jueves, 2 de mayo de 2019

BILLONES DE PLANETAS

Al final  resulta  que el Universo   son piedros y más  piedros  , incandescentes algunos, otros fríos  y oscuros , planetas vacíos, moles vastísimas  , lluvias de asteroides . Todos  en órbitas  obsesivas  sin abandonar  jamás  el mismo carril. Total nada.

Las  distancias  son sobrecogedoras, y las profecías  aterradoras. Estamos pendientes  de profecías  que amenazan nuestro   futuro. 

Pero no, estamos  solos. Nos rodea  un inmenso cementerio de piedra pómez,un atrezo grandísimo  y  desolado. Nada  allá  arriba  produce la más  mínima  emoción.  

Tal vez se cuenten por millones los mundos habitados y estén debidamente empadronados por  esos astrónomos  que    nos hablan  como si fuésemos niños. Y, como aquí, andan a usties, con sus religiones, sus  pecados, banderas, escudos , 

¿Habrá  redención en otros planetas?. ¿Quién fue el enviado , y en qué forma?: ¿un Jesucristo de  orejas puntiagudas , ¿ san José era un reptiliano con ojos  de mosca?...

O quizás  sus Adán y Eva , en forma de E.T. superaron la tentación de  Lucifer  en versión  Cocoon y son inmortales.  

Si existe un número infinito de planetas tan aburrido como éste  , pues vaya  mierda.

El hombre tiene un  cactus de peyote dentro del cerebro   y toda  esa  carpa que nos cubre nos  hace  sentir  muy pequeños.   De eso nos  viene el gran complejo de inferioridad. Cuando se descubra el truco, se verá  una de  dos  cosas: que el universo no es más que un entramado ,un embrollo de  nada  combinado por el azar. 

O  que   Alguien  está  en  el centro  de todo este tinglado: que en Él  nos movemos, existimos, y somos.

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