viernes, 29 de noviembre de 2013

LOS DERROTADOS.

La compasión es un gran antídoto contra la agresividad, y favorece también las conductas de ayuda y la generosidad. Lo mismo sucede con la indignación y el respeto. No se puede respetar sin indignarse ante la violación de lo valioso.

Lo valioso son las víctimas, los que han sufrido la injusticia en sus carnes, los inocentes. Urge atender a la víctima, al humillado, a todo el que no ha sido tratado con respeto. Nos convierte en guardián de nuestro hermano.

Y hoy vemos como , abandonados a su suerte, los “suyos” se encogen de hombros y contestan “¿acaso soy yo el guardián de mi hermano?”. ¡Quién ha visto a estos del PP!

Observamos la sonrisa “derrotada” de los excarcelados, manifestaciones de alegría de pueblos enteros por la suelta de alimañas que no han mostrado arrepentimiento alguno. Niños educados en el fanatismo que festejan como a héroes a lo peor de nuestra especie, ejemplos de una violencia sin compasión alguna...tañen en alguna iglesia las campanas festivas , creyentes en un dios del que blasfemo sin ningún remordimiento.

Y Fernández, el piadoso ministro, diciendo, ¡idiota!, que esa sonrisa es la de la derrota. Daís asco, sois peores, hipócritas, cobardes, porcinos.

¡Hay de este PP de politicastros apoltronados en sus cargos sin que se les caiga la cara de vergüenza, levantando las patas y poniendo el culo para ser sodomizados con esa sonrisa que sabe poner la ETA derrotada cuando penetra analmente con el ímpetu obsceno de años esperando su momento!.

Estamos hablando de ésto

11 comentarios:

  1. ¡Pobre padre! ¡Y que poca vergüenza tienen algunos!
    La Guardia Civil... Orgullo siento por ellos. Es el cuerpo mas noble y mas sufrido dentro del conjunto de las Fuerzas de Seguridad del Estado. Creedme, son una maravilla. Por tradición, por vocación, son extraordinarios. Aquí, en el norte, en los pueblos, de puertas afuera se les insulta y agrede, pero en su fuero interno, la gente sabe que puede contar con ellos, en cualquier momento y para cualquier cosa.

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  2. Una sola pregunta, una sola respuesta.
    El Juicio Final, tan complicado desde el punto de vista intelectual, se simplifica en una sola pregunta y una sola respuesta.
    Nuestro paso por esta vida se limita básicamente a adivinar la pregunta y a saber responderla sin pensar.
    ...
    Quien pueda hacerlo, claro.

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  3. Jamás pensé que viviría lo que estamos viviendo. He perdido toda la fe que tenía en la sociedad española a base de tortazos, humillaciones y traiciones como esta. Porque sigue la hoja de ruta de la que nos hablaron hace años...... y no pasa nada. Un asco.

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  4. Asier, si estás por aquí, porfa esta vez no te pongas a relativizar el tema (que si churras que si merinas). El tema de la entrada, de relativo no tiene nada.

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  5. Es lo que decía ayer de las ideologías, sea la que sea. No piensan, no sienten. Simplemente actúan para alcanzar el FIN.

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  6. Se me encoge el alma al oír a este padre. No puedo ni imaginar el desgarro de su corazón, sus noches de insomnio, su desazón, su vacío.
    Y los hipócritas que, pudiendo evitarlo - con haber relevado hace unos meses a quien votó lo que votó en Estrasburgo - no han evitado que estas hienas lo estén celebrando con mofa y escarnio para las impotentes víctimas, que no se rasguen las vestiduras por esa celebración, que no existiría si hubieran hecho lo que debían.
    Asco esencial es lo que siento, un frío glacial que nace de mis huesos..

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  7. A cualquiera se le encoge el alma al oír a este padre. Pero que un tío esté diez años más en la cárcel no devolverá a ese niño a su camita. No hará que crezca y que se haga un hombre. Triste cosa sería que el consuelo de este padre viniera de que un tío estuviera diez años más en la cárcel. La venganza no cura. La venganza nos daña más y hace que el dolor permanezca. No se ayuda a las víctimas entregándoles más venganza. Y esto no es mío, es del Evangelio, que, aunque nadie lo crea, es un libro muy práctico y que hace mejor la vida de quien lo sigue. Pero si la gente prefiere quedarse con los remedios del Levítico, allá ellos. Yo los he probado y son muchísimo peores.

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    Respuestas
    1. No es venganza señora.
      Se llama Justicia.

      Quizá algún necesite usted de ella y solo espero, de corazón, que pueda encontrarla.

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    2. Propongo justicia (cumplimiento de penas que guarden proporción con el crimen cometido) y no venganza (cal viva, ojo por ojo, muerte por muerte). Repugna al sentido común que asesinos en serie rediman su culpa con tan breves estancias en prisión.

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    3. Esa justicia de la que Ud. habla es justicia conmutativa, que es justicia de bárbaros. Es la justicia que concibe la pena de muerte como cauce legal del linchamiento, como institucionalización de la proporcionalidad de la venganza que se le debe a un sujeto, pero no es la justicia cristiana de la que habla San Pablo en Romanos. Por otra parte, poniéndonos pejigueros en cuanto a justicia legal, lo que no vale es cambiar las reglas del juego a mitad de partida. No entiendo que todo el mundo esté tan enfadado porque alguien diga que esto no se puede hacer. Y le diré que yo de la justicia humana no he recibido más que abusos. A lo mejor por eso me interesa mucho más comprender la de Dios.

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    4. Si lee mi comentario al que responde con el suyo, vera que expresamente me manifiesto n contra de la pena de muerte. Coincido en que no pueden cambiarse las reglas a mitad de partido, pero no era preciso: la interpretación que ofrecía nuestro Tribunal Supremo era solvente y ajustada a nuestro ordenamiento jurídico. Las reglas, las más básicas, las han cambiado estos asesinos. Y de la justicia divina, poco puedo decir: quizá no exista quien debe impartirla.

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