Un incierto día , andando a ninguna parte , aparecí en un descampado de chabolas. Fue en Tarragona.
En medio de aquel arrabal , entre cascotes y automóviles medio desvencijados, había unos sillones viejos , de esos que llaman "pufs", a la puerta de un corral . Sentado en una de ellos, engominado y con voz aguardentosa , con una ventolera que le hacía amarrarse el sombrero con fuerza , estaba un sujeto reparando una vieja lavadora.
El hombre llevaba las patillas dibujadas a escuadra y cartabón. Había a su alrededor unos niños desnudos , unas matronas hipermásticas , y varios perros. Detrás del cerro que como un centinela vigilaba la gravera se veía un camino sin asfaltar , Por la senda venían hacia las barracas , en el desvarío, zombis, algunos jóvenes macilentos y entre unas uralitas había otros en cuclillas mirándose el brazo.
Se puso a llover torrencialmente. Parecía imposible poder respirar y encontrar un resquicio de aire entre gota y gota. Fui a la entrada de uno de los chamizos y pregunté si podía entrar.
- Paze uté, primo.
La televisión estaba encendida, y el vídeo ,en otra parte de la habitación , reproducía una película de kárate. Entró el hombre engominado. Me saludó.
- ¿Quiere usté costo?
- ¿Có qué?
- ¿Una papelina?
- No, yo no...
Entra una chica , rubia bote, de ojos aceitunados y unas caderas mollares. Lleva una camiseta que pone escrito en el pecho "University of Delaware".
Me mira asombrada. El granizo repica con fuerza en el tejado. .
- ¿Oye, una pregunta quiero hacerte- le digo.
- Usté dirá.
- ¿Tú has estudiado en Delaware?
- ¿Ande?
- En la Universidad de Delaware.
- ¿Qué es eso?
- Una universidad de los Estados Unidos .
- No sé...
- Como tienes la camiseta de esa Universidad...
Entonces se gira el de las patillas y dice enfadado.
- ¿Le pasa argo a las tetas de mi hija, zo cabrón?
Veo que la broma se me tuerce, se gira en forma de perro , y se dirige hacia mi a morderme els pebrots.
- Que no, hombre, que era una broma sobre lo que pone allí, sobre la Universidad de Delaware.
- Ya, justo donde están las tetas.Y porcima le llamas guarra.
- Que no - repito- es el nombre de la Universidad...¿lo ve- señalo el pechungo- DE LA WA RE...si , además, vivo en celibato apostólico, soy como un sacerdote...vamos, que nada...
"Este me da un guantazo que veo a Tarzán vestido de primera Comunión, por gilipollas..."
Mi ángel vino en mi auxilio. Dejó de llover, escampó, y yo salí de allí con un "a la paz de Dios, muchas gracias".
Este es el Suso-Satur que con el pretexto del cachondeíto. a tantos, nos salvó la vida...¡¡¡gracias!!!
ResponderEliminarQuizás soy un poco críptica, pero seguro que muchos que pasan por aquí, me entienden perfectamente.
Hasta pronto, majo.
Muy buena anécdota. Esa confusión de los nombres por parte del padre que acaba causando tanto el conflicto como la gracia de la historia está ya anticipada al comienzo, con la primera imagen, cuando se le ve reparando la lavadora. No se trata sólo de la asociación automática de los nombres, sino de que alguien cuyo mundo es la reparación de lavadoras sin salir de la chabola, forzosamente ha de tener una cosmovisión basada en el binomio mancha/limpieza, es decir, agravio/desagravio.
ResponderEliminar¡Caramba, Teniente: no da usted puntada sin hilo.
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