Hay quien piensa que todo lo que nos ha pasado a lo largo de la vida no es más que un desarrollo de los primeros cinco o seis nexos cerebrales que se hacen en la infancia, antes de que la información llegue al córtex del cerebro, antes de que alcance la inteligencia.
Todos tenemos cerebros de aspecto similar, pero todos tenemos un software completamente diferente dependiendo de cómo nos criaron, cómo nos enseñaron nuestros padres. De niños tenemos algo llamado conocimiento por observación. Esto significa que aprendemos sobre el mundo y las reglas del mundo observando a nuestros padres. Ellos nos enseñan cómo debemos actuar en el mundo. Eso también significa que obtenemos estas creencias profundamente arraigadas, comprensiones de la vida, procesos de pensamiento, hábitos, comportamientos…
Y , dicen los que saben, que es en el cerebro límbico donde anidan y se conectan las emociones, los símbolos, las creencias, los mitos, los terrores, los dogmas, todos estos sentimientos. Es como una membrana muy sensible que se impregna de sensaciones y eso ya no se olvida.
La vida y las cosas que nos suceden no es más que ir desarrollando lentamente esos vínculos . La trabazón de los primeros sabores, sonidos, canciones, tactos, caricias…
Y cualquiera que siga este blog descubrirá mis neuras más infantiles que no he podido desembarazarme de ellas. Allí están, como un callo, como un tatuaje, como la marca herrada a fuego: la muerte, el sexo, Dios, la Virgen, Zaragoza, la opus, el amor, mi padre, los remordimientos , la música, los libros, escribir y, sobre todo, una ganas fortísimas de ser buena persona y luchar contra un ángel empeñado en joderme la vida.
Un ejemplo. Durante muchos años personas de mi entorno insistían en que era un vago, siempre llamando la atención, siempre haciendo el tonto. A mi no me gustaba oír eso. Me hundía. Después bastante gente me hizo ver que era un gilipollas - de las muchas maneras que pueden decirte que eres un gilipollas. Tanto me lo dijeron que un día pensé " ¿y si es verdad que soy un gilipollas?". Y , bueno, resulta que me di cuenta que tenían razón, soy un gilipollas. Y ya está. ¿ Por qué negarlo?
Así que palante, y ya está.
Descubre las tuyas, sean las que sean, no te cortes, no tengas miedo, te va mucho en ello.
Tienes razón. Hace poco, unos años, me di cuenta de había sido educada en el sentido del deber. Me enseñaron desde pequeñita a cumplir con mi deber. Y me acostumbré tanto, que todo lo hago desde el deber.
ResponderEliminarY eso con mis padres, mi familia, mi profesión. Hasta que lo vi claro gracias a una amiga.
Fue una epifanía.
Gracias por tu comentario. Eso que cuentas va unido al "pórtate bien" de algunas educaciones , que en realidad es pórtate como yo quiero que te portes".
EliminarMucho daño hacen esas educaciones que hacen culpables.
Y eso que descubriste: Te gustó o no te gustó? Resolviste cambiar, desechar aquello o simplemente fue la explicación de algo que no sabías? Perdona que te lo pregunte y desde luego no tienes porqué responder.... Lo pregunto porque yo también fue criado para cumplir el deber. En mi caso me lo repetian a diario, así que lo supe siempre y me hace feliz cumplir el deber. Ahora bien, entiendo que cumplir el deber significa hacer en conciencia lo que debo hacer.
EliminarResolví y me gustó. Porque a mi cumplir el deber, ser lo que se dice alguien que se portaba bien, me costaba mucho. Rompía muchas reglas.
EliminarY encontré una manera de andar en mi vida.
Un abrazo, Scuff.
"pórtate como yo quiero que te portes" suena muy militar, muy de Cuerpos Especiales.
ResponderEliminarEn mi casa no me enseñaron nada en particular, por cuestiones inherentes a la familia. En la escuela, que era muy avanzada, me enseñaron a ser entretenida, trabajar en equipo y poco más.
ResponderEliminarPero luego estuve muchos años en una empresa de limpieza (lo de las chicas no son equipos de fútbol ni de ningún deporte) y eso me fue muy bien, especialmente cuando me tocaba recibir órdenes de hijas de militares.
Luego, en la vida, estoy combinando las dos cosas: ser divertida y artista por un lado; ser disciplinadísima por el otro. Y, como dicen en Colombia, ni tan mal.
Un buen día a todos
Pétalos de rosa
Buen día también para ti, Pétalos.
EliminarEs lo que un amigo me dijo una vez, tenemos muchos preservativos mentales.
ResponderEliminarHay que reventarlos. La mayoría son frases hechas, sentencias absurdas que arrastramos hasta que nos damos cuenta de que hay mucho más. Y empezamos a avanzar por nuestra cuenta.
