EL LORO DE FLAUBERT.

jueves, 7 de agosto de 2025

Acabo de leer "Un corazón sencillo". Uno de los Tres cuentos publicados por Flaubert en el ocaso de su vida. Felicité es la protagonista. Curioso nombre para alguien tan desgraciada. La suya es una vida llena de pérdidas; una vida vivida sencillamente, una vida que se agarra desesperadamente a todo lo que pueda ser amado, sea Theodore, Virginia, Madame Auban, Víctor o el loro Lulú. 


La historia trata de la dificultad de tener sentimientos sinceros y verdaderos en un mundo duro, difícil, hostil, que no deja un resquicio a la esperanza en el corazón de esa mujer.


Me acordé de alguna de esas mujeres que llamo los lunes en el teléfono de la Cruz Roja. Personas que tienen ese tipo de corazón rudo por su falta de educación, analfabetas por necesidades familiares, y que han currado y vivido para los suyos como bestias. Pero siempre almas tiernas.  Siempre, siempre generosas. El amor no está en el objeto que lo recibe, sino en el sujeto que lo siente. 


Felicité se entrega a sus obligaciones laborales por completo, sin cuestionarse nunca esta entrega. Se entrega también a sus amores, sin pensar jamás en la correspondencia. La pérdida de todos ellos va llevando su vida hasta su propio fin. La muerte se le aparece como una epifanía en la forma del amado loro, por su imaginación asimilado al Espíritu Santo, aquella persona de la Trinidad que pocos comprenden, y ella menos que nadie. 


Flaubert dijo sobre el cuento: “Es la Historia de un corazón simple, es simplemente el relato de una vida oscura, la de una pobre muchacha campesina, devota pero mística, abnegada sin exaltación y tierna como el pan fresco. Ama sucesivamente a un hombre, a los hijos de su ama, a un sobrino, a un viejo al que cuida, luego a su loro; cuando el loro está muerto, lo manda disecar y, cuando le toca morir a ella, confunde al loro con el Espíritu Santo. No es en modo alguno irónico como usted supone, sino al contrario, muy serio y muy triste. Quiero mover a piedad, hacer llorar a las almas sensibles, siendo yo una de ellas”.


Al terminar de leer este párrafo me quedé confuso. Porque entiendo muy bien a Felicité. Yo creo que también tendré mi particular loro Lulú. Y estoy convencido que lo confundiré y lo nombraré con un nombre que me sé yo. Y me dará lo mismo, que me dará igual que sea una fantasía. Que sea un trapo lleno de serrín. Moriré humano.


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NUEVA ENTRADA EN ULTREYA.

13 comentarios

  1. Le debemos esta maravilla a George Sand, que le soltó a Flaubert, básicamente: ¿A qué no eres capaz de no ser un cabronazo escribiendo? Porque el amigo Flo no dejaba títere con cabeza, se gastaba una bilis tremenda. Se puso manos a la obra (le costó lo suyo, tres años para treinta páginas). Quería emocionar, hacer llorar a cántaros. Y no de forma fácil, que eso no tenía ningún mérito: escogió, deliberadamente, algo de entrada muy ridículo: que una mujer encontrara la sacralidad en un loro disecado. Se llegó a comprar uno y lo miraba a diario y dice en sus cartas que a veces le daban ganas de darle mamporros. Muy complicado lo que pretendía Flaubert: que lo del loro no hiciera soltar carcajadas y que no diera lástima, que fuera algo tan triste como glorioso, que tuviera gusanos y se le saliera la estopa y fuera a la vez sagrado gracias al corazón de Felicité: quería que estrujara el del lector y le dejara temblando. Lo consiguió, desde luego. Se basó en la vida de la criada de su madre, que también fue su nodriza y le contaba un montón de historias populares cuando era pequeño. Hay una ternura increíble en este cuento, y no solo con la criada: también los ricos, con todas sus miserias, acaban dándonos lástima. Flaubert, por cierto, es el inventor de "Dios" en la literatura. Así lo decía, con esa soberbia que se gastaba. Creó un tipo de narrador nuevo, indirecto, omnisciente pero oculto, que no daba opinión alguna ni se inmiscuía en la historia e iba paseando objetivamente de un lugar a otro. Flaubert llevaba a gala que nadie supiera lo que él pensaba realmente de lo que estaba contando.

