Como en los estratos geológicos de un yacimiento arqueológico, los libros
permiten ir desenterrando los restos de todos los
naufragios.
Cuántas veces, de visita en una casa,
nos hemos encontrado en las estanterías un libro
conocido que nos ha servido para cruzar una mirada
cómplice con su propietario: qué bien
Monterroso, ¿verdad? Qué buena Highsmith; o cuánto me reí
con Sergi Pàmies.
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hermana.
(Jesús Marchamalo en "Tocar los libros").
Lo mismo podría decirse del cine que vemos, y guardamos.
Algunos blogs también son restos de naufragios.
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