Felix Ros está considerado el poeta con los versos más horribles de la literatura española. Era falangista de los de "¡a mi derecha, la pared!".
Ros fue uno de los tres "maleantes" que, acabada la guerra, y haciéndose pasar por una patrulla de la Delegación Nacional de Prensa y Propaganda, asaltaron y saquearon el piso de Juan Ramón Jiménez de la calle Padilla, en Madrid.
De allí se llevaron manuscritos y libros que le eran preciosos al poeta de Moguer (los otros dos "pintas" fueron Carlos Sentís y Martínez Barbeito).
Le fueron restituidos en parte, meses después, por la enérgica intervención del entonces poderoso José María Pemán. "Me gustaría mucho saber por ustedes mismos -le escribiría J.R.J. con zumba diplomática al poeta catalán- que estas cosas les han sido útiles y agradables".
Tan útiles, que la primera edición de las Soledades de Machado dedicada a Juan Ramón Jiménez les sirvió de regalo de boda para un amigo. Lo conserva la viuda de éste, y acaba de publicarse la dedicatoria que lo confirma.
De este pájaro es :
¡Amortajado amor
amor, tajado!.
La inspiración le llegó ante los despojos de su esposa. Comprensible. El dolor.
Pero gorda es la que escribió en "Corona de sonetos en honor a José Antonio Primo de Rivera".
Allí se cascó, así, "cascó" , la siguiente obra bufa , de un humor negro insuperable.
"José Antonio :va a reír la primavera
y sólo tú nos faltas en la risa..."
Uno se imagina al fiambre , todo serio y embalsamado , y ése "sólo tú nos faltas en la risa".
Insuperable, sin encambio, Campoamor :
"Recobrada la salud y el seso
regresé de París en tren expreso".
No hay comentarios:
Publicar un comentario