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    1. ¡Muchísimas gracias por su comentario!

      De verdad.

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  2. A mí esto me trae recuerdos:

    El entorno de las HAM niega que haya "retención, manipulación o aislamiento" de las religiosas https://share.google/tsjvr8AAMY2t6iGGz

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    1. No tengo criterio para opinar sobre el tema. Parece que usted sí.

      Hay cosas que me chocan , una es que fue aprobada por Cobo como Asociación Pública de Fieles, con vistas a su futura erección como Instituto de Vida Consagrada de derecho diocesano, tras examinar detenidamente su contenido.

      Otra es la confusión y el sidral que lían con otros grupos como Emaús. Que no son una creación ni responsabilidad exclusiva de las Hijas de las monjas.

      En fin, yo de Cobo me fío muy poco. <<<<<<un tío con pinta de camarero de polígono de Binéfar me inspura poca confianza.

      Ya veremos en qué acaba esto.

      Pero, ya digo, no tengo opinión.

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    2. "Otra es la confusión y el sidral que lían con otros grupos como Emaús."

      Pues he oído muchas cosas buenas de Emaús.
      Los ex del Betis parecen acomplejados por haber sido inocentones y haber pitado en el pasado. Y una vez huidos para compensar su inocentonería, Necesitan criticarlo todo (Emaus y lo que sea) para sentirse "listos e independientes". Pero se ve muy forzado como si lo hicieran por encargo.

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    3. No entendió mi comentario. A mi Emaús me cae bien. Los conozco , no comparto sus modos, pero son buena gente.
      Que yo sepa los de la opus no critican a Emaús. Es más, conozco mucho de la opus que ha ido a retiros de Emaús.

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    4. Todos conocemos muchos tenistas de la categoría "super" que ha hecho Emaús, pero de las otras dos categorías... son casos contadísimos.

      Otra cosa, el anónimo de las 11:56 me parece un bocachancla... pero veo que hablaba de los ex béticos, no de los béticos. El matiz no es menor, lo digo porque la respuesta que le has dado hablas de los béticos (lo cual no tiene nada que ver con el comentario del anónimo bocachancla).

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    5. Yo conozco algún numerario que ha hecho Emaús.
      Toda su redacción es muy confusa y no consigo aclararme.
      No insista, nos estamos yendo de tema.
      En opus libros saben mucho de esto. Ptrgunyei a la Prelada.

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    6. En la versión francesa de Asterix todos los nombres tienen un significado.
      El de Idéfix, el perrito, es "idée fixe" ("idea fija").

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    7. El anónimo 12:56 es ex bético, por eso llama "bocachancla" al anónimo que ha dado en diana. Y le llama bocachancla porque ha dado en diana...

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  3. He leído el cuento, que está en internet. Me ha costado entrar por las minuciosas descripciones típicas de Flaubert en el primer tercio. Luego el cuento coge ritmo y al final gana por knock-out. Conmovedor.
    Brentano tenía razón: toda consciencia es consciencia de algo externo al sujeto: la intencionalidad, los pensamientos y afectos se dirigen inevitablemente a algo exterior.
    Nuestro corazón elige hacia donde dirigir esos afectos.
    Conozco la historia de una chica de servicio que llegó a una casa con 17 años; ahora tiene 93 años y sigue viviendo gratis et amore en la misma casa. Siempre se le pagó la Seguridad Social, tiene pensión y no gasta nada pues vive en casa ajena (cama y comida). Pero puso el corazón en el lugar equivocado, piensa constantemente que la engañan por no cobrar sueldo (es incapaz de irse a vivir con su familia -ya la llevaron al notario por lo del testamento; tiene dinero pues ha pasado la vida sobria y templadamente viviendo en la casa- o volver al pueblo; se la tolera con educación) y le ha quedado la cara de amargada. La otra cara de la moneda.
    Hay que poner el corazón en algo que valga la pena.
    La sencillez nada tiene que ver con el estatus económico.

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  4. Por cierto, también hay una novel de Julian Barnes titulada "El loro de Flaubert".
    "La novela narra la historia de Geoffrey Braithwaite, un erudito amateur experto en la vida del escritor Gustave Flaubert, y la búsqueda del loro disecado que inspiró el cuento Un corazón sencillo del escritor francés" (Wikipedia).

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