lunes, 13 de junio de 2016

EL MÓVIL(I)

Llego a  Barcelona Sants y  me siento en un hormiguero de   gente que viene y va: asiáticos, europeos, yankis, moros...

Y mucha gente joven  de diferentes tribus  urbanas. 

Todos  llevamos y  hablamos   con el móvil.

¿Qué es hoy un adolescente sin teléfono móvil? Nadie. Nada.

Nos pensamos evolucionados, pero sigue habiendo unos ritos de  iniciación . Voy en un vagòn  repletode  jóvenes con púas de gomina en el pelo, tatuajes, piercings. Otros, un poco más mayores, van alternativos, con camiseta  y sombrero Sinatra.

Es viernes  y a  algunos les espera  un fin de semana del primer alcohol, el primer sexo y tal vez la última droga de diseño. Ellos  no lo saben , pero repiten  las proezas de  los héroes de ayer: van armados con una lanza para matar al dragón que tiene cautiva a una bella princesa. La lanza es el teléfono móvil y gracias a watsap  el cobarde se crece con las copas, y  escribe cosas que  no haría cara a cara.

Pero  también las princesas cautivas usan la misma arma y ya no necesitan ayuda de ningún héroe para escapar del dragón. Tanto ellos como ellas saben que sin el móvil no son nada.

 Sin móvil esta gente, y nosotros , somos una mierda. Un Quijote sin lanza.



1 comentario:

  1. Esta cultura del móvil nos engaña haciéndonos creer que vivir consiste en estar pendiente de lo que hacen los demás, y que ser consiste en que los demás estén pendientes de lo que hacemos nosotros. Y así es como, en lugar de vivir vidas reales, nos acabamos transformando en seres ficticios, en humo de vapor.

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