sábado, 11 de octubre de 2014

LA NAVE.

El dolor del desamor es agotador. Parece como esos cohetes espaciales que para conseguir despegar de este planeta necesitan quemar tres cuartas partes de combustible de la nave.

Después, una vez conseguido salir de la gravedad de la Tierra, se desprenden del fusilaje, y sólo queda una pequeña cápsula para viajar libre.

Algunos cohetes se han incendiado en el intento , muriendo la tripulación ante la vista de todo el mundo.

Despegar del planeta de esa mujer, de ese hombre, que amabas cuesta mucho. Hay gente que lleva muy mal el desamor y se suicida.

Pero este dolor no es así. En el desamor nadie desaparece.

Esto es distinto. Aquí la nave despega para no regresar nunca más.

12 comentarios:

  1. Sabes que llevo semanas detrás de un proyecto espacial.
    Me acabas de proporcionar la pieza que me faltaba.
    Ahora el cuento será más tuyo que mío.
    Te lo mandaré en privado.
    Joder !, tengo ganas de abrazarte.

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  2. Es duro, no cabe duda. Pero sabes bien que este dolor lacerante que te desgarra hoy el corazón, se transformará en otro dolor (no desaparece nunca) más mesurado y tolerable con el que podrás convivir.
    Como pasó con el amor, le ocurrirá a este "desamor": de la locura inicial, del satélite de un planeta llamado Manuela, al amor sereno y cómplice; eterno.

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  3. No la conocías, la conociste, la reconocerás. Un abrazo.

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  4. No se me ocurre nada para comentar al de ayer ni al de hoy. Ni medio espacio para la sonrisa o el humor. No es un reproche, es mas bien impotencia. Un abracito. Espe.

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  5. Qué bonito y qué profundidad! gracias Suso

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  6. Buenas noches,
    Ya que te has visto forzado a ese despegue, tienes dos posibilidades: aterrizar suavemente en otro planeta o ser una nave que viaja por el espacio. En este último caso, te deseo que no seas una nave sin rumbo.
    Cordiali saluti e buona domenica

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  7. Para no regresar nunca más? No... no lo veo así. Nadie se muere. Ni el amor.

    Gritaba un día un croasant desde el interior de un horno: "Díos mío! Díos mío! ¿por qué me has hecho tan poco? Por qué estoy a medio hacer?" Y el Díos panadero desde fuera del horno, le respondía que aun se estaba haciendo, que los tiempos no eran los mismos para los croasanes que para los dioses panaderos. Pero el croasant no le entendía, porque los croasanes y los panaderos no hablan la misma lengua. El croasant no veía el horno, porque estaba dentro de él. Ni siquiera veía al panadero.
    Los ateos opinan que todo se acaba con la fallida del cuerpo, es una opinión respetable. Los religiosos suelen hablar de juicios y condenas, a veces reencarnaciones, y de no sé que cosas más muy complicadas. Yo, sin saber tanto como unos y otros, pienso que nada se muere, que nada se va, que todo está aquí y que los croasanes sin acabar aun no lo vemos. Y que igual como nadie con su esfuerzo o con su mérito puede hacer que amanezca, ni tampoco impedirlo con su pecado... algún día, después de salir del horno, lo veremos todo... y será tan natural y cambiante como lo de ahora. Nada es para siempre en la naturaleza, ni siquiera la separación física, ni siquiera el adios.

    Vinu

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  8. Reproche a Pedroche

    Suso censor.

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  9. Pues estamos jodidos.

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  10. No lo publiques pero deja de arrastrarte y dar pena....

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