sábado, 8 de febrero de 2025

IMITÁNDOME.

Hay una anécdota muy buena sobre Bob Dylan. Hace pocos años fue detenido en los alrededores de Nueva Jersey. Solo y bajo la lluvia, como un anciano desorientado. El compositor y premio Nóbel   más célebre del planeta se paseaba con un pantalón de chándal, unas katiuskas y dos chubasqueros cubriéndole la cabeza. Se dirigió a él una agente de policía para identificarle, pensando que era  un pringao. El viejo le contestó que era Bob Dylan y que buscaba casas en venta. Fue subido al coche policial  de inmediato. Un sargento, informado de que Dylan estaba a cargo de la policía, fue a echarle un vistazo. Lo miró de arriba abajo y bufó: “Este no es Bob Dylan”.


No era Bob Dylan, o sí. Era Bob Dylan hasta los cojones de ser Bob Dylan. Podrías ser tú, o yo, qué más da. Todos somos esa mierda que va desorientada por la calle hasta los cojones de ser nosotros mismos.


De Charles Chaplin se cuenta que se presentó de incógnito a un concurso de imitadores de  Charlot  y quedó tercero.


Uno en la vida ha sido lo que es porque imitaba modelos que admiraba. Siendo profesor tenía unos patrones de comportamiento que copiaba, los calcaba. Eso me daba seguridad. Y cuando ya estaba hecho al personaje, volaba solo con mi estilo. Debo mucho a personas que no saben que les debo mucho.


Pero llega un día que lo más complicado no es imitar a otros, sino no dejar de ser uno mismo. Porque ya eres una caricatura de lo que fuiste. 


Vivimos en un planeta que nos obliga a parecernos a los demás. No hay más que ver muchos anuncios.  Ser fiel a nuestras propias incoherencias no es fácil.


Muchas veces nos preguntamos quienes somos, cuando la verdadera cuestión es por qué soy como soy. Es una pregunta que le planteo muchas veces a Dios  cuando rezo: Dios mío, por qué de todas las estupideces que se pueden hacer en este mundo ,  de todos los errores, todos los fracasos, todos los cruces de caminos presentes  y futuros, me fueron a tocar   estos, y no aquellos.


Dios mío, por qué coño me hiciste así. 


Por qué soy tan aprensivo, por qué soy tan intuitivo y me tiro de la moto sin pensar las cosas dos veces. Por qué tengo este hastío y desgana  con la gente que me quiere, por qué si veo una farola con faldas me pongo loco, por qué me emocionan la letras de canciones cursis, por qué esas tristezas  que me asaltan, de repente, con un Jack Daniel's en la mano.


Por qué soy tan gilipollas.


Si me presentara a un concurso de imitadores de Suso Mendive… ¿a que quedo último?





16 comentarios:

  1. Siempre has tenido una audiencia cautiva y cautivada. Quizás cogiste tics de alguien, pero ERES "el Sr. Mendive", auténtico e inimitable.
    Hace tiempo escribiste que echabas de menos las aulas y los alumnos. ¿No te planteaste dar catequesis infantil en alguna parroquia gallega? Lo petarías.

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    1. Tú lo has dicho " hace tiempo escribí"...hoy, con 67 tacos , me falta paciencia. Cuando veo a las catequistas en mi parroquia pienso " pero qué tortazo tiene ese niño...¡pero qué tortazo!".

      Hoy me llevo mejor con otro tipo de personas.

      Gracias de todas formas por tu consejo.

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  2. Consejicos mañaneros, ya se sabe. Cuando leo un libro, cuando veo una película, cuando escucho un buen consejo, siempre pienso, "esto le iría bien a esta, o a esta otra", pero nunca me doy por aludida. Yo ya solo aspiro a que no me quieran cambiar, y cuando hablo con alguien que no me dejar terminar una frase, con la intención de meter su cuña, pongo esa cara que solo se poner yo y desparramo confusión.

