Seguimos con las reliquias...
También se conserva el taparrabos de San Juan Bautista en San
Lorenzo de Viterbo. El taparrabos del Precursor debía de estar
bueno: todo el día en el desierto, comiendo saltamontes, langostas,
grillos, gritando al viento imperio...un charcal.
La reliquia la dan besar el día del santo. Para besar eso hay que
echarle, además de una fe planetaria, mucho valor, y hacer acopio de una capacidad de apnea pulmonar que hace al piadoso fiel parecido al pez globo cuando deposita su beso en el calzonçet.
El suspensorio está
hecho de piel de camello – sólo de pensarlo a uno se le ponen los
pelos como escarpias, incluso los de los brazos....
Es sugerente la palabra "suspensorio"
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ResponderEliminarSólo una duda: el pelo (las cerdas mejor) del pellejo (me refiero al del camello), ¿quedaba por dentro hacia la zona escrotal o extramuros desafiando a las inclemencias de la llanura? Me pregunto.
ResponderEliminarPues mira, Anónimo, todo depende del grado de mortificación que se quiera poner en practica. Los del Betis, cuando menos, con las cerdas hacia adentro, con rigor, con valentía. Y separando las piernas al sentarse, a ser posible.
EliminarLas reliquias no me inspiran devoción. En muchos casos no son más que una manifestación de vanidad. No hay más que pensar en lo que sucedió con los restos mortales de San Juan de la Cruz y las peleas que provocó, hasta su mutilación.
ResponderEliminarPrefiero el romanticismo de la poetisa Carolina Coronado, quien mantuvo insepulto, vestido de levita y en constante capilla ardiente durante veinte año el cadáver de su marido, hasta que pudieron compartir los mismos funerales.
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ResponderEliminarEsto no tiene que ver con el tema, pero me ha venido a la cabeza a propósito de la entrada. Me lo contó mi madre hace años. Mis padres se conocieron hace cincuenta años en los EEUU, en un funeral. Había fallecido una estudiante joven con la que coincidían en clase. Sucedió de repente, sin previo aviso. Lo curioso viene ahora. Cuando llegaron a la casa familiar de la fallecida, se encontraron con que la habían vestido, la habian maquillado, arreglado, y la habían sentado en una silla del salón de la casa. Y allí estaban los demás, también sentados y tomando algo. Como si estuviera viva. Los amigos entraban, salían, tomaban algo y se despedían. Imagino que la enterrarían en la intimidad al dia siguiente.
ResponderEliminarNo se si esto era muy normal entonces, creo que no. Mis padres alucinaron... Y hasta hoy!!!
Barullo, Raphael te ha escuchado. ¡Saca a la venta la versión actualizada del tamborilero! Lo mejor es que en un momento determinado se da la vuelta para mirarse en un espejo y ¿Que ve? ¡Su cara cuando tenía 20 años! Si es que no sabemos lo que tenemos!!!
ResponderEliminar¡Fijate! Desde un tiempo vivo a unos 16 km de Viterbo y no sabía de esta reliquia...
ResponderEliminar¡Prometo que a la primera ocasión voy a verla yos envío unas fotos!
Elena (viterbesa)
bemvibre, te estás metiendo en un zarzal que roza la excomulgación por la vía rápida.¡ NO TE DIGO MÁS!
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