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El sacerdote de Tamahú cuando estuve en Guatemala me dijo " tú y yo nunca seremos amigos, somos correligionarios- compartimos la misma religión- pero no amistad". Tal vez es la manera más delicada que han tenido conmigo de mandarme a la mierda. Aquel día , decidí abandonar esa aventura y pasar unos días viajando y ver el país de arriba a abajo.
Uno de los lugares que visité fue Semuc Champey. Un paraje idílico, paradisíaco.
Llegué en una guagua en dos días de viaje , por etapas entre aldeas . La subida hasta el mirador es una ascensión de dos horas y media a pie. Mucho calor, mucha humedad, lo sudas todo. La ascensión no ofrece tregua. En la selva, como en Tamahú, viven en las aldeas indígenas ketchis. Aparecen por aquí y por allá, de un modo imprevisible , y venden a los excursionistas agua y refrescos.
Las niñas pequeñas iban descalzas.
Desde la cima contemplas allá abajo las pozas. Después, bajé a darme un baño.
La gente , como siempre, el mejor paisaje.
En las pozas me crucé con unos americanos que se hospedaban en un Resort de cabañas privadas, y con un buen restaurante. Morro fino.
Los tíos no paraban de mirar el móvil. Increíble, ir hasta allí y andar con prisa. Encerrados en esa calaveras de piel y huesos que son los cuerpos de esos turistas , ancianos en su mayoría , ya ajados . Tan solos. Comprando a los indios botellines de agua a precio de oro.
Sin pausa, no hay mirada, y sin mirada, qué somos. No hay diferencias.
La selva para el turista es a veces sólo un decorado. Uno de esos decorados de poster de agencia de viajes , con cielos pintados y casas que son apenas fachadas sujetas con armatostes de madera.
Sabía que no volvería allí. Y me bañé relamiendo y paladeando las horas. Alcé la vista al mirador y me sumergí en esa belleza. Algo extraordinario.
Y no era el lugar, ni lo exótico, ni las aguas turquesas , ni los paisajes, ni las gentes. Era yo. Yo era el instante, y no quería que se me escapase.
Era el protagonista. Y me detuve mirando las cosas con generosidad, con ternura y con pausa… sabiendo que era la última vez.
Impresionante lugar.
ResponderEliminarMcC
Es de una belleza que conmueve. Lo de sus pájaros y los sonidos de la selva es difícil de describir.
EliminarPara pozas, las del Pirineo oscense, como Usted bien sabe.
ResponderEliminarEs verdad, pero son otros paisajes.
EliminarY el nacedero del Urederra, todos ellos sitios fabulosos
Eliminar¡Tiene muy buena pinta el nacedero!...pero cobran un pico. Lo mismo que en Mont Rebei...habrá que ir en temporada baja.
EliminarY del Pre Pirineo. Debajo de Guara, allá por la Almunia del Romeral.
EliminarQue cooobraaaan? Por ir a la naturalezaaaaa? Joputas! ¿Y qué hacen con los presupuestos de la diputación o equivalente???
EliminarEstabas en forma cabrito.
ResponderEliminarComo un toro ♉
EliminarVeo la primera foto y me recuerdas a Sylvester Stallone en Rambo II. De tu cuello cuelgan unas medallas; no sé ven bien. Imagino que una corresponde al escapulario del Carmen, ¿y la(s) otra(s)?
ResponderEliminarPor cierto, me alegra ver que no llevabas tatuajes. No los soporto (los tatoos). Cosas mías.
Son la medalla del Carmen y el anillo de boda de Manuela.
EliminarMe los robaron cuando vivía en Bellaterra.
El único tatuaje que llevo es en los pinrreles la marca de la goma de los calcetines grabada como un tatuaje maorí. Y también la marca de los calzoncillos en la cintura.
A mí los tatuajes no me gustan. Pero lo que realmente odio y me produce rechazo son los piercings.
EliminarTengo una sobrina guapísima que está llena de piercings: oreja, labios y nariz. Además lleva ropa cuatro tallas más grande y el corte de pelo parece que se lo haya hecho su peor enemigo (en Iranzo).
Una vez le comenté: ¿tú? ¿del montón? ¡¡¡si has nacido para Miss Mundo!!!
Ni siquiera ese conjuro la hizo reaccionar.
Hay personas que no se gustan y no quieren gustar. Disfrutan despreciando y despreciándose.
