El padre ,la madre, el hermano, la amiga, la mujer que nos acompañó en una parte del camino no ha muerto. Simplemente se ha ido de viaje , y ha preferido sacar un billete de ida por su propia cuenta , se adelantó a nosotros. O no, el destino ,que viene así,
Compartimos amores, aventuras, vivencias, confidencias, algunas lágrimas que nos bebimos unos a los otros,
Cuando vuelvas al río de tu vida él no estará.Tampoco acudirá a la cita por la tarde en aquella cafetería donde hablabais de todo y de nada ante una maravillosa puesta de sol. Cuando el crepúsculo de nuestras vidas, se metía en la copa que cada uno bebía. También habrá un sillón vacío en el cine , y ya no se podrá contar con él / ella para ninguna nueva aventura.
Hay amigos cuyos rasgos al morir se diluyen muy pronto en la memoria. Al cabo de un tiempo su rostro se difumina, se olvida del tono de su voz , y poco a poco desaparece en la niebla de nuestros recuerdos.
Yo creo que esa clase de amigos mueren de verdad porque nada de ti se llevan al otro mundo. Y cuando los recuerdas tanto, te vienen mucho a la memoria, es porque ellos están allí, como esperándote.
De estos vienen conmigo unos cuántos... Repaso las direcciones de watsap y veo que aún siguen allí su teléfono y los últimos mensajes. Su ausencia ha dejado un vacío en un tiempo y en un espacio compartido. De hecho, no te atreves a borrar su dirección y su teléfono de la agenda. Es más, a algun@ le he escrito pensando "¿y si contesta"?
Pero no contestan.
Puede que vuelvan otros días azules de verano y queden algunos placeres por explorar todavía. Si la vida nos depara un motivo alegre para vivirla, sin duda estos que hablo seguirán estando vivos.
La alegría forma parte de lo minúsculo y de lo imprevisible. Es un martillito de luz golpeando el bronce de lo real. Cuando estamos alegres, Dios se despierta y ve que estamos con esas personas que nos quisimos tanto.
A veces uno tiene ganas de morirse como el niño tiene ganas de abrir el regalo de Reyes antes de tiempo,e irse con el amiog@ del alma
En fin, mientras tanto, tal vez cualquier día recibamos una postal suya desde Matilla de Arzón.
No hay comentarios
Publicar un comentario