lunes, 7 de septiembre de 2020

CUANDO TÚ ERES MENTIRA.

Hace dos años recibí un correo de un antiguo alumno.

Iba firmado. Denunciaba el trato que había tenido con él.  Me  decía de todo. Le había hecho mucho daño. Me había reído de él. Arrastraba toda esa herida por mi culpa.  Ese sufrimiento en la adolescencia le había llevado a acrecentar el sentimiento de aislamiento en un mundo, el de Viaró,  donde ningún " hueco"  afectivo le esperaba.

Me dolió leer aquello. Tenía razón. Sé lo que significa ser un chico que está ahí, estúpidamente ahí, para nada.

Le pedí perdón. Me había dolido leer tanto dolor, y no haber sabido darme cuenta de haberlo provocado. 

Muchas veces he pensado que no fui un buen profesor  , y siempre te queda la duda de cuántas almas  habré dejado  heridas por tanta tontería, estupidez, falta de profesionalidad, inmadurez. Incluso de alguno de ellos recuerdo mis errores,  faltas de sensibilidad, para pedir perdón a aquel alumno.

Después me los he encontrado y al disculparme me han respondido, " no sé de qué me hablas. No me acuerdo".

Sin embargo, éste que cito al principio no ha conseguido olvidarme. Y el perdón,  aunque lo pedí, no llegará.

Recuerdo ser un profesor  que en ocasiones se encolerizaba. Era un cabreo presuntamente sincero. Parecía no ser fingido.  Una vez iniciado el estallido de ira por una chorrada uno experimentaba una cierta delectación viendo a esos chavales asustados como conejos. 

Uno entonces, ya no para en barras y se siente disfrutar creando un climax  artificial de " estado de cólera".

Sientes que ya has dicho bastante, que no ha lugar a insistir más, que la  clase , o el chico, ya está corregido. Pero continúas con toda tu mala leche. 

Y sabes  que no toca. Que te estás pasando. Que no hay más vuelta a esa tuerca porque la puedes romper. Y sabes, y probablemente ellos también, que todo eso es mentira. 

Que tú eres mentira.


1 comentario:

  1. En este balance que vienes haciendo, no seas demasiado riguroso contigo. Todos nos hemos equivocado; gravemente en ocasiones. Pero absuélvete de tus pecados como si fueran de un tercero. Le absolverías sin duda.

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