Hay algo en todas las empresas donde he estado, colegios, Urelles, Serunión, aceitera, que me llamaba mucho la atención. La cantidad de proyectos que se intentaban llevar a cabo y que no salían adelante. Se gastaba dinero, energías, medios, horas. Y nada. Pero siempre había uno- habitualmente el director, o el jefe, un iluminado, que no se rendía. Era como el Caballero Negro de Monty Pyton, que le cortan brazos y piernas, y allí seguía , el tío.
He visto perder muchísima pasta por ensoñaciones de un zumbado. No diré nombres.
Es como el que va a ver una película. Y es una mierda. Un bodrio. Un tostón. Bueno, pues estos tíos se quedan allí a verla enterita. A perder el tiempo. Porque esta gente le dan valor a cosas irrecuperables del pasado que en principio no tienen ningún peso en su vida, ni en su empresa. Pero los ocho euros le pesan al garrapo.
Cuando lo único que debería pesar en su decisión al ver la película son las consecuencias futuras. Pues levántate y vete.
En Peñalba se hizo una ópera rock que se titulaba " Antígona tiene un plan". Aquello fue un cachondeo. Y el director, ya embarcado y en medio del mar, decía "no, no, es que este proyecto hemos invertido ya dos años y todo este dinero en este proyecto… no podemos parar ahora". "Pero si no va a ninguna parte. ¿Por qué no podemos parar ahora?". "Por lo que hemos invertido ya". Pero lo que has invertido no lo vas a recuperar. Eso ya pasó. Ahora tienes que pensar en el futuro.
Y nada, el tío se quedaba, como el del cine, a ver la mierda de película.
Al curso siguiente fuimos allá dos con la orden " cargaros eso y volver a empezar, por favor".
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A mí me gustó la obra de " Antigona tiene un plan ": los bailes, las cariátides, Hematon... De ahí surgió Cristina Llorente, que interpretaba a Ismene, como futura actriz y cantante, que trabajó en" El rey león."
ResponderEliminarPor qué te parecía un bodrio? Por qué y cómo había que cargársela?
No lo entiendo. Tuvo su mérito Jam, el pelinaranja, coordinar a tanto adolescente de colegios de Fomento separados..
Dónde estaba el fallo, según tú?
La entrada no habla de si gustó o no, de si estaba bien hecha o si las actuaciones y coreografías eran buenas.
EliminarUn colegio no puede estar supeditado a horarios de ensayos, a acepción de personas dependiendo de quien se implica o no en el espectáculo. Un colegio es otra cosa.
A mi también me gustó.
El nivel académico del colegio terminó por los suelos.
Fue una iniciativa de corra.
No me haga decir más. Viví sus consecuencias y fueron nefastas.
Por cierto, el tema de la entrada es otro. No culpo a Jam, el pelinaranja, era su obsesión. Vivir de lo efímero.
Aquí se señala a otro ser humano. Todo fue como el fogonazo de magnesio que no quedó reflejado en la retina de casi nadie. Insisto: un colegio es otra cosa.
A mí me encantó Antígona tiene un plan. Ha sido el proyecto más importante que se ha vivido en Fomento. Eres un rabioso. Lo criticas porque ni pinchaste ni cortaste. Perdedor!
ResponderEliminarHa sido el proyecto más importante que se ha vivido en Fomento.
ResponderEliminar¡Jodo!
Cortar sí que corté.
Insisto. La entrada no va de Antígona. Va de otra cosa. Así que todos esos de " ¡ay, por favor, las sales, que se mete con Antígona y con el mejor proyecto de la Historia de Fomento!" No os habéis enterado de nada.
¡ Será por proyectos en Fomento!
EliminarNo he visto tirar más dinero en tonterías durante años!
Cuidado amigos porque Hakuna cantará en Torreciudad delante de Nachete Barrera. Reconciliación? Tiempos nuevos? Ojo al dato
ResponderEliminarEso, como diría Pedro Sánchez, ¡ " qué inventada!".
EliminarYa se les veía venir.
EliminarRecuerdo uno del Consejo General allá por inicios de los 80 cuando el CG inspiraba respeto que dijo que deseaba ser actor en la película El nombre de la Rosa porque conocía al productor. Lo consulto y le dijeron que solo si llevaba a Sean Connery a comer a VT. Connery fue a Roma pero prefirió irse a la noche romana.
ResponderEliminarSiempre me pareció que tuvo algo de loco disparate... Había gente con talento implicada... Pero... No dejó de resultar un poco ñoño todo... Y no se si el desarrollo que los acontecimientos de "producción musical" que ha tenido con los años todo aquello ha respondido a las expectativas de quienes lo iniciaron y a las bondades que se predicaba de esos proyectos...
ResponderEliminarSuso sabes si cierra Miraflores? Mi sobrino está ahí y le dicen que en septiembre se busque otro lugar. Sabes algo?
