lunes, 28 de junio de 2021

LA HORMIGA

Sentado en un viejo sillón de mimbre  extendí las piernas y apoyé los talones de mis pies desnudos en la silla de una terraza frente al paisaje de casa. Atardecía.


Un poco más allá se hallaba a mi entera disposición el resto del universo. Mientras la luz de junio sumía la tarde en una dorada melancolía, con un vaso en la mano de vodka  con naranja y mucho hielo , buscaba inútilmente en la memoria algún hecho que diera sentido a mi  vida.


A uno le parece que sus recuerdos son como los niños, cada vez que te los encuentras de nuevo te asombras de lo que han crecido.


Y de pronto observé que una hormiga, después de sortear mi tobillo, estaba ascendiendo hacia lo alto de mis pies desnudos Probablemente , pensé,  sea  una de esas hormigas diminutas, solitarias, encargadas de explorar cualquier posibilidad de alimento lejos del hormiguero y que se había extraviado. 


Una vez coronado el empeine la hormiga se detuvo como dudando, pero finalmente siguió camino con determinación hasta llegar a la cima, que en este caso se trataba del dedo gordo de mi pie izquierdo.


Aunque habría bastado con un leve movimiento de talón para que la hormiga se precipitara en el vacío,  decidí  respetarla y pensé  en esa hormiga exploradora que se había constituido por un momento en una prolongación de su ser y con la que compartía la misma confusión y el mismo paisaje. 


Igual que ella , nuestras vidas dependía del azar de un ligero golpe de talón en cualquier barandilla nos enviara a la mierda para siempre. La hormiga se demoró en lo alto del dedo gordo del pie. ¿Qué vería ella desde allí? 


Parece que nada. Enseguida inició la bajada para seguir con su destino en busca de vete a saber qué. Tal vez a su pareja. 


Me di cuenta de que todos los sueños de mi vida habían terminado convertidos en una hormiga al borde del dedo gordo de Dios, de modo que dejé a un lado mis pensamientos, miré  a lo lejos y acerqué la copa a  mis labios.


Al regresar a casa encontré estas plantas , y me han dicho: tendrías que hacer como nosotras, dormir mucho tiempo, una cura de ausencia y de silencio, mira qué bien me queda.







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