Me llama mucho la atención un tema del
que muy pocas veces nos ocupamos: la candidez del género humano. La
capacidad que tenemos de tragarnos las bolas más planetarias. Vamos,
que nos chupamos el dedo con una facilidad pasmosa.
Pienso que somos buena gente por
naturaleza. Hay algo en nuestra estructura que está hecha para
facilitar la credulidad. El perro de Pavlov: suena la campana, hay
comida. Así se forman muchas creencias, por repetición. Oigo la
campana y creo firmemente que hay comida.
Nos creemos toda información que
recibimos cierto número de veces y por distintos caminos que se
confirman entre sí. Los publicistas salgo saben de eso. Y los
políticos. Y algunos feriantes de la cosa religiosa.
"Míreme a los ojos y lea en mis labios...".
Por eso somos tan idiotas que votamos a gente que despreciamos, sin embargo, en un mes de campaña son capaces de enviarte la suficiente información para que confíes en ellos de una manera entusiasta.
"Míreme a los ojos y lea en mis labios...".
Por eso somos tan idiotas que votamos a gente que despreciamos, sin embargo, en un mes de campaña son capaces de enviarte la suficiente información para que confíes en ellos de una manera entusiasta.
Pero uno puede entender que sea fácil
creer cuando la experiencia te ha enseñado que las cosas son así.
Meto los dedos en el enchufe y ,¡coño!, eso hace pupa. O sea, creo
en lo que veo.
El problema es cuando creemos en lo que
nos dicen y que no vemos. Sin garantías de ningún tipo. “Yo jamás
subiré los impuestos...¡vamos, hombre!...¡nunca!”...”yo os
prometo la independencia y seremos más libres y más ricos”...”hijos
míos, yo os aseguro el cielo”.
O viceversa “si no confiáis en mi
nos vamos al abismo”...”España nos roba y nos esclaviza”...”si
abandonáis la barca estáis traicionando a la obra, a tus hermanos,
a la Iglesia, y te juegas tu salvación eterna".
Es lo de siempre: el que manda algo
siempre juega con tres fuerzas: la capacidad de hacer daño, la
capacidad de dar premios y la capacidad de cambiar las creencias....y
nuestros miedos de incautos inocentes que tragamos con todo.
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ResponderEliminarEso. Además estamos en la era de la comunicación, de la información. Las fuerzas comienzan a equilibrarse. Ya no es tan fácil colar el gazapo...
ResponderEliminar"Unos más que otros",¡fino análisis!,¡mojándose en la opinión y argumentando Tomás.
ResponderEliminarSiempre aconsejo el libro "Por qué engañamos (especialmente a nosotros mismos)"
ResponderEliminar"La capacidad de hacer daño, la capacidad de dar premios y la capacidad de cambiar las creencias....y nuestros miedos de incautos inocentes que tragamos con todo".
ResponderEliminar¡Muy buena!
Lorenzo de Córdoba.
Lo de la era de la comunicación que comenta el anónimo es interesante. Gracias a Snowden ahora sabemos que el morenito americano lee todos nuestros correos, y todos nos quedamos tan panchos. El Assange, que también nos ha ilustrado con Wikileaks, está encerrado por cuatro polvos, los dos primeros de mutuo acuerdo... y nadie se queja de este atropello.
ResponderEliminarEsto de desprestigiar a las almas libres también se hacía en el Betis, como leer el correo. Son patrones de conducta que se repiten..
La era de la información, y de la desinformación. Quien informa realmente?, ¿quien lo sabe?
ResponderEliminarSi alguna certeza tenemos en esta vida es que el que merendara hoy, ¡siendo sábado!, sólo le cabría la condena eterna y el rechinar de piños con toas sus muelas sueltas y rejalgares por el culo en picante efervescencia con chiribitas.
ResponderEliminarPero, ahora bien, en cambio, sin embargo y si tanti en contri a pesar de los pesares, si limpiare un cenicero con pincelito o brochita especial a tal efecto (nada de papel o con agua), pa´cá y pa´llá, pa´cá y pa´llá, se salvaría al menos hasta el próximo sábado.
Son industrias humanas, ascéticas que, quién más quién menos, aprendimos y sin las cuales hoy seríamos unos balarrasas.
(¡No rompas esta cadena. Pasa este mensaje ahora mismo o nueve de cada diez supondrán un 90%!).
Sepimos otra cosa.
ResponderEliminarHoy sábado, como cada 19 de mes, alguien pasará un saquillo de terciopelo "la "bolsa de los los pobres" y del forre de limosnas que captará, el muy cuco se quedará un puñado para comprarse unos celtas sueltos en el quiosco de abajo...que era lo que yo hacía.
¿Los pobres?,¡que se jodan!. El pobre era yo.
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EliminarNo me lo puedo q no creer, en serio Suso mío?
EliminarHasta parece escirto por ti: http://www.mimesacojea.com/2013/09/paren-las-rotativas.html?utm_source=buffer&utm_campaign=Buffer&utm_content=bufferb2eaa&utm_medium=twitter
ResponderEliminarMejor que el mío...
ResponderEliminarJoer! sólo se me ocurren 2 cosas:
ResponderEliminar1. Eres, o mejor dicho, fuiste un manguis
2. España nos roba no es una promesa, es un hecho
Y ahora, bórrame
Ese qué escribe a las 4 de la mañana como Tomás y luego como anónimo ¿no será el famoso José Carlos de imfausta memoria?
ResponderEliminarLo digo porque utiliza horario americano...
No, no...es Tomás López.
ResponderEliminarSoy su obsesión.