EL ECO DE UNA CUEVA MUY OSCURA.

sábado, 23 de agosto de 2025

En la entrada de ayer el odiador  no consiguió reprimir su gusanera rencor . Este hombre, que es el mismo repetido, está roto, desquiciado, hay mucho dolor allá dentro. Y él lo sabe. Debe de doler ser así: no cree en el perdón, ni en la misericordia, ni en el amor de Dios. Está enfermo.


Ayer desperté con la entrada repleta de comentarios de esos que quieren hacer daño. Mucho daño. Y lo consiguió. Dolió.


Si supiera quién esa persona, iría donde fuese , me pondría de rodillas,  y le pediría perdón, porque pienso que algo debí de hacer mal para haber provocado tanto dolor, tantos años sin cicatrizar, se conviertan en algo casi crónico en su corazón, y que no consigue que callen y se  repiten una y otra vez en las paredes de su mente, como el eco en una cueva muy oscura.


Imagino debe ser difícil ser así y no poder no serlo. Porque estoy seguro de que sabe de su condición personal devastada.


La vida sigue. Me desea la muerte, cuanto antes. En eso estamos de acuerdo. A veces, quisiera que esto pasase muy rápido. Lucho, y no desistiré pero, en ocasiones, tengo ganas de ver a Dios padre, de entender. De abrazar  a Jesús,  de dejarme querer por su Madre. De tertulear con tantos que ya me esperan y conozco. De pedir perdón. De dar  gracias. 


Y allí, con toda seguridad, sabré quién es el odiador. Y voy a hacer de todo para que le vaya bien, para que se perdone, para que sane de su dolor.   No pararé hasta que repares tanto daño que ye haces. 


Son muchos años juntos y, al final, se te ha cogido cariño. Mucho.





6 comentarios

  1. ‘Hoy las ciencias adelantan que es una barbaridad’..:

    ...¿Se le coge cariño a los pacientes?

    El vínculo es intensísimo. Establecemos lazos muy fuertes. Hay pacientes despiertos, jugando a la Play, viendo la tele... pero sus pulmones están muertos. Su vida depende totalmente de una máquina. Si se pinza un tubo, mueren. En esos casos, cuando no hay solución, debemos desconectarlos. Hay que explicarles que van a morir.

    ¿Y lo aceptan?

    Con una dignidad que conmueve. Nos dan lecciones de humanidad. Piden tiempo para despedirse de la familia y aceptan su destino. Es devastador, pero también esperanzador. Lo más difícil es cuando el paciente no quiere morir...

    https://www.lavanguardia.com/lacontra/20250823/10995590/jordi-riera-corazon-pulmones-hablando-contigo.amp.html

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  2. He conocido a algunas personas que se aferran a su dolor. Y de ese dolor nace el odio, el rencor. Lo que sea que les pasó, a partir de un cierto momento enraíza y se vuelve identitario, y no saben quiénes son sin ello. Por eso les es tan difícil desprenderse del odio.

    Además rula por ahí una mentalidad, que yo la defino con una frase que se suele decir. "A ver si voy a ser yo el tonto que..."
    A ver si voy a ser yo el tonto que perdona, a ver si voy a ser yo el tonto que lo deja pasar, a ver si voy a ser yo el tonto que es engañado y no hace nada, a ver si voy a ser el tonto que se queda con cara de tonto... Sin vengarse. O al menos, sin obtener una satisfacción.
    (Pues bátete en duelo, chico, qué quieres que te diga.)

    No saben seguir. No saben que la princesa Leia dijo "el rencor es como beber veneno tú, y pretender que se muera la otra persona".
    McC

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  3. Qué pena lo que cuentas de tu odiador. Es posible que en su infancia fuera un niño muy sensible y algunas burlas le marcaron demasiado. Pero todos tenemos heridas y todos herimos (muchas veces sin darnos cuenta). Y hay que perdonar. Cuánto sufrimiento llevan cargando los que se quedan anclados en el rencor.
    Odiador: tú eres libre de elegir. Tú puedes cambiar y te aseguro que con solo intentarlo verás que este mundo es mucho mejor de lo que piensas. Intenta quitarte esas gafas que llevas.
    Rezamos por ti.
    Suso, me encanta leerte. Cada vez más. Un abrazo fuerte.

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  4. Puede ser al que le jodiste su matrimonio?

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    1. Hasta donde yo sé, no he jodido ningún matrimonio. Y cuando digo ninguno. es ninguno.

      Pero si así lo considerase, que lo diga. Pienso que ya he dicho todo lo que había qur decir.

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  5. Yo no conozco a Suso en persona y no tengo nada contra él. Pero sí tengo bastantes cosas contra ciertos numerarios que abusaron de mí cuando era adolescente. Contra el cura del centro, contra el director que orquestó una campaña de bullying/vacío cósmico entre mis amigos cuando lo dejé con 17 años, contra todos los que fiscalizaron mi sexualidad y trataron de meterme sus neuras acomplejadas, contra todos los que abusaron de mí y luego negaron cualquier responsabilidad. Yo he tratado, con el paso de los años, de ponerme en contacto con alguno de ellos y de decirles las cosas a la cara, ahora que soy adulto. Ese director ahora es un cura muy respetado. Le he escrito varios correos electrónicos reclamando un encuentro en persona. Nunca me ha contestado. Ni puto caso, como quien dice. Si descubriera de repente que tiene un blog con mucha actividad donde muchos lectores le idolatran, pues quizá también se me abrirían las entrañas y sintiera la necesidad de montar una escena para dejar patente el odio africano que ha generado en mí. Porque, evidentemente, ese odio solo puede nacer de un dolor enorme. Mi inquina, desde luego, no llega ni remotamente al límite de desearle la muerte. Tan solo exijo una asunción de responsabilidades y una disculpa que él me niega porque considera que no merezco ni un minuto de su tiempo.

    Por eso, inevitablemente, también pienso, ¿qué le habrá hecho Suso a este tipo para despertar esa obsesión? ¿Para disparar con esa munición desde las sombras? Es posible que todo sea una falacia y que no haya ninguna pistola humeante. Que todo sea producto de una enfermedad mental y que Suso esté sufriendo sin culpa. Pero si algo sé es que en la opus se hace muchísimo mal, y que 27 años dan para mucho. Que los numerarios entraban como bulldozers en la conciencia de niños de 14 años y hacían unos destrozos terribles de los que luego no se responabilizaban y si te he visto no me acuerdo. Supongo que nunca sabremos la verdad, y eso de por sí ya es una tortura para quien lo padece.

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