viernes, 23 de diciembre de 2016

OTRO AMOR DOS VIDAS

La historia     ayudó a  quitarme unas cuantas telarañas  de mi conciencia.

Él era un empresario. Padre  del colegio, un buen montón de hijos, esposa dedicada y discreta. Ella piadosa. Él era un buen padre . Cumplidor . Antes de conocer  a la que iba a ser su esposa , el hombre estuvo enganchado a una prostituta y la mujer acudía a su casa puntualmente todos los jueves  por la tarde.

Pero  después de la boda - ¡misterios del corazón humano!-  siguió  con esa relación  adúltera. El   empresario comenzó pagándole tantas  pesetas por sesión, aunque cada año fue acomodando el precio del amor al índice del coste de vida. 

Era una relación con pocas ataduras y casi ningún peaje .   El  trato  carnal era aséptico  y rutinario. Cambiaron  las  costumbres. Una vez por semana la fulana  llegaba, previa llamada por teléfono, al despacho   del empresario. Quedaban , y  allí cumplía la  señora   y recibía, junto a un ramo de flores,  la paga  y  un beso de despedida.Luego cada uno iba a sus asuntos.  

Mientras ,  él fue ganando prestigio y dinero . Presidió Consejos de administración , obtuvo premios oficiales, y alguna condecoración .

Aunque hubo paréntesis en su relación, los dos envejecieron  por separado sin que ninguno rompiera  el secreto . Su historia comenzó con boleros  de los Panchos , después vino Camilo Sexto ,  la muerte de Franco, la democracia, el  destape , Pujol , Juan Pablo II ...y falleció la esposa de  nuestro empresario. 

El mundo se había transformado, pero esta prostituta era el reloj de arena que marcaba cada semana el tiempo paralizado de este hombre.

Un hijo, mosqueado  porque  sospechó al verlo cada jueves vio bien trajeado y con un ramo de flores  en la mano, supo la verdad. El padre  sólo le pidió  que le dejara en paz. No pensaba casarse con esa mujer.

No sé el final  de esta  historia . Me gustaría pensar que un día  le  llama él , ante el silencio de ella.

- ¿Recuerdas? Hoy es jueves .

 La prostituta le contestó llena de melancolía:

- Tengo 79  años. ¿Por qué no lo dejamos ya?. 

Con estas palabras se baja el telón, y aquel hombre se  quedó  muy solo.


-------------------------

ESPACIO RADICAL LIBRE: LOS NOSOTROS

No hay comentarios:

Publicar un comentario