"Llaneza, muchacho, no te encumbres, que toda afectación es mala." le dice en el Quijote Maese Pedro a su ayudante.
"Llaneza", hermosa palabra.
Preciosa virtud que consiste en que se te entiende todo, que te vistes sencillamente, que preguntas lo que no sabes o comprendes, que sabes estar y hablar con el listo y con el tonto, con el rico y con el pobre.
Que no tratas de impresionar a nadie, y que no te dejas impresionar por nadie.
He vivido, que es lo mismo que decir "he sufrido", de esas cabezas complicadas, encumbradas en la fatuidad, revestidas de frases y metáforas floridas y barrocas. Todo es artificio.
Y , aunque es cosa de inseguros, en ocasiones siempre me han producido , ya no pena, sino repulsión, casi asco.
Las metáforas cursis de Pedro Sánchez , hombre de una complejidad extrema, me producen arcadas, como el brote de una potada sobrevenida.
La falta de llaneza debería estar penada en el código penal con una mano de usties.
No hay comentarios:
Publicar un comentario