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    1. Pues vale. Me parece que usted ha intentado meter cuchara con su " consejito mañanero"...poniendo esa cara que solo usted sabe poner desparramando confusión.

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  3. Con Max, te has apuntado, ya estabas apuntado, alguien te ha "prestado" su cuenta, o cómo lo has hecho?

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  4. Muy interesante esto que cuentas. Precisamente en eso es en lo que trabajo: ayudar a los que se animan a hacerse esas preguntas y encontrar respuestas con el fin de saber que al final del día lo que uno es se resume en tres palabras: hijito (o hijita) de Dios. Redescubrirse como hijo pequeño de un padre bueno es lo más cuando uno ya ha andado mucho en esta vida. Quitarse máscaras y disfraces para quedarse desnudo y sin vergüenza delante del sol que solo quiere calentar y dar vida.
    Como si fuera fácil, verdad?

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  5. Pues como en cualquier plataforma de streaming. Me di de alta. Voy cambiando, estuve en Netflix , que me preció muy mojona. Después Filmin, que tiene un catálogo de clásicos buenísimos. Y ahora estoy en HBO .

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    1. Y qué te ha parecido la docuserie?

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    2. No la he visto. Ni la veré. No vi al mojón de Évole con el papa, ni tampoco a la Terribas. Mañana escribo sobre este asunto. Están eufóricos en redes con el tema. Pero me da que lo ven los del corral, los con plumas, y los desplumados.
      Al resto le importa nada.

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  6. Los humanos somos imitadores, como los monos.
    Estas Navidades regalaron cocinitas y cochecitos de bebé a mis sobrinas nietas. Hacían lo que sus mamás: pasear una muñeca por el pasillo o hacer ver que cocinaban alguna cosa. Esto viene de lejos, Suso.
    El problema es cuando de mayor sigues imitando sin ideas propias. Pienso que es lógico, cuando entras en un ambiente desconocido, aplicar el "allá donde fueres haz lo que vieres". Cuando te asientas ya adoptas tu estilo propio.
    Vaya, que si viviésemos en la selva amazónica estaríamos con un taparrabos y aquí nos vestimos con Mango.
    El problema es cuando la imitación se convierte en el personaje que enseñas (yo hago el papel de futbolista en el Bayer Leverkusen) y la persona está muuuuuy lejos del personaje y vive una doble vida / doble güisqui. Pienso que la persona enferma y se confunde con su personaje. Como el título de la novela "El hombre sin atributos", porque se los dan todos, los atributos: se trata de imitar, nada propio.
    Conocí a uno que después de pitar se compró el anillo de la fidelidad (todos llevaban un "anillaco" y el recién pitado, pues a por ello; era mayor de edad). Le explicaron, que no cunda el pánico.
    La presión social es muy poderosa, todos somos víctimas de ella. Incluso diferenciarse puede ser debido a "querer ser diferente"; luego cuando hay muchos diferentes igual ya se considera una corriente en la que nos mimetizamos.
    Conclusión: "tolle, lege".

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  7. Dos buenas anécdotas de Chaplin y Bob Dylan.

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  8. Los Goya son lo peor de una sociedad pueblerina que se cree citadina y es paleta. Se dice y se dice la verdad.

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  9. Con profunda alegría les digo amigos que después de 35 años fuera del Betis y dos años que estuve dentro allá por el 88 y 89, vuelvo a estar dentro como numerario, en mi viudez, en mi Zaragoza natal y en mi Cuéllar de mis amores. Que alegría que los numerarios están volviendo, ya son más de 15 solo en Aragón. Que gozo!

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    1. Abandone la botella...¿ Ha vuelto a pitar de numerario?

      ¡Joder como están cambiando las cosas!

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    2. Dios mío, hasta donde les llega la crisis. Lo nunca visto.

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  10. La opus se parece cada día más al lo del milagro de P.Tinto
    https://youtu.be/RU-mpuCjtcA?si=494cd3pCELmDck_1

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