miércoles, 12 de abril de 2017

DANDO UN FUERTE GRITO EXPIRÓ

Cuando nos  sorprende una tormenta, todos  vamos  corriendo a  buscar  un cobijo. 

El  problema es  cuando uno  vive  siempre en  una tormenta, y sólo puede  hacer  dos cosas: o baila  bajo la lluvia, o  se  queda  allí empapado y  cabreado de por vida.  Eso  les sucede a  esos  enfermos que  nacieron con un graves  deficiencias. Unos  nacieron en familias  que los  aceptaron  con amor,incluso  viéndolos  como un regalo, otros  los  rechazaron como un estorbo.

Una tormenta Ártica, moviéndose al sur, puede de repente colisionar con una tormenta tropical con camino al norte. Y cuando estas colisiones del clima tienen lugar, hace que la tormenta explote. La suma total es devastadora. También sucede en muchas  biografías. Todas  las  galernas  del  mundo se  ceban  sobre ellos. ¿Quién se  atreve a  hablar de  Dios  Padre  providente y amoroso  ante  esos desgraciados?

Me  gusta  pensar  que  el último  grito de Jesús (dando un fuerte grito, expiró" ) fue  así para  que  fuese  escuchado. Es el eco  de estos  pobres  que  sufren en medio de la peor de las  tormentas que sigue  sonando  en esos rostros  idiotizados  por  la enfermedad, sordos  por  su incapacidad, locos que viven en el desvarío..

Durante miles de años, los navegantes han observado las estrellas para saber dónde están. Mientras el mar se mueve debajo de ellos, se sienten tranquilos con la presencia fija de la Estrella del Norte. Pero aquí en la Tierra, nada deja de moverse.

Para muchos  de  esos  deshauciados, esa  Estrella  del Norte es Jesús en el Madero.
Resultat d'imatges de el  último grito de jesus

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ESPACIO RADICAL: LA RISA Y EL AMOR.

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