He hecho una lista de amigos enfermos. No todos son lectores del Barullo- hay de todo. Con la enfermedad me llegan noticias de personas queridas que están con sus problemas, sus necesidades, sus quereres, sus dolencias, sus paisajes dramáticos.
¡Dios mío!: me veo como un naufrago en medio de la tormenta , debatiéndome entre las olas del tiempo, elevando esta lista fuera del agua y presentándote estos amig@s enfermos - lo más precioso que tengo - para salvarlos : Santi, Josum, Manuel, Andrés , Alberto, mi madre...¡tant@s!
Y te pido, desesperadamente, que acojas en la eternidad esta ofrenda, mientras sigo luchando entre las olas de los días, hasta que tú quieras, cuando quieras.

Desbloqueado nuevo modo de rezar. (Escribirlo en tu blog).
ResponderEliminarBuenos días Suso.
McC
Buenos días, amiga.
EliminarGracias Suso. Ya sabes que estás en mi lista. Un abrazo grande
ResponderEliminarUn abrazo.
EliminarMe haces pensar en un poema de Cernuda:
ResponderEliminar"Como una vela sobre el mar
resume ese azulado afán que se levanta
hasta las estrellas futuras,
hecho escala de olas
por donde pies divinos descienden al abismo,
también tu forma misma,
ángel, demonio, sueño de un amor soñado,
resume en mí un afán que en otro tiempo levantaba
hasta las nubes sus olas melancólicas.
Sintiendo todavía los pulsos de ese afán,
yo, el más enamorado,
en las orillas del amor,
sin que una luz me vea
definitivamente muerto o vivo,
contemplo sus olas y quisiera anegarme,
deseando perdidamente
descender, como los ángeles aquellos por la escala de espuma,
hasta el fondo del mismo amor que ningún hombre ha visto."
El mar es tan hermoso, porque se parece a Dios; todo lo bello lo es porque se parece a Dios.
Jamás fotografiaremos dos imágenes iguales del mar, siempre cambiante en la textura de sus olas, de los pliegues de su superficie; como un Dios nunca igual nunca monótono.
Sus olas, que rompen, pretenden o parecen pretender arrebatarnos para llevarnos con ellas y su gesto nos asusta y nos conmueve a la vez.
El mar posee la linea del horizonte donde se unen el cielo y la Tierra. Cada vez que nos encontremos con Dios, se une en nosotros el cielo y la tierra.
El mar, antes o después, borra cuanto escribimos en la orilla, para regalarnos su propio mensaje tan dificil de expresar con palabras.
El mar es un jeroglífico de la vida; sus olas marcan el ritmo, los "cuantos". Unirse a él, aunque te quite la vida, es siempre como regresar al vientre materno y sentirse en el hogar más propio.
Ante una realidad que posee tanta fuerza y tanta belleza, que nos maneja sin que podamos decidir demasiado, lo más esperanzador es dejarnos llevar por él, lejos de cualquier puerto seguro, en una confianza absoluta en su divinidad.
PRISCILIANO
Ayer en Misa me acordé de manera muy especial de ti. La ofrecí por ti, nominalmente, de manera exclusiva. Ánimo Suso, ánimo a todos.
ResponderEliminar¡Muchas gracias!
EliminarHe estado estos días cuidando a mi madre. Va con oxígeno a todos lados y a veces tiene que acostarse porque se le baja la tensión. Curiosamente suele ser por la mañana después de desayunar. Entre los objetivos puestos este año está el de comprar un sitio en el cementerio. Hemos ido a ver el cementerio donde descansan ya muchos familiares y conocidos. Entrar allí es como pasear por el pueblo e ir diciendo hola aquí y allí.
ResponderEliminarA la vez, comprendo, para ella será duro ir a elegir su siguiente “residencia”. Que larga es la vida y que corta se queda de repente. Me gustaría alargar estas tardes de fin de verano, de silencio ruidoso (la máquina de oxígeno no descansa), de meriendas al sol, y noches con manta. A ella le gustan mucho. Para mi son un regalo.
Cuídela mucho. Quiérala. Abrace, bese, acaricie. Es tiempo invertido.
EliminarGracias por su testimonio. No sñe quiñen es, pero rezo por ella.
Se llama Pilar, gracias.
EliminarMuy bonito nombre 😻
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