Está comprobado que en cada jornada
laboral se repite el 90 por ciento de lo hecho el día anterior.
Piénsalo. Si es así en tu caso, es difícil salir de ese «círculo
vicioso».
En realidad sabemos hacer muy pocas
cosas. Basta que observes a tu alrededor. Ese profesor que año tras
año no hace más que mimetizarse en su ambiente, repitiendo las
mismas rutinas, los mismos dejes al hablar, los mismos apuntes que
dictar, la misma manera de andar, las mismas faltas de entusiasmo
por las fiestas del colegio (“siempre son iguales”, sentencian
aburridos), los coñazos de tutorías...
Esta gente que en el comedor del
colegio, a la hora del café, presumen de tener 25 años de
experiencia profesional...¡Ja! , tú más que 25 años de
experiencia, tienes un año de experiencia repetido veinticinco
veces, muermo, besugo, necio, fatuo, menguado, zopenco.
Todavía está a tiempo de rectificar.
Descubre lo que te hace distinto. Céntrate en aspectos positivos,
que los tienes, y sobre todo en aquellos que te diferencian de los
demás. Entrégalos , y gratis, porque nos enriqueces con esas
habilidades. A veces es un don que se te ha concedido.
Es posible que asalte la idea que vas
a fracasar, de abandono (me dejarán, me despedirán, me quedaré
solo), de impotencia (no valgo, no sé hacerlo, no lo lograré)...¡no
hagas ni caso!
Pero, bueno, si no lo entiendes, allá
tú, que ya eres mayorcito.
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