miércoles, 26 de febrero de 2020

SÉ POR LO QUE ESTÁS PASANDO.

Sé por lo que estás pasando. Lo sé muy bien.

Hace unos años, en Valladolid, encontré a un conocido  corriendo detrás de cientos de facturas que volaban por la calle arrastradas por el viento. El pobre andaba de aquí para allá recogiendo todos aquellos papeles, agobiado y en el desvarío. Misión imposible, como pastorear una manada de gatos por una carretera.

Óscar   era un joven muy despistado , había dejado la caja de las facturas del mes en la baca del coche mientras recogía unas cosas del interior de la residencia de donde era encargado. Olvidó recogerlas. Salió con el auto a toda , y el resto podéis imaginarlo...¡¡¡ todo el trabajo de un mes que debía ordenar desparramados por el viento imperio como confetis alegremente sobrevolando la calle!!!  

Verlo corriendo hacia todas partes recogiendo papelitos  y a la caza de la factura me produjo una desazón y una pena infinita.

Intenté eharle una mano, pero ese acto de absurdo compañerismo duró poco. 

- Déjalo. No te preocupes.  Date por jodido.

- Mis jefes me matan.

- No creo que tus jefes te maten. Lo hará el contable al que debías enviarle el  excel con las facturas ordenadamente encasilladas, y en su orden.

Años después Manuela se me murió. 

Meses antes, una mañana , sentados en la  terraza de la plaza de Arroyo de la Encomienda, me dijo "¿ qué será de ti?

No supe que contestar. 

Después me acordé de Óscar.

La pérdida de esa mujer había dejado esparcidas por el suelo las piezas con las que uno tendría que construir sin manual de instrucciones el hombre que debía de ser sin ella, que lo había sido todo. Todo.

¡Claro que sé por lo que estás pasando!.

Pero no te preocupes, amig@. De todo se sale. Óscar siguió adelante en su empresa, y yo encontré la forma de formar el puzzle. No me preguntes cómo. 

No lo sé.



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