lunes, 19 de mayo de 2014

"YO POR EJEMPLO"


Si en tus conversaciones centras muchos temas en ti, tienes un problema, y no pequeño.

Es síntoma clarísimo de tus complejos: la necesidad de ser reconocido, de la aprobación de los demás, de no valorarte lo suficiente...

Conocí (casi escribo “sufrí”) un jefe que se mostraba perfecto en todo: atildado, las patillas a navaja, el pelo en sintonía, con visera engominada con brillantina, andares de Petronio, zapatos lustrados con fuchina...

Yo le sacaba de sus cabales, y me lo decía “Mendive, usted me descompone”.

A mi me encantaba descomponerle.

El hombre trataba de formarme en esos años de becario en Viaró, e intentaba atarme corto: “sería bueno que llevaras una agenda personalizada de tus tutorandos, organiza por objetivos a corto y medio plazo las asignaturas que impartes, incluye en esa guía didáctica semáforos de colores y ejercicios para pautar su importancia...

Yo lo miraba asintiendo emocionado y entusiasta: dos caras que me salen muy bien, por cierto.

Y el hombre siempre terminaba con un “la semana que viene me muestras las guías, si te parece”.

Nunca lo consiguió, el pobre. Y reportaba a la dirección mi anarquía. Y en dirección le decían: déjalo, el Suso es así, como llevar una manada de gatos por una carretera.

Pero no, el tío, en trece años que estuve allí, no paró. Era un pesado.

Tenía un vicio muy feo: se ponía siempre de ejemplo...”yo, por ejemplo, lo que hago es...”...”yo, por ejemplo, al terminar las clases dedico un tiempo a...”...”yo, por ejemplo, en el patio recorro una ruta fija para vigilar a los chicos...”.

Una tarde me pilló cruzado y le contesté mal: pues mira, yo, por ejemplo, no, y hago lo que me sale de los cojones.

Y salí del despacho dando un portazo.

A mitad del pasillo , regreso más cabreado para decirle unas cuantas cosas más que me había dejado en el tintero.

Abro la puerta y lo encuentro , al pobre, dándose un lingotazo de Primperán con manguera. Estaba despeinado, con los ojos fuera de sus órbitas, inyectados en sangre.

¡Así que era verdad que le descomponía!

Moraleja: no te pongas de ejemplo , don “Yoporejemplo”, porque te pondrás hasta el culo de Primperán y nadie te hará caso.

9 comentarios:

  1. una iagen vale más que mil palabras, y hoy la has clavado.

    Huir de l@s doñ@s perfect@s Pero por miedo, porque si no se ve, es que es enorme!!!!!

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  2. Hay muchos que hablan mucho de sí mismos, que se ponen como ejemplo. El otro día estuve en un acto de una Academia, y los señores académicos -casi todos muuuyyyy longevos-, antes de comenzar la cosa, exhibían verbalmente opiniones, recuerdos, pertenencias a otras Academias, cargos antiguos ocupados, ... aprendí mucho, porque si te fijas e intentas ser honesto al menos haces el propósito de considerar las veces en que tu has hecho algo parecido, y aunque puedas comprender su fatuidad, aprendes a poner en su sitio tanto boato y tanta baratija.

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  3. Aunque lo entiendo, veo la entrada un poco demagógica, al estilo "progre". Es decir, en nombre de la "espontaneidad", hacer ver que la chapuza es superior a lo bien hecho. Que la impuntualidad es una cosa muy bella. Etc.
    Pero no es así: el desastre es el desastre, la chapuza es la chapuza, y es inutila barnizarlas con lo de "esss que yo soy asi...., siempre queda cantar oiga".

    Edu Soto

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  4. Creo que has leído la entrada en diagonal: no habla de nada a lo que te refieres.

    No creo que la chapuza es superior a lo bien hecho.

    El tema es cuando "Yo por ejemplo" cree que sólo él hace las cosas bien hechas.

    Lo de la impuntualidad no sé a qué viene, no se habla de eso en la entrada.

    Edu, tienes que leer más relajadamente la entrada para llegar a alcanzar su sentido, si no, corres el peligro, como hoy, de que te salga una chapucilla.

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  5. Estoy de acuerdo al 100 por 100 con la entrada. Yo tengo un jefe así. Está el hombre dando sus últimos coletazos en la Administración, y es que se jubila en un año. Pobre... No cesa de decir: esto se hizo gracias a mi, este o esta está ahí gracias a mi, la experiencia es lo más importante (claro que la tiene, acaba de cumplir 69). Lo peor es que no se cansa de reafirmarse, es del tipo ordeno y mando, a sea, por mis cataplines!
    Lo dije el otro día y lo vuelvo a decir: ojalá le cayese una buena teja en la calva!!!

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  6. Kim Jong dijo el otro día que había cambiado la hora tres veces en Corea del Norte: una por la hora de invierno, otra por la de verano y una tercera porque llegaba tarde y no le gustaba ser impuntual.
    Yo conocí a uno que decía "no debéis ser un ejemplo glacial que no se puede imitar". Y se convirtió en un ejemplo glacial que no se puede imitar. Como la mujer de Lot en estatua de sal o Pigmalión se volvió a convertir en estatua.

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  7. Yo, por ejemplo, nunca digo: «Yo, por ejemplo».

    (Lo siento, pero no he podido resistirme a este tonta antinomia)

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  8. Por ejemplo, yo, nunca imitaría a mi colega profesional Lux diciendo "Yo por ejemplo", pues caería en una antinomia simétrica.

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