ResponderEliminarTrabajé en Fomento. Y claro que se lhabía mucho iluminado que venía cada año con ideas que parecían salvadoras.. El proyecto Optimis, Snipe... Y el barco se hundía.. Me recordaba a esa canción " ay! quien maneja mi barca, que a la deriva me lleva". Los que dirigían el barco de Fomento no llegaban ni a grumetes.Se les endiosaba y lo mismo que aparecían radiantes, desaparecian... Estaban lejos de la realidad y sobre todo la tiza y la pizarra.
ResponderEliminarHa definido usted muy bien al enfermo.
EliminarFue algo revolucionario, inaudito, disruptivo... en un "entorno" que aplicaba la regla de "los 10.000 km de distancia" de forma implacable. En ese sentido fue una bocanada de aire fresco.
ResponderEliminarEn fin, me parece que lleva ya varios comentarios con lo mismo, "don Disruptivo". No se emocione tanto, no vale la pena.
EliminarQue yo sepa a nadie se le obligaba a participar ni a colaborar en el musical.
ResponderEliminarComo usted sabe , en esta vida hay muchas formas de "obligar". Una de ellas sí se hizo. Me consta. Es un poco lo del " el que se mueve no sale en la foto".
EliminarTodo en esa historia es un poco obsesivo.
Insisto a los forofos de la que el tema no es Antígona.
"Y el director, ya embarcado y en medio del mar, decía "no, no, es que este proyecto hemos invertido ya dos años y todo este dinero en este proyecto… no podemos parar ahora". "Pero si no va a ninguna parte. ¿Por qué no podemos parar ahora?". "Por lo que hemos invertido ya".
ResponderEliminarEs una definición perfecta del sesgo del coste hundido.
McC
Efectivamente, de eso va la entrada.
EliminarEntiendo que la entrada de hoy no va de Antigona sino sobre una trampa mental muy extendida: la falacia de los costes hundidos (sunk cost fallacy). Es ese fenómeno psicológico por el que seguimos echando tiempo, dinero o energía a proyectos sin futuro, solo porque ya hemos invertido mucho en ellos. No queremos “perder” lo invertido, aunque esa inversión ya sea irrecuperable.
ResponderEliminarEn el campo profesional donde trabajé durante años, esta distinción era vital: había que saber separar los proyectos que aún tenían probabilidades reales de éxito de aquellos que estaban irremediablemente perdidos. A estos últimos había que ponerles fin cuanto antes, sin nostalgia ni piedad. Uno de mis primeros jefes lo resumía de forma inolvidable:
“No hay que andar por la vida con el culo hacia el futuro y la cabeza en el pasado.”
Hay muchos estudios sobre este fenómeno, y han caido varios premios Nobel de Economía, sin mencionarlo directamente, a sus causas y manifestaciones. Por ejemplo, Simon con sus estudios sobre la toma de decisiones bajo condiciones de racionalidad limitada, o Kahneman con sus contribuciones sobre la aversión a la pérdida.
Esa aversión a la pérdida es, para la mayoría de nosotros, una de las razones principales de este comportamiento irracional: “No puedo abandonar esto después de todo lo que me ha costado.” Pero puede haber también otras razones psicológicas: no querer admitir que uno se ha equivocado; confundir el valor de mi esfuerzo con el valor objetivo del resultado o el temor al juicio ajeno, que muchas veces pesa más que los datos objetivos.
Ejemplos hay por todas partes. He visto a personas muy inteligentes aferrarse a títulos bursátiles que han perdido casi todo su valor y que no tienen perspectivas de mejorar, con la excusa de: “Todavía no he recuperado lo que invertí.” O gente que, como en la entrada de hoy, se queda hasta el final de una película infumable solo porque ya ha pagado la entrada.
Por primera vez, leyendo la enrada de hoy, me he preguntado si hay ámbitos donde la lógica de los costes hundidos no se aplica. Y creo que sí: sobre todo en aquellos donde ponerle precio a algo es, de entrada, un error de categoría.
SIGUE (LO SIENTO POR LOS AMANTES DE LA BREVEDAD)
(SIGUE)
ResponderEliminarSi Dios aplicara conmigo la racionalidad de los costes hundidos muy mala suerte tendría: hace tiempo que habría sido descartado. En muchas circunstancias no doy frutos, y sobre todo tropiezo una y otra vez con las mismas falta: toda análisis racional indica que una inversión en mi no “vale la pena”. Y lo mismo me imagino por bastante de mis compañeros de camino en este valle de lagrimas.
Pero afortunadamente la misericordia divina no se rige por la ley del rendimiento. No es una inversión que espera resultados, sino un acto de fidelidad. Dios no se guía por nuestras promesas de mejora ni por lo que hemos rendido hasta ahora. No calcula como un gestor de fondos: ama gratuitamente, incluso a pérdida. Y sigue apostando incluso cuando sabe perfectamente que volveremos a caer una y otra vez
Desde esa perspectiva, la falacia de los costes hundidos se invierte y se convierte en virtud: persistir en amar, incluso cuando no hay retorno aparente.
