Morí muchas veces en la vida....¡y las que quedan!
Cuando dejé Torrero , al expulsarme del colegio de jesuitas , al dejar Montearagón, al irme de Zaragoza para ir a Barcelona.
Abandonar el club Herzegovino, Santi Olano, después Bauprés.
Morí al marchar de Viaró. Terraferma y Andreu...y Turó... Y en cada ciudad una gente que quieres, alguna mujer que lloras porque no volverás a ver, acariciar, besar.
Morí al dejar a Jaume en Barcelona a las puertas de su marcha al cielo .
Morir en Valladolid y dejar una vida en un cruce de caminos. Morir con mi padre
Fallecer y quedarme roto con Manuela.
Abandonar todo para volar a Guatemala. Y allí, vuelta a empezar , otra muerte en la mochila.
Morir por la traición de Serunión.
Morir con Joaquín. Morir con Jeroni de Moragues. Morir con Penwin.
Sí, morimos muchas veces pero no del mismo modo.
Porque la condición de esas despedidas dolorosas es que hayas amado esa gente, y esos lugares.
Y yo los amé...y aún los recuerdo. Y vienen conmigo, y puedo decir, " recuerda que te amé. Mucho".
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