domingo, 7 de febrero de 2021

EL BAILE DEL OSO.

 Fue Truman Capote  el que escribió "jamás contestes a una mala crítica". 


Y es un buen consejo, ya que lo mejor que puedes hacer ante una crítica es guardar silencio y  por  lo menos  aparentar que no te importa demasiado. La mayoría de  la  gente  famosa  que recibe anónimos no los  lee. Esa   misma  actitud  hay que  hacer  con  los que  nos  ponen  a  caldo  perejil pistacho. 

Todos estamos expuestos a la mirada crítica de los otros. Pretender no ser valorados por nuestros actos es un acto de suprema  tolez. Además, a  veces, esa  valoración no es objetiva  y tiene  motivos que  desconocemos.

Hay  gente  que  no  da  puntada  sin hilo  y lo que busca  es sacarte de  tus casillas  para que pierdas pie. Son esos  que cuando  eras  pequeño  te decían " ¿a que no haces tal cosa?". Y, claro, la hacías. Por eso  es infantil que  reacciones para  que te valoren  por  tus actos.

Uno disfruta  escribiendo ,  contando algo que no sé bien qué es, perseguir sueños que raras veces se realizan. O porque busco en  la  escritura  una felicidad que la vida real no me da. Sea por  lo  que sea  escribo, y  me  gusta  hacerlo, me lean dos , o cuatrocientos.

“La palabra humana —escribe Flaubert— es como caldera rota en la que tocamos música para que bailen los osos, cuando querríamos conmover a las estrellas”. Probablemente  ese  es  el  resultado de  este blog: aspiro a  conmover  las  estrellas , y solo bailan  los osos  ( y que  me  disculpen  mis  pocos  y fieles lectores  por la osezna  comparación).

El  mundo está lleno de gente empeñada en tratar a algunas  personas   como si fueran alumnos de guardería  que van con su nombre  puesto en un cartelito, cogidos de una cuerdecita , con la  seño delante.  Que tienen que llevar como sea por el buen camino. 

Hay  personas  que  entran en nuestra vida como  un vendaval que se cuela por la ventana y nos deja la casa  pata  arriba. ¡Esas  son las  que  me  gustan!. La  que  nos  enfrenta no tanto a lo que conocemos como a lo que no sabemos explicar. Que  nos dejan  perplejos, sin saber qué decir porque  nos  ha  dado  la  vuelta como un calcetín.  

“Siempre he confiado en la bondad de los desconocidos”, dice la inolvidable protagonista de "Un tranvía llamado  deseo" , la obra de  Tennessee William. Sí, tengo algo en común con esa  persona. A veces me  desvelo  por las noches soñando con locas historias que logren conmover a las estrellas, y todo lo que consigo  es hacer bailar a los osos. Pero ¿puedo vivir sin esos bailes? No, no puedo, por eso solo me queda confiar en la bondad de esos desconocidos que sois  vosotr@s ,  l@s lector@s que alguna vez llamáis  a la  puerta  del Barullo.

Resultat d'imatges de BAILE DEL OSO EN LA CALLE

6 comentarios:

  1. Si te sirve, he encontrado consuelo alguna vez en tu Barullo. Fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Lo daba por obvio... pero por si acaso, por si sirve .... llevo años q es lo primero q hago x la mñn. Este blog y los anteriores.
    Enganchao :-)
    Abrazote :-)

    Tero

    ResponderEliminar
  3. Te leo todos los dias, y si algùn dìa salta, el dìa siguiente, doble. No pares, por favor!

    ResponderEliminar
  4. Gracias, Elena.

    No escribo para que me lean, pero me anima mucho saber quien me lee.

    ResponderEliminar