jueves, 21 de noviembre de 2019

A LA HORA DEL ADIÓS.

Amigos son los que tienen la mejor versión de uno mismo. Y uno, desde luego, he tenido grandes versiones de unas cuantas personas a las que he querido mucho, y bien. Con algun@s de esos amig@s confundí la amistad. Y yo  también he confundido a otras. Hicimos un dios de esa amistad , y después no les perdonamos que no lo fueran.

 Por eso sé que tú fuiste mi amigo, y que me quiso y me respetó hasta el final. Yo también te he admirado, te he querido y te he respetado siempre. Después en la vida uno ha elegido su opción y tú la tuya. 

Hoy sé que ya  se  trate  de un hombre, de  una doctrina, de  una institución, de  una  pasión  que  debes  abandonar  al borde del  camino para  seguir  tu  propio destino , procura  evitar al  retirarte toda apariencia de  vulgaridad, o de  traición.

Despídete  con  la  máxima  delicadeza. Probablemente, esas persona, esas gentes, esos compañeros de  viaje, sea la última  vez  que  lo veas.

Ese  amor, esa   alma amiga, ese maestro, cuyo umbral no volverás a franquear es  a  quien debes saludar  y despedirte  con el  mayor  cariño  y respeto.

No todo  el  mundo   piensa  así, pero así debes comportarte. 

Algunos al  que se va  para siempre le  profetizan: "No encontraréis la felicidad fuera de vuestro camino. Si alguien se descaminara, le quedaría un remordimiento tremendo: sería un desgraciado. Hasta esas cosas que dan a la gente una relativa felicidad, en una persona que abandona su vocación se hacen amargas como la hiel, agrias como el vinagre, repugnantes como el rejalgar".

Además de  no ser verdad, tú  despídete  sin miedo y agradecido.



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