Dos padres del mismo colegio, con las hijas en P5 , apenas cinco añitos, deciden hacer una escapada a Madrid. Se ha convocado una manifestación independentista para pedir la liberación de los políticos presos.
Al día siguiente la profesora pregunta a l@s niñ@s qué habían hecho ese fin de semana.
- Nada. Mi papá se fue a Madrid con el papá de María.
- ¿ A Madrid?...¿y qué fueron a hacer a Madrid - repreguntó la profe, curiosona y ventanera.
- Pues que los malos habían encerrado en la cárcel a los buenos, y mi papá fue allí a protestar.
La profe enmudeció.
Muchas veces he pensado cómo se formó en la cabeza de la gente la idea de buenos y malos, de libres y esclavos, de ricos y pobres, de "somos diferentes". Y, mira por dónde , aquí tenemos la respuesta a mi preocupación: fue un papá el culpable, un cabrón de padre, el que inoculó la idea de los buenos y los malos en una niña de cinco años. Y se quedó tan ancho el tío.
El papi es , además, fiel catequista, lector litúrgico, hombre de iglesia, en una parroquia en el Valles. Y tendríais que verlo después de comulgar con su niña, las manitas juntas en oración, los ojos cerrados, pidiendo por "los buenos".
En fin, así somos.
Después, claro, pasan los años , y uno se encuentra que le impiden pasar al aeropuerto una panda de indepens, o que están quemando un coche, o que amenazan con la barbarie. Y bajas del coche.Y te diriges a una chica.
- ¿María?...¿eres María?, ¿ no te acuerdas de mi?. Soy Suso, el amigo de papá...el que...
- Tú eres de los malos- me contesta. Tú- le ordena a un energúmeno que lleva una antorcha en la mano- quémale el coche...y después le petroleas los güevos.
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