martes, 23 de febrero de 2021

F. ¿ QUIÉN LE PONE EL CASCABEL AL GATO?

Fue una sorpresa. Más que una sorpresa. Hoy se puede contar.

Vivía en Valladolid. Paseaba cerca del auditorio Miguel Delibes  , derrepenete, depronoto, me cruzo con ella.

Ella era una mujer que conocí hace años en X. Se dijo que habíamos estado liados. No era verdad. Y no por falta de sintonía, ganas , ni oportunidades.  Pero nos quisimos, y nos respetamos. Estaba esperando a su hija que participaba en un evento en el auditorio.

La sorpresa fue mayúscula. Charlamos de nuestras respectivas vidas. Yo entonces estaba de subdirector de Peñalba, un colegio en Valladolid.  Y ella me contó la siguiente historia.

" Hace unos meses  , también aquí, en Valladolid, me encontré con un antiguo noviete que tuve en X.  Como hoy, la sorpresa fue mayúscula. Me invitó a tomar un café. 

Comenzó con un " estás guapísima". Yo le sonreí y le dije que él tampoco estaba mal pero parecía cansado. Pidió un café. 

Tras un rato de conversación intrascendente,  me contó que hacía unos años se casó con  una mujer. Tenían dos hijos. No fue exactamente amor. Era guapa de la que se había enamorado y que, con el paso de los años, se había ido acostumbrando. Él era director comercial de la empresa del padre de su mujer .  Me confesó que sus sentimientos quizás no eran tan profundos pero se había dejado llevar, que estaba en una cárcel…me cogió a mano, " la verdad es que me equivoqué, sabes, no teníamos que haberlo dejado. Nunca he vuelto a ser más feliz que contigo".

Retiré la mano que acariciaba.

- Perdona- dijo.


Creo que la quiero pero…Y me suelta " busqué una resuelta y hoy me doy cuenta que necesitaba amor...  si tú quisieras que volviéramos a intentarlo, por mi....".

- Entonces pensé en los falsos sentimientos, los segundos platos, la falta de valor, las razones que habían hecho que los sentimientos cambiasen y se rompiese nuestro relación, hace años. Pensé en que lo que estaba haciendo ahora era jugar con sentimientos…

- Mira, F, te entiendo perfectamente. Olvídame, no te quiero desde hace mucho. Y creo que lo que te falta es valor para enfrentarte a todo y a ti. Te lo voy a poner fácil. Adiós.

Durante la conversación, de un modo despreocupado, se le escapó el nombre de la empresa en la que F. era director comercial. La conocía. Y conocía a F. Y a su mujer. Y era tutor de  sus dos hijos.

No dije nada.  F. era un hombre piadoso. Un hombre que pasaba por una persona de vida interior. F. era padre ejemplar. F. asistía a todos los medios de formación espirituales en el colegio. F. asistía a las reuniones de padres con su mujer , abrazado a su cintura.

No le dije nada a nadie. Ni a F. ni a nadie. Por dos razones. 

Una era porque yo era peor que F. Y dos, porque a esas alturas de la vida ya había aprendido que es mejor no poner el cascabel a ciertos gatos. Y él era uno de esos.


3 comentarios:

  1. Hoy me siento ruin. Qué casualidad hoy esta entrada. Ayer me pasó :-( Aún esta mañana no he podido evitar hurgar con el móvil, herramienta diabolica: mirando a los ojos todo sería muy distinto.
    Soy otro F.
    Qué pena y qué angustia. No "sé" dejar de serlo :-( :-( :-(

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  2. Siempre estás a tiempo.

    Yo pensé que no podría y, sí...es cuestión de no dejar de querer ser quien sabes debes ser.

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  3. Gracias. Creo q la palabra, al menos en mi caso, es cobarde.

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