martes, 21 de enero de 2014

EL CARGO Y POSICIÓN QUE OCUPO.


“¿...que desdicen del cargo y posición que ocupo?”.

Siempre me llamó la atención esta pregunta de un examen de conciencia...ya sabéis.

Después he conocido bastantes principales que se rodean de una curiosa liturgia de gestos, de maneras de manifestarse en público, de artificios, que les dan un cierto halo de distinción, de refinamiento y estilo, que les hace parecer como excepcionales ante los demás.

Todos se adornan de una especie de guardia de corps dedicados a filtrar la imagen del líder. Se les puede llamar de muchas maneras, consejeros, custodes, cuerpo de guardia, asesores...están en la frontera entre el caudillo, presidente, fundador, o como lo quieras llamar, y los cortesanos.

En esa ridícula parafernalia , cuando consigues estar con personajes así, llegas a pensar que eres un privilegiado por esa cercanía. Nos ha sucedido a todos.

Conocí un hombre que trabajó durante años de forestal en Sanabria, Zamora. Allí iba a cazar Franco con frecuencia. Escucharle hablar del Caudillo me producía una entrañable compasión: era un paisano elemental, abducido por la figura del generalísimo, un retrato que lo dibujaba con rasgos de hombre campechano, trufando de anécdotas de una obviedad estúpida e infantil.

- Y , entonces, me dijo, “¡venga, tocayo, vamos a comer!”.

Y uno pensaba “¡joder, vaya anecdotón!”.

Lo bueno es que después no se sentaba en la mesa del tirano...podéis imaginar quienes rodeaban al ilustre cazador.

Eso sí, antes de despedirse, Franco le daba una palmadica en la espalda y le dejaba unas piezas de caza.

En Barcelona tuve un director, Don Manuel D., que le tenía pánico a desdecir del cargo y posición que ocupaba. Se mostraba distante, lejano, a veces indiferente. Era inaccesible y difícil de abordar. Yo siempre lo tuve por tímido.

También era un burócrata infatigable. Dirigía a través de papeles.

Su guardia de corps – siempre asistía a tertulias y reuniones con alguno de ellos- ensalzaban sus virtudes, su inteligencia y, algo que no se creía nadie, “lo mucho y bien que te conoce”. No sé yo si los papeles dicen mucho de las personas.

A mi, desde luego, no me conocía. Tenía muchos datos sobre mi, pero no se coscaba quien era yo, y suspendía el juicio. Una vez me dijo “no te entiendo, pero supongo que eres así”.

Pues vale.

Siempre se presentaba en las tertulias revestido de cierta gravedad en el hablar, en el vestir, en los gestos. La conversación en esas veladas era pesada, lánguida, soporífera.

Recuerdo que, en ocasiones, se arremangaba las mangas de la sotana hasta los codos, y había quien alucinaba de que se mostrara tan desenfadado.

Estar con él era una suerte de gracia, algo así como el forestal con el dictador.

Hoy sé que todo eso es mentira.

Y tengo para mi que el Papa Francisco a este tipo de gente les tiene que tener muy, pero que muy preocupados. Porque, entre nosotros, es un hombre que le refanfinfla desdecir del cargo y posición que ocupa.

12 comentarios:

  1. Es curioso cómo algunos de mis frailes también se solazan en las visitas que lles hacía la mujer de Franco. Lo mismo, como un halo de prestigio. Después te decían ellos mismos la señora era una ladrona y que los anticuarios de la ciudad escondían las piezas buenas para que no las viera y se las llevara sin pagar. Un fraile presumía, además de la "cercanía" (gremial) a la Señora, de haber estado a la mesa de tres o cuatro dictadores lationamericanos.

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  2. Los del Betis están que trinan con el Papa Francisco. Parece ser que ha paralizado todas las beatificaciones previstas diciendo que nada, ni el dinero siquiera, las puede adelantar. Esto es en relación a la prisa que tienen en llevar a don Alvaro a los altares, cuestión importantísima!!!

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    1. las cagao!!!! Don Alvaro beato el 27 de septiembre

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  3. Es deslumbramiento del líder que le da al pobre mortal su minuto de gloria. Estamos cansados de verlo en los medios de comunicación. Denota inseguridad y estupidez, pero produce mucha envidia.

    Ya lo que no se si esto es más por nuestro carácter latino o muy general en el ser humano. Creo que los españoles esto lo bordamos.

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  4. ¡Ay esos exámenes de conciencia! Recuerdo que cuando era pequeña una profesora nos dijo que enfadarnos con los demás era un pecado contra el quinto mandamiento, "no matarás", así que en mi primera confesión (unos 8 o 9 añitos) voy y le suelto al cura que mi hermano le había pintarrajeado la cara a mi muñeca favorita y entonces yo había pecado contra el quinto mandamiento. Al pobre hombre por poco no le da un ictus. Emma Morley.

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  5. Yo de quien guardo mejor recuerdo y que no tenía esta afectación, es de mosén Salvía. Para mi era algo así como el sacerdote perfecto, un santo en el mejor de los sentidos.


    Lluis

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  6. Pues sí...Mosén Salvía era la sencillez- y su hermano más.

    Pero era cura,cura,agregado (que tiene su importancia)

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    1. ¿Su hermano también era sacerdote? No lo conocí.
      Solo recuerdo a Mosen Salvía siempre muy austero, en campamentos con su sopa de arroz mientras todos comíamos espagetis con tomate.

      Lluis

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  7. Ay, Suso, Don Manuel D. Yo también tuve que oirme lo de que "te conoce muy bien". Y eso que no le ví jamás en 14 años y eso que esta gente no baja a la arena de los agregados ni locos (ya sabes que éramos un poco raros), y mucho menos a los de la periferia barcelonesa.

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  8. Por intentar un retruécano, hay que distinguir: no es lo mismo ocupar un cargo, o que el cargo te ocupe a ti.
    Algunas personas son un cargo: no cargos, cargas (paronomasia). Les quitas el cargo y desaparecen, detrás del cargo no había una persona.

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  9. Su hermano era pagés...y mejor persona que su hermano, si cabe.

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  10. Recuerdo un tío, que fue director año en Barcelona, luego otro año (un año en cada ocasión, de 365 días excepto el bisiesto) en Tarragona, Lérida y Gerona. Me comentaba un: no sé si es porque vale mucho o porque no vale nada y lo tienen que sacar.
    Este me comentó a su vuelta en Barcelona, después del periplo: me han prometido ser director de un centro (para los directores esto es muy importante, no soportan dejar de serlo). Le dieron un cargo que no se notase mucho y sigue allí.

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