Trato desesperadamente de dar
consejitos a Manuela. La otra noche me respondió “por favor, deja
ya de decir cosas patéticas. Déjame en paz”.
Lo hablo con un amigo que ha pasado con
su mujer una situación parecida. “No sé qué hacer”- le digo. “
Quiero acompañarla y me parece que estoy metiendo la pata”.
- Está en un proceso interior donde
se está escuchando a sí misma. Dale tiempo. Necesita silencio.
“Ahora está en el principio.
Escucharse resulta muy difícil porque el proceso implica una
apertura, un espacio a la vulnerabilidad, y eso genera miedo. Se está
buscando”.
Consuela saber que santos, sabios y
genios de todas las épocas han pasado por ese proceso cuando
trataban de encontrarse a sí mismos y ponerse en contacto con una
fuente inagotable de creatividad.
“Déjala en paz”.
Beethoven decía que en el silencio
esperan todas las melodías imaginables. Eso es lo que está
buscando.
Hoy se comprende mejor la entrada de ayer.
ResponderEliminarVale: Ahora lo entiendo. ¡Pero tú no eres una sirena! Eres un tío que necesita decir cosas para entenderse. Aquí estamos para escucharte.
ResponderEliminarSe que sonará a burrada, pero ya sabes como soy, un poco burro.
ResponderEliminarCuando estoy en el zoo me fijo en los animales; y aprendo de ellos.
Los leones; unas máquinas sociales.
Allí está la leona, tan tranquila, mirando un árbol.
Se acerca el leon, sin aspavientos, despacio, se deja ver.
Se situa a una distancia prudencial de la leona.
Ella mira el árbol, pero ya se fija con el rabillo del ojo en el leon.
El leon; que tiene ganas de comunicarse, se come las ganas y se deja ver parsimoniosamente, sin prisas, sin agobiar a la leona, dejándole espacio para respirar.
Entonces el leon retrocede unos pasos y se queda mirando también el árbol.
Allí están los dos.
Dale que te dale a observar un árbol que ya se saben de memoria.
Al rato, se levanta la leona, se acerca al leon, y le da un lametazo.
El leon se hace el durillo, en plan, vale dejo que me lamas pero rapidito, que tengo cosas que hacer muy importantes.
Como imponer mi presencia en silencio.
Y la leona se va a beber agua, muy agradecida de que al fin el de las melenas, la entiende.
El melenudo se queda quieto parao.
Disfrutando la faena.
Es el Rey de la Selva.
ResponderEliminarEl amo.
Sólo hay que estar cerca por sí te necesita, pero que tenga su espacio y su tiempo. Difícil, pero necesario
ResponderEliminarPues sí, Peque, gracias.
ResponderEliminarPues a mi me da (y apuesto una mano, la otra, y los ojos)
ResponderEliminarque lo esta usté, Señor Bemibre, haciendo bien.
Estás.
Ahí. Que no es poco.
Y nosotros 3, lejos y cerca a la vez,,,
"Niño Jesús cura la pupita de Manuela" , así tooooodas las noches.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarReconoce que eres un palizas Mauri. Simpático de cojones, pero un palizas.
ResponderEliminarImportante es sentir que alguien está incondicionalmente a tu lado, en silencio, escuchando. En los momentos difíciles, no se necesita más que ese amor silencioso.
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