He conocido hombres crueles, y alguna mujer.
La crueldad se siembra. No nacemos crueles, lo mismo que no nacemos hipócritas, ni nacemos mentirosos, ni nacemos piadosos, ni nacemos reprimidos sexualmente, o más salidos que un balcón...todo eso se educa. Y si me dices cuando, yo creo que en los primeros ocho años de nuestra vida.
¿Y quién siembra esas semillas? Por un lado nuestros padres, nuestra familia, el ambiente, y el entorno. Si quieres saber por qué tienes una sexualidad tan desordenada regresa a tu infancia. Es posible que descubras que te gustas muy poco. A lo mejor, que te desprecias.
A muchos les han enseñando que la violencia es un método para resolver conflictos. Y cuando llegan los conflictos, actúan activando una tecla, es algo automatizado, que genera una respuestas de animal acorralado, o de un macho alfa aporreándose el pecho entre alaridos escalofriantes.
Pero todo eso es mentira. Nacemos buenos, tanto, que para mentir hay que ir a una escuela de Arte Dramático para que nos enseñen a simular estados. Un niño cuando miente se pone colorado, le sudan las manos, mira para otro lado...se le nota.
Pero si es hijo de mentirosos, la escuela de Arte la tiene en casa, y las cuela mejor que Robert de Niro.
Si el niño es violento, ni te cuento...
Uno de los muchos problemas de ir por España como guiri —incluso si eres un Guiri con G mayúscula— es que a veces no te enteras de si alguien habla en serio o simplemente hace ironía.
ResponderEliminarLa entrada de hoy tiene ese toque: chispa y ternura irónica especialmente cuando hablas del niño que se pone rojo al mentir, que suda como si estuviera en un escenario y que aún no ha pasado por la “escuela de Arte Dramático” de la vida. Rousseau firmaría esa idea sin dudarlo.
Yo creo que no necesitamos un título en Arte Dramático para aprender a mentir: todos nacemos ya con un pequeño teatro portátil incorporado. Y a veces actuamos tan bien, que hasta nos creemos nuestro propio papel.
Además de Rousseau y de la doctrina cristiana del pecado original —que nos habla de una naturaleza humana herida, inclinada al egoísmo y necesitada de gracia— hay un espacio fascinante que refleja lo que realmente somos. No tengo competencias en este tema, así que invito a Prisciliano y a otros especialistas a corregirme y aportar.
Solo recordar que la biología nos dice que no venimos al mundo como páginas en blanco: los bebés muestran empatía desde muy temprano, pero también celos, ira y, sorprendentemente, la capacidad de engañar, apenas descubren que los demás no saben lo mismo que ellos. La “teoría de la mente” permite al niño mentir a los tres años sin que nadie se lo haya enseñado. La crueldad, el orgullo y la mentira no son solo enseñanzas externas: ya están en nuestro repertorio biológico, listas para ser moldeadas. Ciertas tendencias —como mentir, defenderse con agresividad o buscar placer— aparecen muy pronto, incluso antes de que el entorno pueda “enseñarlas”. Los padres, la familia y la sociedad actúan como escuela: afinan o deforman esas disposiciones. Un niño criado entre violencia aprende a verla como natural; otro, rodeado de mentiras, la practica con la soltura de un actor consagrado.
Según la doctrina católica, la raíz del problema no está solo en la educación: viene con nosotros desde el principio, como un guion roto que heredamos de Adán y Eva. Somos una mezcla de naturaleza abierta, biología predispuesta, cultura que educa o corrompe y —según la fe— una herida moral de fondo que necesita redención.
Aquí es donde la ironía se hace más aguda: nos reímos del niño que suda al mentir, pero sabemos que tarde o temprano dejará de sudar y mentirá con elegancia. Tal vez no haga falta matricularse en Arte Dramático: basta con ser humano, improvisar un poco… y dejar que nuestra condición herida haga el resto. Lo cómico y lo serio se entrelazan: nos reímos de la torpeza infantil, mientras entendemos la profundidad de la naturaleza humana.
Ah, y me olvidaba: hay una comedia muy buena, "Trading Places" (En España, "Entre pillos anda el juego", me dice Google), que se mete de lleno en el debate de "nature vs. nurture".
ResponderEliminarLa película parece inclinarse hacia la tesis del “nurture”, es decir, el poder del ambiente para moldear a las personas, pero sin olvidar la importancia de la inteligencia, el ingenio y la capacidad de adaptación humana.
Si de crueldad se trata, tenemos el dudoso privilegio de contemplar a diario y en directo matanzas indiscriminadas en medio mundo. De psicóptas crueles los hay por acción y también por omisión, tolerando o directamente aplaudiendo la eliminación sistemática de inocentes. Vidas.
ResponderEliminarLo que más me preocupa es que una gran parte de personas humanas, necesiten poner un dictador en su vida para compensar sus limitaciones, inseguridades y carencias.
Guiri, y cómo conjugas esa tendencia innata, no aprendida, al engaño con la radicalidad más absoluta encarnada en "la sinceridad salvaje"? No ves allí una quasi contradicción in terminis?