EliminarSeguramente no tiene nada que ver, pero las primeras líneas me han recordado aquella línea de Lope de Vega..."¿Qué tengo yo, que mi amistad procuras?". Pues eso, y lo de las pozas me ha traído recuerdos gratos, refrescantes y sudados.
ResponderEliminarLa belleza natural de Guatemala es así. En América la naturaleza es la reina por excelencia. Recuerdo la impresión de ver los volcanes aún echando fuego, y las calles de la ciudad convertidas en auténticos ríos durante la tormenta diaria en la temporada de lluvias. En América del norte también es así. Una exuberancia que es exagerada. Cerca de casa tenemos un río y en invierno baja con hielo. Se forman unas capas de hielo que al chocar unas con otras se van levantando formando prismas increíbles. Y el sonido del hielo al chocar es espeluznante. Luego llega la primavera y todo explota en color y en vida. Maravilloso. Gracias por las fotos. Si ánimo a mis gentes a turistear en Guatemala prometo no sacar el móvil (mucho)
ResponderEliminarEs. La selva es impresionante en sus sonidos y colores. En Centroamérica hay dos estaciones, seca y de lluvias. Y cuando jarrea lo hace con ganas, a lo bestia. Y siempre casi a la misma hora.
EliminarEl mundo es maravilloso. A veces pienso, cuando veo pasar a miles y miles de peregrinos en dirección a Santiago. que no sabemos lo que tenemos. Y tampoco ellos saben lo que tienen.
Todo es admirable. Prefiero estar sorprendido : siempre sorprendido.
A ese viaje me apunto, el lugar el mismo que compartían loa americanos (el habitual en la locura de los viajeros actuales), el viaje completamente diferente.
ResponderEliminarTuve una novia que quizá era la mujer más hermosa del mundo, pero empeñada siempre en afearse con la ropa, el desaliño en pelo y demás. Le insistía en que brillara, en que exhibiera exultante su belleza; pero no había manera, se desdibujaba todo lo que podía. Cuando se dió cuenta del error ya era tarde.
ResponderEliminarCómo decíamos el otro día, el de la vocación?
EliminarEl que tengas un don, no te obliga a lucirlo, ni a hacer de ello "lo tuyo".
Y además hay muchos motivos por los que uno puede querer no exhibirse, e incluso desear pasar desapercibido.
McC
Cuando uno se conoce no queda otra que aceptarse. Cada uno es como es. Yo tengo muchas cosas en mi carácter , y no todas me gustan. Soy un narcisista y, simultáneamente , cada vez me gusta más estar solo. Una contradicción. Porque el narcisista necesita público.
EliminarAsí que lo mejor - así lo veo - es dejar de preocuparse por las emociones, opiniones y egos.
Como se pone en los labios de Tomás Moro en "Un hombre para la eternidad" (cito de memoria):
Eliminar"¿quién es mi público? mi público es Dios".
Desgraciadamente, tras eso a veces se ocultan traumas de infancia...
EliminarJoder, resulta difícil para los padres educar la autoestima sin pasarse y dar lugar a soberbios monstruitos, o no llegar y producir gente acomplejada...
Eliminé la cuña argentina pro opus por la misma razón que no publico las de en contra. Tenéis otras páginas para escribir en uno o en otro sentido.
ResponderEliminarMi amigo Paco es de la opus, numerario . Lleva toda su vida . Hagan lo que haga y cómo lo hagan le parecerá bien .
Mi amigo Xavi fue de la opus . Lleva fuera quince años . Haga lo que hagan y cómo lo hagan los de la opus le arecerá muy mal. Paco es un forofo , Xavi no consigue pasar página “Ser” de algo, o "ex de algo un es una forma de esclavitud.
Luego está el Vaticano y el papa, un anciano con TOC'S muy principales.
Y en medio estamos unos tíos que nos gustaría que la opus dejasen de bailar con tutú y se pusiesen de verdad las pilas en unos cuantos temas.
Pero allá ellos.
Paréceme que este comentario está lejos de lo correcto...paréceme.
EliminarCon el Tordesillas FC pasará aquello de "Entre todos la mataron y ella sola se murió"...
EliminarEquidistante.
EliminarLo que usted diga. Paso.
