sábado, 8 de abril de 2017

TESTICULAR Y SOBREACTUADO.

Las  chicas  y  chicos  de  Podemos  van  a galope de sí mismos enarbolando el hacha de guerra. Quieren operar, dicen, a esta España  enferma. Los cirujanos hoy operan con rayos láser, pero esta  gente  llega al quirófano  con hacha y serrucho dispuesta   a destripar a la brava a quien se ponga por delante y le lleve la contraria. 

El odio político, como instrumental quirúrgico, no resuelve ningún problema, ya no se lleva, está absolutamente desprestigiado. Pero  , a  corto plazo, tienes sus  réditos. Hay  mucha  gente  cabreada   con estos  chulos  de  barra  de bar, y las redes  arden reenviando  watsaps  y  tuiters  a  cada  cual  más obsceno. Se  les  ha entrado al trapo  y no se dan cuenta  que son espejo  y  eco de los  que denuncian.

La soflama incendiaria de  estos  amigos  de  la  bronca y el insulto tampoco es  nueva en absoluto ni en la forma ni en la sustancia. Suena  a olla podrida recalentada por un rencor viejo, pasado de moda, con insultos que eran ecos de rencillas perdidas en el almanaque de nuestra historia más desgraciada. Es algo  analfabeto, guerracivilista, muy  primario.

Y antiguo. Es  el grito ibérico de ¡más caballos! que lanzaba la plebe antiguamente en la plaza de toros, alzando las botas de vino, mientras varios pencos con las vísceras al aire garreaban en la arena. Todo  es  una crispación sobreactuada, demasiado testicular. 

La sociedad actual es extremadamente compleja y sus problemas exigen por tanto soluciones complejas. No tocando el piano con guantes de boxeo o fiándolo todo a la mierda de las redes o calentando a su peña como Manolo el del bombo.

Resultat d'imatges de manolo el del bombo

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ESPACIO RADICAL : EL PERRO DE PAULOV

2 comentarios:

  1. El cráneo de Lucy, nuestra común mamita del alma, sonríe.
    Nos mira y recuerda cuando en la sabana africana la peña se organizaba.
    Veamos, tenemos hambre.
    Mirad, en esa curva del río vienen las gacelas a abrevar.
    Bien, observemos el paisaje. Y se ponían a observar.
    Mirad, suelen bajar al río por entre esos peñascos.
    Bien. Buen lugar para poner la trampa.
    A cavar, y la peña cavaba con útiles fabricados con ramas de árbol y madera.
    A poner estacas puntiagudas. Y cortaban lanzas, les sacaban puntas y las clavaban.
    A tapar la trampa. Y los expertos en camuflaje tapaban la trampa, que no había Dios que la advirtiera.
    Las gacelas, pilim, pilim, tenían sed, bajaban entre los peñascos a abrevar, y caían en la trampa mortal.
    Los homo sapiens las remataban, las despellejaban, aprovechaban hasta los tendones para hacer nuevos útiles, y se preparaban una cena de tres estrellas Michelín.
    Todos juntos. Y aprendiendo unos de otros.
    ...
    La vieja Lucy organizaba el cotarro, sin olvidare enseñar a los más jóvenes hasta el último detalle. Memoria histórica en vena.
    ...
    La Lucy era una crack, había inventado el matriarcado, el instituto de formación profesional, la reivindicación del papel de la mujer en la sociedad moderna y las fiesta de San Juan alrededor de una hoguera, en una sola jornada de cacería.

    Y todo eso sin asistir a una escuela de negocios, sin tener un máster en liderazgo y sobre todo, sin cargarse a nadie de la tribu vecina.
    La señora, nuestra queridísima mamita común, usaba el cerebro que el Creador había tenido a bien regalarle.
    Por eso la abuelita Lucy, fue la primera en aprender a dar gracias al Creador.
    Porque era más lista que los ratones coloraos.

    Y guapa, muy guapa, como un atardecer en la sabana africana.

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