ResponderEliminarNo, no veo contradicción, ni tampoco que tengan mucho que ver el uno con el otro.
EliminarExplícame: ¿qué te resulta más natural, normal y fácil? ¿Decir una mentira/callar un detalle para no pasar un mal rato, o contarle a un tío cada semana tus pensamientos, acciones y omisiones más íntimas y cutres, que has tenido o hecho durante los últimos días?
No me parece haber hablado de la naturaleza como causa única, sino de un intercambio entre naturaleza caída, educación y todo tipo de influencias externas.
A eso hay que sumar la voluntad, el ejercicio de las virtudes y la Gracia. Pero eso ya es otro tema.
Al final, la “sinceridad salvaje” al estilo Betis suena como “no tener nada como propio”, “un solo puchero para todos” y cosas así: muy bonitas, radicales, espectaculares… pero bastante lejanas de la realidad cotidiana. Mientras tanto, estoy convencido de que el engaño innato viene de serie, y todos seguimos improvisando en nuestro pequeño teatro portátil, donde la cutrez diaria se mezcla con nuestros mejores gestos de nobleza.
Yo pienso que es la educación y no la naturaleza.
ResponderEliminarMe baso en la experiencia, en hechos históricos, como el genocidio nazi, el genocidio palestino o la persecución religiosa en España; todo ello perpetrado con el apoyo de millones de personas.
No creo que las masas nacieron enloquecidas en un lugar concreto y en un momento concreto de la historia, más bien han sido "educadas".
Experimenté el poder de educación del estado a través de los medios y la propaganda con la cuestión de la independencia de Cataluña. Los ciudadanos cambiaban de opinión sin ser conscientes de que cambiaban de opinión y se inoculó la semilla del odio.
No hay que despreciar el poder de la propaganda, Göring era un genio en esto y lo supo hacer. Tiene muchos discípulos, el Göring.
Luego están los sospechosos habituales, rehenes de una ideología; me refiero a los ortodoxos judíos que van gritando "desde el río hasta el mar, lo pone en las Sagradas Escrituras".
En fin, mi respuesta es la educación (o la falta de educación).
Sanyi, ¿hablas de Göring o de Goebbels?
EliminarGoebbels, gracias.
EliminarPienso que tiene razón Guiri, pero también Suso.
ResponderEliminarNo llegamos como páginas en blanco; tenemos dos fuerzas que nos agitan como el viento al trigo: la genética y la epigenética.
La genética es la información almacenada en los genes desde hace centenares de miles de años, y que cambia lentamente. No todos los genes que tenemos desarrollan sus fenotipos. Freud se pasó la vida sufriendo por sus numerosos hijos, por miedo a que heredaran la esquizofrenia frecuente en sus ancestros, y nunca ocurrió.
La epigenética no varía la información que tenemos en los genes sino su activación. Existe un epigenoma, que metafóricamente sería como una piel que envuelve a los genes. Esta piel se engrosa o desaparece en áreas en las que cubre a determinados genes; y este engrosamiento o desaparición depende de las acciones de los padres y de los abuelos. La desaparición del epigenoma en ciertas areas provoca la activación de los genes que debería cubrir. Resumiendo muy simplemente: si al padre le torturan con ratones, el hijo puede nacer con un miedo atroz a los ratones (hecho demostrado); si el padre es adicto al porno, el hijo puede nacer con tendencia o atracción por la pornografía o el sexo marginal (no demostrado; especulación, pero probable).
Pero lo que quería decir es que Suso también tiene razón. La influencia de los genes o del epigenoma no tiene nada que hacer ante una buena educación en los primeros tres años de vida (también en los demás pero sobre todo en los tres primeros años). Su influencia es mucho más fuerte que la heredada biológicamente. Y hay que entender por educación, sobre todo el “AMOR”. Lo que educa más a un niño, sobretodo a esas edades, es sentirse amado, valorado, que se confía en él, que nos alegramos con él, que le protegemos y siempre lo haremos, que le amaremos aunque haga las cosas mal. Es fundamental en esos tres primeros años transmitir el sentimiento de que el amor hacia él, por parte sobretodo de sus padres, es INCONDICIONAL, que no depende de lo que haga bien o de lo que haga mal. Se le puede hacer consciente de que lo que haga bien o haga mal influirá en la alegría o tristeza de sus padres, pero jamás en el hecho de ser amado. En los años posteriores a los tres, debería ser igual, aunque se iría creciendo en matices con la aparición de sanciones en aquellas educaciones que las contemplan, pero dichas sanciones jamás deben hacer dudar al niño del amor incondicional que recibe por parte de quien le sanciona. Yo ya dije una vez que no había castigado jamás a mis hijos, pero entiendo y acepto que otras formas de educar lícitas lo puedan hacer, siempre que por encima de todo al niño le quede claro que el amor es incondicional.
Otra cosa a tener en cuenta es el periodo fetal. Lo que haga, sienta, viva, sufra… la madre, influye mucho en el futuro del bebé.
