Entre tu corazón y el mío había un puente muy
pequeño...Y ahora estoy dibujando puentes a ver si me
encuentras.
Un puente colgante,
con tiza
brillante...
Puentes de madera,
con lápiz de
cera...
Puentes levadizos,
plateados, cobrizos...
Puentes
irrompibles,
de piedra, invisibles...
Y tú...¡Quién
creyera!
¡No los ves siquiera!
Hago cien, diez, uno...
¡No
cruzas ninguno!
Más... como te quiero...
dibujo y
espero.
¡Bellos, bellos puentes
para que me encuentres!
Elsa
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El blog de aquí se actualizará el jueves. El premio será compartir el cuponazo de la Once.
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El blog de aquí se actualizará el jueves. El premio será compartir el cuponazo de la Once.
Quien es Elsa, de donde sale, que quiere exactamente.
ResponderEliminarElsa es la autora de la poesía.
EliminarNo sé qué pretende, está muerta, y por más que le pregunto no contesta.
Se apellida Bonermann.
Para mi es una buena metáfora de las personas y de las cosas. Por ejemplo, el Barullo es un puente donde nos encontramos algun@s todos los días.
Yo ese colgante de tiza brillante lo ví enseguida. ¡Y aunque llueve, no se borra!
ResponderEliminarCada vez necesitamos más puentes en una sociedad aparentemente "multicultural". En algunos entornos nos convertirnos en parias por opiniones que en otros serían perfectamente normales.
ResponderEliminarYo crecí en un entorno mono-mental, que además no seguía las ideas hasta sus consecuencias lógicas y que rechazaba todo lo extraño. Allí no había puentes: abismos es lo que había. Luego me he dado cuenta de que eso está bastante generalizado.
Estoy por la independencia mental: que cada uno piense lo que quiera.
Siempre aparecerá un Tolón, que no te conoce y quiere salvarte del alcoholismo sin saber si eres alcohólico, que en el fondo solo quiere tener una gran opinión de si mismo y de su excelencia moral.
A todos los humanos nos gusta atravesar los puentes, pararnos en un punto intermedio, mirar el curso de las aguas y situarnos en esa tierra de nadie, donde nunca esta claro cual va a ser la orilla donde te espera tu destino.
ResponderEliminarMira a tus semejantes, parados en la clave del arco.
Estan ahi, pues es el mejor lugar para sentir el aire fresco en la cara.
Y no tener prisa para elegir una orilla concreta.