mismo colegio, ¿dónde los llevará? Su sueldo no da para mucho.

    II) Conociste muchos casos en que todo transcurrió como una seda. Pienso en los Alcaraz; "los Wall"; los Mata; los Martinho; los Agulles; los Clements; y tantos otros.

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    1. Calladito que bien hubieses estado!

      Varios de los que citas no tenían hijos. Insisto, calladito estás más guapo.

      Anda que no hay soluciones a los que plantea.

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    2. Una de las cosas que he aprendido en la vida es a nunca poner el tema dinero en primer lugar. Nunca. Es verdad que hay que tenerlo en cuenta pues escasea y habrá que aprovecharlo. Pero las razones más importantes para tomar decisiones no deben ser nunca las económicas. (Siempre y cuando lo que se tiene que decidir es algo necesario, obviamente, no ir ese de vacaciones al caribe y asuntos vanos)
      Y por experiencia digo que al final se llega a todo de alguna manera.

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  5. Sorry, Suso, debes estar confundiendo los ejemplos que he citado con algún otro! Todos los que he nombrado tienen hijos (sin excepción) y fueron compañeros tuyos.

    Soluciones... en una gran ciudad como Barcelona? Seamos realistas, no es fácil encontrar un colegio económico y que luego no te la pueda liar bien liada.

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    1. Soluciones hay si quieres buscarlas. No me venga con tonterías. Eso de " no es fácil encontrar un colegio económico y que luego no te la pueda liar bien liada" suena a cagadubtas

      Conozco profesores que han llevado a sus hijos a Xaloc, y daban clase en Viaró. Lo mismo a La Farga, y daban en Viaró.
      Y a colegios de monjitas y daban clase en Viaró.
      Insisto, si se quiere hay soluciones,

      Por favor, no insistas. Habrá a quién le haya ido bien, pero sé lo que escribo. Es una opinión, sólo eso. No se ponga pesado. Ni usted me va a convencer, ni yo a usted. Saludos cordiales.

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    2. "Todos los que he nombrado tienen hijos (sin excepción) y fueron compañeros tuyos".

      ¡Alma de cántaro!: ¿ no te das cuenta de que porque " fueron compañeros míos escribo lo que escribo".

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  6. También hay padres que no tienen ninguna intención de educar a sus hijos: "yo a mi hijo se lo doy todo porque es mi hijo y se lo merece".
    Normalmente hijos únicos.

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  7. Bordonaba muy mítico. Insustituible. Un grande. Para cuándo una entrada homenaje?

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    1. Oigam que esto no s un entoldado de fiesta de pueblo que se acerca la peña sugiriendo temas.

      Luis es más que un amigo. Y hay bastante escrito de ese Viaró aquí.

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  8. Por lo que leo y he venido leyendo en este Blog desde hace un tiempo, hay una gran dependencia vital del entorno Opus.
    La gran mayoría, aunque supongan lo contrario, no han superado el trauma vital que les implicó estar enrolados.
    Autor del blog incluido.
    Es lo que tienen las sectas, casi todos los ex muestran los mismos signos.

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    1. Ya ya. Se le ve mucho el plumero. Es normal que el Bar provoque a los bots, los borreguitos, los borriquitos y los odiadores con entradas en la gusanera de sus prejuicios.
      Yo no soy responsable de lo que hicieron conmigo, pero soy heredero de esos años. Y usted también. Haga lo que piense que debe de hacer. Y déjenos ser como queremos ser .

      La diferencia entre usted y nosotros estriba en que usted no es nadie y nosotros dos mil y pico. Cúrese de la envidia. Es malísima para la salud. Y no venga a meter cuchara , pringado.


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    2. Que yo tengo envidia de ese síndrome de Estocolmo?Ja! A otro perro con ese hueso

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    3. No sé haga el tonto. Usted tiene envidia de mi. Yo no tengo síndrome de Estocolmo. Es usted el que lo tiene. Y no con la opus. Conmigo.
      Por eso no puede dejar de entrar en este Bar.

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  9. Cuanto daño ha hecho el mopismo, moyismo, charismo, o como se diga. Como muestra, un botón: el comentario del anónimo de las 19:11.

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    1. Sérpico usted también tela eh? pero tela marinera.

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  10. Eres de lo mejor que hay en el espacio cibernético.
    Dejar comentar a sus odiadores me parece un hallazgo.

    Un abrazo, amigo.

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