Yo me la jugué con mi hija a causa de esto. A mi mujer se la comía la angustia porque nos habían dicho que existían probabilidades (pequeñas pero sustanciales) de que el futuro niño o niña naciera con un listado determinado de enfermedades varias que podían comprometer sus capacidades mentales y físicas. Entonces pensé que mi mujer iba a pasar los 7 meses que quedaban de embarazo sufriendo, y que ese sufrimiento influiría en el futuro del no nacido. Teníamos la posibilidad de la Amniocentesis, una prueba que nos iba a sacar de dudas, que podía tranquilizarla para el resto del parto, pero que tenía un 1% de riesgo de pérdida del bebé. Y decidimos la amniocentesis. Recuerdo que me pasé los pocos minutos que duró la prueba en oración profunda. Por suerte, fue bien; no se perdió el bebé; supimos que era una niña y que estaba sana; y el resto del parto no hubo angustia ni nada que pudiera influir en el futuro de la niña. Ahora, de mayor, lo he explicado a mi hija, y me ha dicho que hice bien. A veces no sabes qué es lo mejor y tienes que decidir.
PRISCILIANO
Sobre el trascendental papel que juega la educación en cada uno de nosotros, un libro que abre grandes horizontes es el que escribió Juan Antonio Giner Junquera (algunos lo conoceréis): "La revolución empieza en Harvard". Para mi fue un descubrimiento.
ResponderEliminarPues a Trump no le gustó. Ni ese ni otro, se jacta de no haber leído jamás un libro. Será que por eso canceló las ayudas estatales a esa universidad. La ignorancia sigue dominando el mundo.
EliminarAlguien dijo que el infierno no existe, que es la tierra, que todos los malos están aquí.
ResponderEliminarUna vez más, Guiri formula la pregunta del millón de dólares:
ResponderEliminar"¿Qué te resulta más natural, normal y fácil? ¿Decir una mentira/callar un detalle para no pasar un mal rato, o contarle a un tío cada semana tus pensamientos, acciones y omisiones más íntimas y cutres, que has tenido o hecho durante los últimos días?"
Lo más natural sería contarlo a un amigo íntimo. Lo más antinatural, contarlo a uno que se hace pasar por amigo y luego te delata.
ResponderEliminarMintamos o no mintamos, ahora la inteligencia artificial nos va a conocer a todos como nos conoce Dios, así que preparemonos para la siguiente fase de la historia...
ResponderEliminarLa gente no piensa en razones, sino por emociones inducidas por la propaganda gubernamental y las serviles mentiras lobotomizadoras del aparato mediático.
EliminarLo de que en el pueblo donde vivo salgan unos pringaos a manifestarse por Gaza . ¿ es que nadie ve que todo es propaganda y electoralismo barato?
Pura manipulación. Y en las escuelas los niños pidiendo el Estado Palestino.
Perdón por salirme de tema. Estoy muy cabreada
Es un fenómeno tan antiguo como el hombre, y que sigue funcionando demasiado bien. La frase «Calumnia, calumnia, que algo quedará» suele atribuirse a Voltaire, aunque se presume que él la tomó prestada de la sabiduría popular.
EliminarSi el tema te interesa y además disfrutas de la ópera, te recomiendo Il barbiere di Siviglia de Rossini, donde este asunto aparece magistralmente desarrollado en el aria «La calunnia è un venticello».
Un'auretta assai gentile
EliminarChe insensibile, sottile
Leggermente, dolcemente
Incomincia, incomincia a sussurrar
Piano piano, terra terra
Sottovoce, sibilando
Va scorrendo, va scorrendo
Va ronzando, va ronzando
Nelle orecchie della gente
S'introduce, s'introduce destramente
E le teste ed i cervelli, e le teste ed i cervelli
Fa stordire, fa stordire, fa stordire e fa gonfiar
Dalla bocca fuori uscendo
Lo schiamazzo va crescendo
Prende forza a poco a poco
Vola già di loco in loco
........... y sigue
Grande, Scuff
EliminarY, ¿quién enseña al cuco a tirar los huevos del nido ajeno para que lo alimenten sin desfallecer, como hijo único, unos padres engañados?..
ResponderEliminarLa posible explicación al comportamiento del polluelo de cuco es de que se trata de un PAF. Un patrón de acción fijo (PAF) es una secuencia específica de comportamientos que se produce en respuesta a un estímulo externo, llamado estímulo señal. El comportamiento es "fijo" porque es esencialmente inmutable, procediendo de manera similar a través de los individuos de una especie cada vez que ocurre.
EliminarLos PAF son innatos, lo que significa que el animal nace con la capacidad de llevar a cabo el comportamiento, y por lo tanto no necesita aprenderlo. Los PAF también se completan generalmente una vez activados inicialmente.
Muchas gracias. Es usted un ciencia
EliminarUsted nació bueno? Ja! Muchos sí pero usted? Ja! A otro perro con ese hueso.
ResponderEliminarNació bueno dice
Usted mire y a callar. Digo "mire" , como las ovejas cuando pasa el tren.
EliminarEs tanta su miseria moral , su pequeñez, su fimosis mental, su cortedad, cuánta envidia!
Así que a seguir leyendo. No sabe lo que se lo agradezco.