miércoles, 8 de junio de 2016

METÁFORA DE LOS COCOS.

La  vida es un cocotero.

Me explico.  Al parecer   en una isla del sur poblada por unas tribus muy primitivas cuando llega noche vieja  se celebraba una fiesta muy singular para conmemorar el nuevo año.

 Al son de los tambores y los bailes cadenciosos de muchachas que mueven con estilo sus caderas ,  con guirnaldas que cubren sus pechos ,  los jóvenes elegían a los más viejos de la aldea. Los subían  en lo alto de los cocoteros y los dejaban allá arriba con la advirtiéndoles  que se agarraran bien a las palmas reales. 

A  nosotros   el Miércoles de ceniza, un sacerdote  nos recuerda de donde venimos, y a donde vamos: del polvo, y al polvo.  Todo sea  escrito sin segundas intenciones.

A esta gente se lo recuerdan de otra manera; encaramándolos a un cocotero.

Para esos ancianos era su última oportunidad de merecer aún la vida. Entre cánticos rituales la ceremonia consistía en que los jóvenes comenzaban a mover con fuerza  los troncos con violencia  ciclópea . Metáfora perfecta: como cocos de agua ya demasiado maduros algunos viejos caían al suelo y la tribu los daba por muertos. Eso sí, seguían cantando y danzando, aloha, aloha.

Si no morían por el golpe, los finiquitaban  con la máxima atención  mediante potingues y ungüentos  con otra ceremonia  para que dejaran paso a la vida que venía detrás. 

Pero había algunos ancianos  que conseguían superar la prueba agarrándose muy fuerte a las palmas . Después de  horas agitando el cocotero, y balancearse como un tentetieso bajaban del cocotero en medio de aplausos y lograban vivir hasta el próximo fin de año . Eran   muy respetados. 

Es posible  que nos parezca  una atrocidad de costumbre. Incluso que hay  que ser  muy hijo de puta para subir a tu propio abuelo allá arriba. Sin embargo, no hay viejo que no pueda vivir un año más ni joven que no pueda morir al día siguiente. 

Me gustaría  saber  cuantos jóvenes han  fallecido  mientras dormían a la sombra de un cocotero por  la  caída de un coco en la cabeza. O  haciendo el amor con AlohaAloha. 

Moraleja: para vivir la primera condición es amar la vida y, seas joven o viejo, tener como principal proyecto no morirte. 

Otra moraleja ; a partir de cierta edad agárrate  fuerte  cocotero, que hay mucho cabrón suelto.


--------------

Gracias a tod@s   por  estar de alguna manera en la  operación de  hernia.

Estoy de "reposo"....¡¡¡yo!!!

5 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  2. De reposo ?
    Anda ya !
    A otro con esa milonga.
    Estarás de repaso, amigo.
    De repaso !

    ResponderEliminar
  3. Me alegro de que todo haya ido bien!!!
    Qué has hecho para provocarte una hernia inguinal???
    ;)

    ResponderEliminar
  4. Fue hace muchos años...muuuuchos: la alta ,montaña

    ResponderEliminar
  5. Ostras, uno no sabe si creerse estas cosas o no creerlas. Si non e vero e ben trovato!!!
    Yo tengo la impresión de haberme pasado la vida encima del cocotero. No me quiero bajar:
    “Recientemente un discípulo pensativo me preguntó: ‘Maestro, ¿cómo puede uno aproximarse bien a la muerte?’. Yo le respondí que la única manera de prepararse para la muerte consistía en convencerse de que todos los demás son gilipollas” (Umberto Eco).

    ResponderEliminar