viernes, 16 de diciembre de 2016

NO VALE LA PENA

En la última prueba de la Copa del Mundo de triatlón que se disputó en Cozumel (México), uno de los aspirantes al título, Jonathan Brownlee, colapsó a 300 metros de la meta. Iba entonces en primer lugar.
Jonathan, cuando ya veía la meta y el título, se desflecó  a ojos de todo el mundo. Se le licuaron las meninges   y empezó a tambalearse completamente ido hasta que alguien de la organización lo sostuvo para que no se desplomase sobre la carretera.


Había 30 grados y 90% de humedad en Cozumel. Los triatletas habían recorrido 1.500 metros nadando, 40 kilómetros en bicicleta y 10 corriendo; la prueba empezó a las 16.30. Justo en el momento en que Jonathan Brownlee era sostenido por un voluntario, llegó su hermano Alistair y se lo llevó corriendo a la meta para optar al campeonato. Las imágenes impactan: Jonathan tiene el rostro descompuesto y la mirada perdida, Alistair lo carga y lo arroja en la llegada para que quede por delante de él .

En el atletismo se han dado  ejemplos maravillosos  de generosidad. En este caso, uno puede imaginar  los esfuerzos que habrán hecho los dos hermanos  entrenando juntos. Desde luego Alistair no es como el hermano  riguroso del hijo pródigo. No dijo "   “ lo siento, hermanito. tú sabes que en  condiciones extremas se producen unos marcadores de riesgo de alteración térmica que se miden por colores. Estás fundido en negro.  Si no bebes, no sudas. El calor se expulsa por vasodilatación en la piel y sudor. Si no bebes, aumentan la temperatura y los síntomas de un golpe de calor. Por eso te han dado  calambres, desorientación, confusión, inestabilidad”. Así es el deporte".

De todas formas, para mi lo auténticamente heroico sería haberle dicho " vámonos de aquí, Jhonathan, que le den pol culo a la victoria. No vale la pena arriesgar la vida  por esta mierda".
Alistair Brownlee (izquierda) ayuda a su hermano Jonathan Brownlee a terminar la carrera después de que este desfalleciera.
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ESPACIO RADICAL LIBRE: ASPIRACIONSE SENCILLAS

2 comentarios:

  1. Hoy estaba pensando que los sentimientos más frecuentes en mi vida son miedo y angustia (en mi caso se manifiestan en el estómago). Entonces busco la seguridad en "los grandes ideales": 'mi patria, mi bandera, mi religión' como dice Chayanne.
    Quiero ser libre, pero quiero seguridad. Son incompatibles. Tengo que aprender a vivir sin el cinturón de seguridad puesto. Para ello intento hacerme novio de la muerte, como dicen los legionarios. Toda la vida es una preparación para la muerte. Lo de Javi me hizo pensar mucho.
    "Estoy convencido de que el Padre presentía su muerte. En los últimos años repetía frecuentemente que estaba de más en la tierra, y que desde el Cielo podría ayudarnos mucho mejor. Nos llenaba de dolor oírle hablar así –con aquel tono suyo fuerte, sincero, humilde–, porque mientras pensaba que era una carga, para nosotros era un tesoro insustituible". Que sentimiento tan común, sobre todo a los setenta y pico.

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  2. La mayor parte de los humanos hacemos cosas con poco o nada de sentido.
    Caminar dos horas para recoger agua de un pozo en Zimbabue.
    Aguantar un atasco diario de dos horas para poder llegar al trabajo en Madrid.
    Convivir en sociedades fragmentadas donde el único que gana es el fragmentador profesional , como Irlanda o Cataluña.
    Aguantar un frío de treinta bajo cero para arponear a una foca y llevar comida a casa antes de que se congele la abuela.
    Subir más allá de la estratosfera una Estación Espacial que se cruje un cuatro por ciento de tu PIB, exclusivamente con fines militares, disfrazándolo de misión científica...
    En fin, hay otras actividades que tampoco merecen la pena, pero al lado de estas, parecen una excursión de monjitas de la caridad chapoteando alegremente en un riachuelo de la Sierra. Algo humano y tierno.

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