Recuerdo unos padres en una tutoría en
Barcelona. Salió el tema de una conversación que habían mantenido
con su hijo en el coche sobre su futuro profesional.
- ¿Qué quieres estudiar cuando
dejes el colegio?
- Quiero ser profesor- contestó el
chaval.
- ¿Pro...pro...profesor?
- Sí, me gustaría dar clases.
Los padres estaban escandalizados.
“¡Cómo se le ocurre querer ser profesor!”...”me gasto una
pasta en el colegio para que ahora venga con que quiere ser
profesor”...”¡profesor!”.
Entonces yo era un pipiolo, pero me
coscaba que la parejita me estaba diciendo que “vaya mieeerrrda de
profesión tienes”.
- ¿Y qué hay de malo en ser
profesor?- pregunté.
- Hombre, nada, no te lo tomes a
mal, pero no lo henos llevado a Viaró para que el niño quiera ser
profesor.
- ¿Y qué tiene que ser?
- Pues algo en que se gane bien la
vida- contestó la madre que, efectivamente, se había casado con un
señor que hacía que la señora viviera “de puta madre” (nunca
mejor escrito).
“Ganarse la vida”...¡vaya
frasecita!. Yo creo que la vida la ganamos nada más nacer. Para esos
padres “ganarse la vida” era el resultado de nacer “con la
vida perdida”. Y, oiga, aquí abajo no hay que ganar nada. Ya está
ganada la vida, coño.
No sé vosotros, pero uno jamás se ha
planteado eso de “ganarse la vida” a la hora de buscar trabajo.
A mi me han enseñado, y de bien pequeño, que la vida, por el hecho
de nacer, ya está ganada.
Y para ti también.
La vida hay que disfrutarla y vivirla en presente. Los que sólo intentan ver su futuro siempre salen decepcionados, además, ¿quien te dice que el futuro llegara ?. Mi abuela decía que ser feliz es disfrutar de lo que tienes.
ResponderEliminarEn el MBA nos enseñaban aquello de "Nothing is impossible". Es compatible ser profesor y ganarse bien la vida... ganársela muy bien. Es cierto que si eres profe de un cole no tienes un sueldo para echar cohetes. Pero qué me dices de alguien que llega a ser profesor en Harvard, o en The University of Chicago, o en el IESE, o en Massachusetts Institute of Technology... Es decir, llegar a ser profesor de una institución "high-level". Muchos de estos profesionales además de su más que competitivo salario (y bonus), complementan su retribución con ingresos extraordinarios (trabajos de consultoría y asesoría; publicando libros; como miembros del consejo de administración de una empresa; impartiendo conferencias; etc). Estoy hablando de casos reales (unos cuantos) de antiguos alumnos de Viaró.
ResponderEliminarYo creo que el problema de la vida es encontrar una identidad propia. Con frecuencia buscamos ocultarnos en identidades colectivas simplificadoras (“en la cálida identidad de los oprimidos o de los grupos excluidos”); incluyo los nacionalismos, que por ello también aceptan con facilidad la manipulación o el totalitarismo a cambio de una identidad. Si la autoestima se reduce a un estatus (cuando las causas del orgullo son solo sociales), en nuestra sociedad mercantilizada el razonamiento de los padres es lógico.
ResponderEliminar“Estoy perdiendo la vida de tanto querer ganármela” (José Berganmín), que es lo que dice la abuela de peque formulado por un poeta.
Desgraciadamente , existen padres así. Yo rompí con mi madre por esa razón.
ResponderEliminarTodo depende de lo que uno entienda por "ganar". Si ganar es ser el rey Midas, pues siendo profe, como que no. Pero si ganar se entiende como convertir a los tesoros más grandes de cualquier casa en hombres libres y felices, en permanecer siempre en el reino mágico y perdido para casi todos de la infancia, en tener el único horario razonable de todo el ámbito laboral, en leer, jugar, cantar, estar siempre aprendiendo, no envejecer... ¿quién se gana realmente LA VIDA?
ResponderEliminarLa enseñanza es una de las vocaciones mas importantes que existen, y exigen una verdadera preparación, no solo en la materia que se vaya a impartir, en todos los aspectos...
ResponderEliminarSi fuéramos conscientes de lo importante que es, valoraríamos muchísimo a los maestros, profesores, catedráticos... Nos encargaríamos de que se les pagase un salario bien decente, nos preocuparíamos de que se les respetase, de que se les impartieran cursos de formación, como a cualquier profesional!!!
Los arquitectos buenos dicen que su profesión tiene tres patas: la docencia, los proyectos y la critica. Al menos en España esto es así. La docencia es esencial, porque supone una alimentación de doble vía, alumno y profesor, y esto es importantísimo, porque quiere decir: Renovación.
Como ganarse la vida, entiendo que los padres se refieren a ganarse las habichuelas... Y casi todos los padres, con pocas excepciones, entienden que esto empieza por tener un puesto de trabajo fijo, un puesto de trabajo que a ser posible permita promocionar con el mínimo de riesgo. Ejemplo: la carrera en la Administración. Los padres, por lo menos los de mi generación, vivieron la guerra de pequeños, nos han educado en el MIEDO, y, generalmente, prefieren su tranquilidad, es decir, vernos en la función publica, aunque sea de chupatintas, a padecer viéndonos asumir un riesgo a nivel laboral.
ResponderEliminarCuantas veces nos han dicho: ¿Futbolista? ¿Poeta? ¿Pintor?¿Escritor? SI, despues de estudiar tu carrerita de cinco años haces lo que te de la gana...
Dos anónimos
ResponderEliminarEl primero muy interesante: la importancia de la docencia ( el caso de nuestro protagonista de hoy.
El segundo toca otro tema, en paralelo, pero no es lo mismo
Gracias a los dos