En el terreno de la educación, la cosa es más compleja, no la veo tan clara y tendré que reflexionar más . A veces estoy convencido que conviene aplicar la lógica racional: hay métodos, comportamientos o planteamientos que no funcionan y que hay que cambiar sin miedo. Insistir por orgullo o por apego a una decisión pasada solo agrava el daño.
Pero otras veces no. Hay momentos en que educar significa seguir apostando por alguien que parece no responder. Confiar en que lo que hoy no da fruto, mañana puede despertar. Porque, como en la lógica divina, la vida de un hijo (o de un alumno) no se puede medir solo con balances ni resultados.
La misma duda la tengo con respecto a los grandes inventores y descubridores que muchas veces siguieron su camino a pesar de una serie infinita de fracasos, perdidas de tiempo , dinero y amistades y criticas de gente sabia.
Saber cuándo retirarse es una forma de sabiduría. Pero también lo es saber cuándo quedarse, contra toda esperanza
¡Por fin, alguien que sí lo ha entendido!
EliminarGracias.
Excelente comentario Guiri, se nota que estás (o has estado) en el mundo del Bisnes ..
EliminarAñadir que tengo oído que en las buenas entrevistas de reclutamiento se interesa saber más sobre los fracasos del candidato (y cómo los ha llevado) que no por sus éxitos...
Eso es en USA, aquí quedas descartado.
Eliminarpues no sé si Dios o las religiones, pero el tema de pórtate bien y tendrás premio (ponga aquí el premio de su religión), es un mensaje bastante extendido y motor de muuuuuuchos comportamientos porque, tal y como nos decían, no es lo mismo ir al cielo a último piso cuando te arrepientes así de rasquis antes de morir, que estar en platea a chocar la mano con Jesús, cuando eres un santo. Yo no descartaría el mercantilismo en esto de las religiones.
EliminarUsted es como el anuncio ese de los dos con pinta de incestuosos hermanos y el gato que desaparece al hacerle la foto.
EliminarHay personas que no se comportan como usted cree. Muchísimas.
Yo no espero ningún premio.
Anónimo 17:31 27 Jul. Sí, exacto de USA lo había "oído" . Gracias.
EliminarChapeau, Guiri! Tus comentario en dos partes son oro molido. Especialmente me gustó la segunda parte: ayuda a elevar la autoestima de uno que se considera una birria. En cuanto a la primera parte, es nivel MBA del IESE (me refiero a los buenos, a los grandes: Valero, Argandoña...)
ResponderEliminarCuando aparecía “Navega Express”, el periódico de Fomento, los profes más viejos de mi colegio lo llamaban “Naufraga estrés”. Buena síntesis. El incienso embriagaba los sentidos para que no se apreciara la realidad, el tedio, el siempre con lo mismo.
ResponderEliminarHakuna, dragones, antígona, etc.
ResponderEliminarComo diría Van Gaal: "¡Siempre negativo, nunca positivo!"
Pregunte ahora quién es Van Gaal, don Positivo.
EliminarRespecto al comentario del Guiri hay un libro muy recomendable del psicólogo y economista conductual Dan Ariely: "Por qué mentimos. Especialmente a nosotros mismo".
ResponderEliminarEs fácil criticar. Por cierto tu en algo sí que destacabas en este colegio; aún hoy se recuerda tu holgazanería, todos trabajando y tu roncando por los suelos como quien dice.
ResponderEliminarNo seré yo quien diga que no a eso que usted diga.
EliminarPremio Max al Mejor Espectáculo de Teatro Musical.
ResponderEliminarNi tan mal.
Ya he dicho que a mi me gustó. Usted no se ha enterado. Usted no lee, tiene anteojetras.
EliminarLo de los premios, entérese bien. Infórmese de los Max.
La idea de los padres cuando llevan a un niño al colegio es que le enseñen, que le formen y finalmente que acaben la selectividad con buenas notas.
EliminarQue el colegio haga un espectáculo en el que participan un par de alumnos, que luego gane el premio Max, no es el objetivo.
Los padres que se sacrifican para pagar el colegio no quieren premios Max para una obra que ni les va ni les viene. Quieren una buena formación para sus hijos a cambio de su dinero.
Desconozco como fue el asunto, pero los comentarios me han hecho recordar la película "Escuela de Rock".
ResponderEliminarMuy divertida.
McC
Lo cortés no quita lo valiente.
ResponderEliminarLa pregunta del millón es: cómo les fue al pitufo (o los pitufos) que estaban al frente de este blockbuster de los musicales? Intuyo que la respuesta a la pregunta explica muchas cosas.
ResponderEliminar¿ Esa es la pregunta del millón?
ResponderEliminarParece usted el gilipollas ese del anuncio de " ¿campamento digitaaaaaallll?".