La fe, para mí, es salir de la barca y ponerme a andar sobra las aguas. Es confianza ciega y total.
Eso no lo hacen las personas religiosas, que fían todo a la cultura donde nacieron. Pertenecen a un aparato burocrático, dependen de un administrador ricamente adornado, como los pájaros del paraíso, como son algunos cardenales o Papas.
No es eso, no es eso.
La fe es simplemente tocar durante un momento lo más ardiente . Es la cumbre de la experiencia humana. Es lo más denso que puedas acariciar. Es cuando comprendemos que hay algo que no se destruye jamás. Ni tan siquiera en las peores condiciones, algo que no desaparecerá nunca.
El amor , y me refiero al de verdad, al de quilates, es fe.
La fe es como una fiesta infantil. Jesús tenía cosas de niño. No consiste en recitar un dogma, ni una sucursal de un banco en el cielo, donde los banqueros van de vez en cuando a contarnos cuentos.
Cuando veo esos obispos vestidos de faraonas locas me entrar ganas de hacerles una chuchufleta y decirles " ¿de verdad cree usted en algo?". Es de risa. Me pregunto si esta gente ha leído bien todos los fragmentos que Jesús habla de los fariseos, de los ricos, de los poderosos.
La fe es como una fiesta infantil. Jesús tenía cosas de niño. No consiste en recitar un dogma, ni una sucursal de un banco en el cielo, donde los banqueros van de vez en cuando a contarnos cuentos.
Cuando veo esos obispos vestidos de faraonas locas me entrar ganas de hacerles una chuchufleta y decirles " ¿de verdad cree usted en algo?". Es de risa. Me pregunto si esta gente ha leído bien todos los fragmentos que Jesús habla de los fariseos, de los ricos, de los poderosos.
Porque si lo han leído es para ponerse en pelotas, quemar casullas, sotanas, anillos, coches, y tramolla, y echar a correr.
En el Evangelio la fe tiene rostro muy humilde, de gente cortita, paleta, sucia. A veces pienso que toda esa tropa que seguía a Jesús olería muy mal. Ese Dios que es más fácil de matar que un pajarico, que explotar una pompa de jabón, que desgarrar una hoja de papel: hasta los niños saben eso.
La Fe...¡Dios, qué maravilla!
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