EliminarAcertado, desde mi punto de vista. Al fin y al cabo, todos somos humanos. Pocos monstruos o dioses hay en el mundo. Ni se es malo por ser de la opus ni bueno por dejarla, ni viceversa. ¿Por qué tomar partido a favor de unos e, invariablemente, en contra de otros?
EliminarY en cuanto al papa, soy de los que piensan que Dios escribe derecho con renglones torcidos. Y la mayoría somos renglones torcidos. El papa no se escapa. Hubo papa pro opus, ahora lo hay pro jesuitas. Papa al fin y al cabo. Creo -al menos, eso veo a mi alrededor- que, gracias a Dios, la mayoría de los cristianos de a pie están al margen de esas "luchas" internas... no todos, pero la mayoría.
El mundo está lleno de gente que te pide adhesión ciega sin dar nada a cambio, si no es porculo -políticos, entidades, colectivos…-.
EliminarBeatus ille qui sequitur semitam suam, et cum aliquo non iurgium habet… salvo, eso sí, con la maldad y la hipocresía, pues no olvidemos que, como bien dijo Edmund Burke (que tampoco es que sea santo de mi devoción, pero tiene algunas frases muy buenas): «the only thing necessary for the triumph of evil is for good men to do nothing».
Gracias.
EliminarMe parecen muy atractivos los estilos duros en las chicas: piercings, algún tatoo, la cabeza pelada o medio pelada, ropa ancha. No es mi estilo preferido, yo soy más bien de gustos tradicionales, pero cuando me encuentro con un estilo diferente, reconozco que me gusta. La belleza se nota más cuando lo que la envuelve es mas áspero. Al fin y al cabo, lo que hace realmente bella a una persona es algo que está más allá de la indumentaria.
ResponderEliminarY en lo que se refiere a la entrada, ¡qué bonita es América! ¡Qué bonita es Abya Yala! Nunca la he visitado, pero tengo muchas ganas de conocerla. Especialmente Argentina, Jujuy... Sólo pensar en la música que se genera en esa tierra, me entran deseos de pasar un tiempo largo y reposado allá. Quizá algún día.
PRISCILIANO
Yo estoy de acuerdo en que lo que hace bella a una persona es el carácter, la amabilidad, que sea buena gente...
EliminarLo del estilo, es que es una cuestión tribal. Te vistes como se visten los de tu tribu, allí hay una filosofía. Si eres un poco dependiente y te falta personalidad acabas con tu agenda Luxindex y la hoja de normas dentro, blaizer, pantalones grises, corbata y zapatos de moda (castellanos, de cordones, náuticas, depende del momento).
En la delegación de Barcelona se pusieron de moda durante un tiempo unas chaquetas así como de peluquero, pero de diferentes colores.
Lo recuerdo - lo las chaquetas. Parecían payasos.
Eliminarhubo un comentador Luxindex,....ainshhh, ahora pillo la retranca.
EliminarGuatemala es el paraíso. Los recuerdos y sensaciones que tengo de mis meses allí son muy parecidos a lo que describes. Estuviste en Panajachel? Si algun día me pierdo, estaré en cualquiera de los pueblos del lago Atitlán.
ResponderEliminarPor cierto que yo venía aquí a darte las gracias por The night of. No sé cómo se me había escapado. Solo llevo 2 capítulos pero es muy top.
No conocí Panachtajel. Lastima.
EliminarLa serie es muyyyy buena
Pues sobre el mismo tema de fondo, pero muy distinta, te recomiendo Rectify. Una obra de arte. El único problema es no está en ninguna plataforma… pero vamos que la encuentras fácil por ahí;-)
ResponderEliminarMaría Ostiz no jugaba en el Nápoles pero su familia era muy amiga de Yoya, la cuñada de del Portillo y visitaba mucho a Portillo en Roma. De hecho, cuando iba llevaba chorizo auténtico de Pamplona que chiflaba a Javi.
ResponderEliminar"¿ Yoya?"... si fuese con P sería " Yopa".
EliminarSe lo comentaremos a. Mopa.
No he entendido de qué va este comentario, en general y en relación a la entrada. A lo mejor el Anonimo quiere compartir que en Guatemala también les chiflan los chorizos de Pamplona. Además, Yoya cuñada de del Portillo, me parece un personaje apócrifo invento del Anónimo de turno. La Yoya que me suena de la “Epopeya de Fútbol” es Gloria Garcia Herrero, esposa de tío Santiago, cuñada del Fundador.
EliminarYoya era la cuñada de Portillo
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