martes, 9 de mayo de 2017

REINVENTARSE (II)

Dejar  el  lado oscuro  de  Serunión  resultó  ser  una  bendición.Me   llamó  su  director comercial  diciendo que podía seguir (perdiendo  mi antigüedad). Un  curioso  personaje. Guardo  todos  los correos  cruzados  con él  y el  de  recursos humanos. Otro  curioso  personaje. Un ser  humano que  se peina  mojándose  la  palma de  la mano  y atusándose  el flequillo  hacia adelante.

En el AVE  vi al  Chairman  de  la  empresa. Hablaba  solo  y, probablemente, parecía ver  enanitos  azules en formas de larvas. Pero  no  lo  puedo asegurar:).

Me  acerqué a saludarle. Comprobé  que  aquel  hombre no  estaba  bien  informado  sobre  mi caso. Además, yo ya  me  había  ido... 

Después de la marcha de Manuela, y sigo contando, tuve un proceso que necesito compartir.

Escribo para entenderme. Si te ayuda, mejor. Si no, pues nada: sigue tu camino. 

Al principio fue la soledad. Me sentí muy solo, aunque con el presentimiento de su cercanía, que ya  relaté en otro blog.

Esa soledad no agobiaba. Esa soledad venía de la mano del silencio, un silencio que me hacía bien. 

Durante meses anduve mucho, leí más, escribí detenidamente lo que sentía. Rezaba poco, porque hace años descubrí que no sabía orar, me costaba mucho tascar el   belfo  a la imaginación, y decidí sentir el Amor de Dios que me mira y sabe lo que me conviene. 

Fui a Guatemala.

Allí  vivo solo más de dos meses, y es en ese ambiente de silencio, de paz, de  sosiego interior, es donde poco a poco siento que  estoy muy lejos de todo, de lo mejor y de lo peor de mi. Me veo muy pequeño, ridículo. Una biografía muy tramposa, que  cree saber mucho, y haber vivido con intensidad y, sin embargo, la percibo de una manera tan dramática que me doy pena. La misma perna  que  me  dan los señores  del  lado oscuro  con sus  cuentas de  resultados, sus  frases  hechas tipo "no  queremos  mercenarios), sus  complejos de  nuevos  ricos...

Todo  sucede como acostumbran a suceder estas cosas, de un modo nada espectacular. Sobre todo, sentir la necesidad de ponerse en marcha...¿En marcha a dónde?.

Y  el motivo que me puso en marcha fue "el secreto".

Antes de Misa, en Tamahu, leo en Mateo 6...

"Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario no tendréis  recompensa de vuestro Padre celestial.
Por tanto, cuando hagas limosna, no lo vayas trompeteando por delante como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; en verdad os digo que ya reciben su paga.

Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha;
así tu limosna quedará en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.

"Y cuando oréis, no seáis como los hipócritas, que gustan de orar en las sinagogas y en las esquinas de las plazas bien plantados para ser vistos de los hombres; en verdad os digo que ya reciben su paga.

Tú, en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu aposento y, después de cerrar la puerta, ora a tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.

Y al orar, no charléis mucho, como los gentiles, que se figuran que por su palabrería van a ser escuchados.

No seáis como ellos, porque vuestro Padre sabe lo que necesitáis antes de pedírselo".
...
 "Cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas, que desfiguran su rostro para que los hombres vean que ayunan; en verdad os digo que ya reciben su paga.

Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro, para que tu ayuno sea visto, no por los hombres, sino por tu Padre que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará".

Allí estaba  el comienzo de la senda que debía recorrer: "tu Padre que ve en lo secreto". En otras traducciones se habla de "lo escondido". Y era allí donde debía dirigirme.

¿Y cómo  se comienza esa ruta que se intuye ardua, difícil, muy disciplinada?.

En el mismo texto da la pista: "Él  ya sabe lo que necesitáis antes de pedírselo". Así, pues, se trata de contemplar, de dejarse querer, de echar a andar y subir a la cima, sudando  goterones, resoplando, siguiendo tu propio camino, a tu ritmo, por los mojones que otros han dejado como señal antes que tú.

Y así  llegué a  despreciarme a mi  y  a  todo  ese  mundo  estéril, triste, falso...un  consejo,  que  no  me  has  pedido: manda  todo a  la  mierda, ¡aún  estás a  tiempo!



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ESPACIO RADICAL LIBRE: PASO A PASO

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