A mí también me etiquetaban, todo negatico, nunca positivo.
ResponderEliminarAhora soy más de Pedro Salinas:
"..enterraré los nombres, los rótulos, la historia. Iré rompiendo todo lo que encima me echaron desde antes de nacer. Y vuelto ya al anónimo eterno del desnudo, de la piedra, del mundo, te diré "yo te quiero, soy yo".
Me desmelené a los cuarenta y pico. Léase me caí del caballo de la obediencia, otras prerrogativas y obligaciones religiosas. Salí de esas burbujas represivas, de esos temores humanos y amenazas trascendentales.
ResponderEliminarHan pasado unos veinte años desde entonces y el balance es muy positivo. Lo que hago y lo que creo es por amor, ninguna obligación me coarta, ningún mandamiento me condiciona, ninguna ley me reprime.
Excepto la fiscal.
Aaaaamigo, con hacienda hemos topado.
EliminarEn este sentido la educación ese "pórtate bien", es una de las componentes claves.
ResponderEliminarEn aquel tiempo en los ochenta, bien que me obedecías.
Usted no sabe lo que dice. "Portarse bien" es norma de muchos hipócritas. Me parece que sabe a qué me refiero.
EliminarAlgo debe de haber. Yo, inconscientemente, busco aprobación y con frecuencia aceptación. Tics. Cuando empecé a trabajar ene el sector público, al irme de trabajar el primer día pasé por el despacho del director a decirle que me marchaba a casa.
ResponderEliminarLa mirada del gamba fue un número... tipo a mí que coño me cuentas, como si te quieres quedar, pringao.
Esa es muy buena. Conocí a uno que vivía en Monterols que cuando fue el primer día a clase a la Facultad llegó tarde. El tío llegó hasta la pizarra y le dijo al profesor:
Eliminar- Ya perdonará el retraso , pero es que los Ferrocarriles - era en la Autónoma de Barcelona- se han retrasado.
Todavía se oyen las risas en Bellaterra las noches de luna llena.
Y al volver al club, el preceptor no le dio un bofetón. Menudo preceptor.
Eliminar¿ Preceptor?...¿club?...usted es más tonto que mear en un porrón.
EliminarDúchese.
Suso, qué fue del pipiolo que, con un lirio en la mano, se excusó en el aula de la universidad del retraso imputable a los ferrocatas?
EliminarLo pregunto porque -un fenómeno curioso que vengo observando desde hace bastante tiempo- muchos de los que pasaron la instrucción por West Point han acabado pisando moqueta. Como suele decirse, hasta el más tonto hacía relojes. Incluso de aquel que nadie lo diría, hoy puede ser perfectamente un prohombre con segundas residencias de verano y de invierno. Tú ya me entiendes...
No sé qué fue de él. Era de Tarragona y dejó el fútbol. Un tío estupendo. J.S.
EliminarAnónimo 17:42, así son las cosas, la persona sana ve la vida en positivo
Eliminar"Hay quien piensa que todo lo que nos ha pasado a lo largo de la vida no es más que un desarrollo de los primeros cinco o seis nexos cerebrales que se hacen en la infancia, antes de que la información llegue al córtex del cerebro, antes de que alcance la inteligencia."
ResponderEliminarEspero que no, francamente. Mis churumbeles lo tendrían muy mal.
Creo que lo más importante que enseñamos a los hijos es cómo reaccionar. Que te pasa cualquier cosa, lo que sea, qué reacción tener. No tiene porqué ser algo malo. Malo o bueno, lo que sea.
Una enfermedad, un cambio de planes, cómo comportarte en un aeropuerto, qué hacer si te entra un dinero extra, si te acosan en el trabajo, las vacaciones de bajo costo de un año que no hay dinero, qué hacer si te sobra mucha comida, si te pilla una tormenta, si vas al cine y te encuentras tu butaca ocupada, si te hacen un corte de pelo espantoso..
Mayormente, lo que te ven hacer. Eso es lo principal que aprenden. Aunque parezca que no.
McC
"Aunque parezca que no"...es verdad, sobre todo, cuando parece que no.
EliminarBuena entrada. Cada día a eso de las 9, pongo música de Flos Marie y leo la entrada del día.
ResponderEliminarCoño, igual que yo!
EliminarMuchos años tratando de enderezarme y luchando contra mi naturaleza alegre y creativa por alguna persona que debió molestarse de que a mí me gustara silbar por la calle, dibujar en clase, y desear tocar el piano. A mis casi 60 años estoy descubriendo la gozada de ser quien soy, y querer como quiero, y cantar a voz en grito (si no hay mucha gente cerca), y silbar por la calle, lo de dibujar ya no tanto y el piano me temo que lo dejo para la otra vida.
ResponderEliminarEso sí, mis hijos han probado todo lo que han querido probar, menos el veneno.