El Sol se va por el Atlántico.
Cuando aquí dormimos , Washington amanece. Allí está la movida que al día siguiente marcarán nuestra vida. La Bolsa de Nueva Yok, Trump, el Pentágono, las multinacionales potan órdenes a todas sus terminales , las productoras de cine ruedan las películas que darán la vuelta al mundo el próximo año.
Después de tanta histeria , el Sol se pasea bostezando por el Pacífico y se va hacia Japón, Las noticias de Nueva York madrugan y fecundan las primeras páginas de los periódicos de Tokio .
En España se ronca a esas horas. El Sol arrastra sus pantuflas hasta el centro de la Unión Soviética. Putin se tira un pedo mañanero , un cuesco muy feo, cuando le dicen que Trump está que trina con los chinos.
- Además de mazorca , marica- dice mientras se lava los dientes.
Antiguamente el Sol salía por España, cuando éramos los putos amos.
Ahora canta el gallo y en el mundo está todo contado, pesado y medido.
El bacalao ya está cortado : Trump duerme resoplando sus mofetes sobre la ubre de su neumática señora y Putin sigue pedorreando .
Aquí siempre es ayer.

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